Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2008: con las voces de David Boreanaz (Hal Jordan / Linterna Verde), Miguel Ferrer (J’onn J’onzz / Martian Manhunter), Neil Patrick Harris (Barry Allen / Flash), John Heard (Ace Morgan), Lucy Lawless (Mujer Maravilla), Kyle MacLachlan (Superman)
Director: Dave Bullock, Guión: Stan Berkowitz & Darwyn Cooke sobre la novela gráfica homónima escrita por Darwyn Cooke para la DC Comics
Trama: Después de la Segunda Guerra Mundial, los super héroes son temidos por el público y el gobierno pretende clasificarlos y controlarlos. Ahora, a fines de los años 50 y con la Guerra Fría en alza, los marginales vigilantes intentan ayudar a la gente desde las sombras. El alienígena J´onn J´onzz ha llegado a la Tierra debido al defecto de una transmisión enviada a Marte que lo ha teletransportado. Pero al arribar comienza a sentir extrañas sensaciones acerca de una entidad maligna descomunal conocida como el Centro. Camuflándose entre los humanos, el marciano comienza a contactar a los héroes renegados y proveerle información acerca del Centro. Y, mientras tanto, el piloto de pruebas Hal Jordan se encuentra a punto de ser lanzado a Marte con un cohete experimental. Pero en realidad lo que ocurre es que el gobierno cree que las emisiones del Centro provienen del planeta rojo y se apresta a bombardearlo para evitar una posible invasión alienígena.
La Liga de la Justicia (1960) es un invento de la DC para crear un comic basado en su panteón de super héroes en una época en que el futuro de las historietas no estaba muy claro. En la edad de oro (1930 – 1940) sirvieron como panfleto patriótico, pero después las cosas no les fueron muy bien (tanto en ventas como temáticamente) a los super héroes para adaptarse a la guerra fría y a un conflicto latente pero nunca declarado contra el comunismo. La edad de plata (1950 a 1970) sirvieron para reconvertir a los héroes en aventureros de por sí, complejizando sus historias pero alejándolas del mundo real. La Liga de la Justicia fue uno de esos tantos experimentos por explorar un camino que sirviera para atraer nuevamente al público a los comics.
Hubieron diversas adaptaciones de La Liga de la Justicia – entre la más recordada está la penosa versión de Hanna Barbera de 1973 – 1986, y la respetable Justice League de Cartoon Network que se emitiría desde el 2001 hasta el 2006 -, siempre como dibujos animados. Con actores las cosas fueron mucho peor, como la horrible versión en vivo de Legends of the Superheroes (con Adam West, Burt Ward y Frank Gorshin recreando a Batman, Robin y el Acertijo de la clásica serie de TV de 1966), y el desastroso piloto de Justice League of America de 1997, que ya hemos comentado y que tenía tanto el presupuesto como el talento de una obra teatral infantil. Pero la Warner comenzó a pergueñar la idea de una versión a gran escala para la pantalla grande en el 2007, con George Miller (Mad Max, Babe el Chanchito Valiente, Happy Feet) como director. Un proyecto que terminó en el tacho con problemas presupuestarios, libretos que no le gustaron a nadie, elecciones de casting discutidas, la huelga de los guionistas americanos en el medio, y diversos inconvenientes que dejaron stand by indefinidamente lo que debió haber sido un film en motion capture, técnica utilizada en Beowulf y El Expreso Polar. Para testear el mercado sobre si debía o no avanzar con dicho producto, la Warner decidió lanzar directo en video este film animado, basado en una novela gráfica escrita por Darwyn Cooke en el 2004.
Lo primero que se me ocurre decir acerca de Justice League: The New Frontier es cuánta plata le debe el mundo del comic a Alan Moore después de haber escrito Watchmen en 1986 – la cantidad de ideas que roba Darwyn Cooke es impresionante; e impresiona aún más la cantidad de premios que le dieron a su trabajo por semejante plagio -. Por si los lectores no lo conocen, Watchmen es una novela gráfica de culto en la que Moore pinta un universo poblado de super héroes proscriptos por el gobierno en donde se desarrolla una conspiración de impensables consecuencias. En lo personal considero que es más interesante el escenario que pinta Watchmen que la historia principal en sí (la conspiración), y al parecer muchos dibujantes de comics han pensado lo mismo. La Marvel armó su propio escenario Watchmen al desarrollar una versión moderna de la organización SHIELD comandada por Iron Man a las órdenes del gobierno vs los super héroes renegados (que terminaba incluso con la muerte del Capitán América). Del lado de la DC, la novela gráfica de Darwyn Cooke sirve para adaptar la idea de Moore dentro del panteón de sus super héroes. Mientras que en el comic de Moore – con super héroes anónimos pero con obvios paralelos con personajes conocidos – figuraban los Minutemen como los héroes de la era de oro de los comics – luchando contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial -, aquí están la Mujer Maravilla, Superman y Batman entre otros, que han pasado su época de gloria y pelean por la justicia desde las sombras en los años 50 (cada cual por su lado). El gobierno persigue a Flash; la Mujer Maravilla ayuda a los rebeldes en Indonesia; Batman es acosado por la policía. Pero lamentablemente las coincidencias con la historia de Moore terminan allí, porque la trama de Darwyn Cooke enseguida comienza a disparar personajes de todo tipo y color, y a generar una amenaza superior incluso a la del propio comunismo, una entidad alienigena que desea devastar la vida sobre el planeta Tierra (y cuya definición no es del todo coherente). Todo esto sirve como excusa para que al final se unan, formen la Liga de la Justicia, combatan la amenaza, el gobierno les dé una palmadita en el hombro y terminen entonando el himno a la vez que John Fitzgerald Kennedy pronuncia un inflamado discurso patriótico.
Justice League: The New Frontier podría haber sido la versión DC de Watchmen en un tono dramático puro y duro; pero termina decantándose por otra aventura común y silvestre de super héroes vs la gran amenaza de turno. Sin duda hay detalles interesantes: la historia pone más hincapié en el origen de Martian Manhunter y de Hal Jordan / Linterna Verde, pero hay tantos personajes que es imposible abarcarlos a todos con profundidad; a su vez presenta algunas reliquias de la era de oro del comic en papeles secundarios – el futuro Atom como científico que provee la solución contra el Centro; personajes antiquísimos como Adam Strange, los Blackhawks y los Retadores de lo Desconocido (ases de combate de la Segunda Guerra) -. Pero termina por transformarse en pura rutina con climax de tono panfletario patriótico. Es una lástima, por que hay un par de escenas interesantísimas que vislumbran lo que pudo haber sido esta versión si hubiera elegido el camino dramático: una, con las oscuras instalaciones secretas del gobierno donde retienen a los super héroes a la vez que intentan cazar a Flash; la otra, con Batman en su baticueva, murmurando que nadie es confiable y que por ello compró por 70.000 dolares un meteorito de kriptonita (por las dudas…). Así como está, es una aventura animada ok envuelta en paquete de lujo y con toques nostálgicos, pero que no se anima a tocar un pelo de la mitología de los superhéroes por una cuestión de respeto y marketing. Lo que termina siendo una oportunidad desperdiciada.