Crítica: Incidente en el Lago Ness (2004)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2004: Werner Herzog, Zak Penn, Kitana Baker, Russell Williams II, Michael Karnow, Robert O’Meara, David A. Davidson (como ellos mismos)

Director: Zak Penn, Guión: Zak Penn & Werner Herzog

Trama: El prestigioso director alemán Werner Herzog es contratado por el guionista Zak Penn, quien ha apostado todas fichas para realizar un documental sobre el legendario monstruo del lago Ness. Al mismo tiempo hay un equipo paralelo que se encuentra rodando un documental sobre la vida y trabajo de Herzog, y que registra en tiempo real los pormenores de la filmación producida por Penn. Pero al llegar a Escocia comienzan a sucederse roces cada vez más profundos entre el director y el productor, especialmente porque Herzog cree que Penn está bastardeando la producción con trucos y recursos baratos propios de Hollywood – contratando a una stripper como especialista de sonar de la expedición; utilizando maquetas para simular apariciones del monstruo -. El clima se enturbia y todos parecen que están a punto de irse a las manos cuando algo gigantesco golpea el casco del barco en donde va la expedición.

Incidente en el Lago Ness Uno de los axiomas que postula la ciencia es que cualquier fenómeno, cuando es observado para su registración, deja de comportarse naturalmente. Del mismo modo se puede inferir que el problema pasa porque el observador pasa a formar parte del fenómeno.

En el caso de los documentales, esto resulta ser tremendamente cierto. El propósito del documental es capturar la realidad, pero desde el momento en que hay un director, lo que vemos es verdad manipulada. Aún cuando el director intente ser lo más objetivo posible, es su punto de vista lo que queda en la pantalla. No es una gigantesca amalgama de todas las opiniones posibles acerca de la temática del filme, sino aquellas seleccionadas que el director considera más representativas.

Desde El Triunfo de la Voluntad (1935) que sabemos que los documentales pueden manipular la opinión del público. Lo que se disfrace de real no necesariamente es verdadero; y si a esto le sumamos la opción de una experiencia inmersiva, cualquier mentira se vuelve realidad y transmite sensaciones al público. Ese es el legado de El Proyecto Blair Witch, que tomó la óptica de los documentales para darle veracidad a los relatos más disparatados.

En el caso de Incidente en el Lago Ness, es Zak Penn el que toma la misma perspectiva para satirizar a los documentales. Como toda buena mentira, primero hay que darle credibilidad. Lo que aquí logra Penn es que un grupo de notables participe de esta broma intelectual, este faux documental que empieza bien y termina por irse al diablo. Para ello arma un dream team compuesto por Werner Herzog, el brillante director alemán detrás de Fitzcarraldo, Aguirre, la Ira de Dios y documentales como Encuentros en el Fin del Mundo; un montón de técnicos notables como el director de fotografía Gabriel Beristain y el técnico en sonido Russell Williams II; el cinematógrafo John Bailey, y otros miembros de la comunidad cinematográfica mundial. Estas son personalidades reales que han participado en numerosas producciones de Hollywood, y que aquí hacen de sí mismas. No están detrás de cámara sino en escena, como protagonistas que están desarrollando la filmación del documental sobre el lago Ness, a su vez que hay otros (tipos reales) que están rodando un documental sobre cómo trabaja Herzog. Un film acerca de cómo se rueda otro film.

Esto no bastaría para darle visos de realidad, por lo que Penn (que dicho sea de paso, ha sido el guionista de varios filmes de los X-Men y saltó a la fama a partir de su libreto para El Ultimo Gran Héroe) decide ir más allá. El inicio del filme es el hogar de los Herzog en Los Angeles, en una cena donde está la esposa auténtica del director junto con varios invitados como Jeff Goldblum y Ricky Jay (un conocido mago, y que nosotros lo tenemos como el especialista Henry Gupta de El Mañana Nunca Muere). Herzog hace acotaciones directas a la cámara, cuenta anécdotas sobre sus filmaciones anteriores, hace reflexiones profundas acerca de la naturaleza del cine. Cuando todo está establecido como impecablemente auténtico, se empieza a ir al recarajo lentamente (perdón el francés). Penn trae ideas hollywoodenses para darle emoción al documental: efectos especiales, una modelo en bikini como “especialista del sonar”, aparatosos uniformes, contratación de falsos especialistas… los engaños empiezan a quedar evidentes, e incluso – ante la negativa de Herzog a participar de la parodia -, Penn termina por apuntarle al director con una pistola. Sí, como hizo Herzog con Klaus Kinski durante el rodaje de Fitzcarraldo. Y ahi aparece el monstruo real y se devora a uno de los integrantes de la tripulación.

Lo que es apasionante de Incidente en el Lago Ness es que la parodia que monta Penn y la visión seria y poética de Herzog se complementan de manera notable. En cámara resultan ser muy buenos actores y son creíbles; los diálogos marchan de manera natural, gracias al ingenio de Penn para planificar el rodaje – generó un puñado de escenas guionadas, necesarias para que la trama avance, y después dejó improvisar libremente a los actores -. Y cuando las ocurrencias hollywoodenses de Penn empiezan a inundar la producción, produce picos de comicidad que son realmente hilarantes. En especial la visión del pobre Herzog, víctima de las locuras del productor.

El tema con Incidente en el Lago Ness pasa porque es una broma demasiado nerd. Uno debe saber quién es Herzog (o los miembros del rodaje) para tenerles reverencia y ver después como empiezan a quedar enchastrados con las ocurrencias de Penn. Satiriza las seudo verdades que nos venden los documentales, y por ese lado es un chiste intelectual. Por otro lado apunta a la ridiculez de los cliches de Hollywood, los cuales no tienen cabida en el mundo real. Esto no quita que sea brillante y entretenida, pero es una broma que quizás no todos entiendan su gracia (o, mejor dicho, hay que tener una base de conocimientos para apreciarla en todo su esplendor). El otro punto que siento que no está tan pulido es el clímax. Aquí el filme abandona la sátira y se mete de pleno en la modalidad El Proyecto Blair Witch. Hay tensión y es disfrutable, pero al mismo tiempo termina siendo más rutinario comparado con la originalidad de lo que venía desarrollando. Quizás un corte más abrupto le habría dado mayor sorpresa y shock al final; o quizás si se hubiera suprimido la aparición del monstruo (y se hubiese proseguido con la línea de sátira) el resultado hubiera sido más efectivo, llegando a extremos impensables en la relación de odio entre Herzog director y Penn productor lunático. A Penn guionista se le ocurrió incluir a Nessie para darle el broche final; pero Penn director resultó ser algo flojo al momento de rodarlo. Como dice Herzog en un momento: “el monstruo era fascinante cuando me hablaban de él; pero al verlo, me resultó simplemente vulgar y decepcionante”. Simplemente el clímax debería haberse articulado de otra manera para tener verdadero impacto.

Pero que esos minutos finales no lo dejen engañar. Incidente en el Lago Ness es brillante durante el 95% de su duración. El cambio de tono sobre el final la empaña un poco; pero durante el resto de la travesía es una gozada, simplemente porque es una película que satiriza la solemnidad de los documentales con mucha inteligencia y altura.