Crítica: Humanoides del Abismo (Humanoids From The Deep) (1980)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1980: Doug McClure (Jim Hill), Ann Turkel (Dra Susan Drake), Vic Morrow (Hank Slattery), Cindy Weintraub (Carol Hill), Anthony Penya (Johnny Eagle)

Director: Barbara Peeters, Guión: Frederick James

Trama: En el pueblo pesquero de Noyo han comenzado a desaparecer muchachas, y algunos testigos juran haber visto a extrañas criaturas rondando por la zona. Para investigar el misterio llega al pueblo la Dra. Susan Drake, la que comienza a colaborar con Jim Hill – uno de los primeros lugareños que ha avistado a los monstruos -. Luego de analizar los restos hallados en en el lugar de los hechos, la Dra. Drake concluye que las criaturas son animales marinos que han ingerido salmones alterados genéticamente y que, por ello, han mutado hasta convertirse en engendros humanoides. Pero ahora las criaturas se encuentran en época de apareamiento y han elegido raptar chicas del pueblo para reproducirse. Y Hill y Drake deberán emprender una larga travesía de exploración para intentar rescatar a las muchachas antes que ocurra lo peor.

Humanoids From the Deep Hay películas muy malas que son divertidas; y hay otras que directamente son incompetentes. Humanoides del Abismo entra en la última categoría. No hay nada bueno que se pueda decir de ella, y se la podría resumir en una sola palabra: atroz. Viniendo de la mano de Roger Corman tal calificativo no debería resultar extraño, aunque hubo ocasiones en que el productor ha sido tan bizarro que ha terminado por ser efectivo. Sin embargo, en esas ocasiones contaba con gente de talento incipiente (un puñado de desconocidos que luego harían historia como Joe Dante o James Cameron) y las cosas salían a flote. Pero aquí el talento brilla por su ausencia.

Sinceramente, no creo que el libreto de Humanoids From The Deep sea tan horrendo. Es pura rutina serie B, ni más ni menos. No encontré ninguna secuencia en la cual uno diga: “¿quién diablos escribió esto?”. A lo sumo, chupa cosas de todos lados, desde Tiburón hasta El Monstruo de la Laguna Negra y, aún con esa falta de efecto sorpresa, debería haber sido efectiva. Pero el punto decisivo pasa por la puesta en escena, que es directamente lamentable. Acá contrataron a Barbara Peeters, una directora cuya única experiencia previa era hacer productos sexploitation para Corman (sí!) y a la que obligaron a que tomara el control de esta película de terror. Todo esto deviene en un manejo completamente amateur de todo el show: hay planos y cortes fuera de lugar, los actores dicen sus líneas sin convicción (como si todo fueran primeras tomas o careciera de ensayo), y los shocks son baratos, reduciéndose a tirar cosas contra la cámara. Para tener una idea de la calidad del filme, el nivel de la dirección se encuentra en un punto intermedio entre teleteatro y película porno.

Los monstruos tampoco ayudan. Este es uno de los primeros trabajos del especialista en maquillaje y efectos Rob Bottin, pero los bichos no se ven muy convincentes. Son una mezcla entre GillMan de El Monstruo de la Laguna Negra y un repollito de Bruselas mutante. Cuando los pinchan, sangran a chorritos. Y, lo que es peor, son calentones. Al menos el único punto original de la historia es llevar un paso más allá al concepto de la bestia raptando a la bella. ¿Para qué quiere un monstruo raptar a una humana?. Para darle hasta que salga el Sol. Parece que el agua fría no le hace nada a estos bichos…

Todo esto deviene en un espectáculo realmente bizarro. Malos actores haciendo malas escenas y combatiendo a monstruos violadores de jovencitas. Los bichos chorrean juguito verde, lanzado de manera directa a la cámara. Las bombas Molotov (y todo lo inflamable que haya en el filme) explotan como si fueran bombas atómicas. Las victimas son cazadas en las situaciones hot más idiotas del mundo (incluyendo un ventrílocuo que decide hacer un menage a trois con su novia y su muñeco!). Vic Morrow – con su eterna cara de tránsito lento – hace de malo con buen corazón. Doug McClure (sí, el mismo!) no se toma muy en serio el papel y se la pasa sobreactuando. Y así como ellos hay una larga troupe de intérpretes de cuarta, todos ellos sometidos a este bochorno con tal de conseguir el pancho y la Coca de cada día. Al menos Ann Turkel es sexy y no se enrieda con las líneas atroces que le tocan en suerte. Pero el resto tiene el nivel actoral de un acto escolar de 3º grado. Terrible.

Humanoids From The Deep es incalificable. Hay gente que se va a divertir horrores con el filme, sacándole el cuero. A mí me pareció amateur en extremo, y molesta en el 50% de los casos. La directora podría haberla hecho más atroz, o podría haberla convertido en una comedia negra, … o podría haber hecho un millón de cosas distintas a la que hizo. Así como está, es una película hecha con desgano por todos los que participaron, y eso es algo que se percibe en la pantalla.