Crítica: La Casa de la Montaña Embrujada (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1999: Geoffrey Rush (Steven Price), Famke Janssen (Evelyn Stockard Price), Ali Larter (Sara Wolfe), Taye Diggs (Eddie), Chris Kattan (Watson Pritchett), Bridgette Wilson (Melissa Marr), Peter Gallagher (Dr Donald Blackburn)

Director: William Malone, Guión: William Malone & Ford Beebe, basados en el guión de Robb White escrito para el film homónimo de 1959

Trama: Steven Price es un millonario con un sentido retorcido del humor que ha citado a cinco desconocidos para el cumpleaños de su esposa, el cual se lleva a cabo en un abandonado manicomio. Pero allí ocurrió una gran tragedia en los años 30, cuando todos sus ocupantes perecieron calcinados por un masivo incendio; y desde entonces la casa se ha ganado la fama de estar embrujada. Price piensa utilizar la excusa de los fantasmas del lugar para llevar a cabo su venganza personal sobre su infiel esposa y su amante; pero a su vez Evelyn Price planea aprovechar la ocasión para deshacerse de su marido. Lo que ambos no saben es que los fantasmas de la casa son reales y comenzarán a matarlos uno a uno, a menos que puedan escapar de allí antes del amanecer.

La Casa en la Montaña Embrujada (1999) William Castle fue un director de culto de los años 50. Fue una especie de Hitchcock de la serie B, con menos talento para dirigir pero con gran creatividad para los trucos publicitarios – los que terminaron convirtiendo en éxitos a un montón de filmes mediocres del mismo Castle -. Esqueletos de plástico que aparecían en medio de las proyecciones, seguros de vida para aquellos que se murieran aterrorizados durante la asistencia a la exhibición del filme, aparatos montados en las butacas que daban descargas eléctricas en los momentos más tensos de sus películas… y un largo etcétera. Castle se convirtió en el ídolo de muchos; y en los años noventa Robert Zemeckis y Joel Silver decidieron rendirle homenaje, fundando la productora Dark Castle – destinada a generar remakes de las películas más recordadas del maestro -. La Casa de la Montaña Embrujada fue la primera de dichas producciones, a la que le seguiría 13 Fantasmas en el 2001.

La verdad es que el original de 1959 era truculento y poco coherente; una sarta de sustos baratos que Castle lanzaba a la cámara sin preocuparse demasiado de la historia. La versión 1999 le rinde homenaje de manera bastante fiel, manteniendo el setup básico – millonario vengativo, esposa infiel, cinco desconocidos atrapados en una casa embrujada – e incluso recreando algunas de las escenas del original – como la entrega de las armas en simpáticas cajas con forma de ataúd -. Pero este libreto es mucho más elaborado en cuanto a los personajes y diálogos, amén de que cuenta con un cast de calidad superior. El intercambio de puñales verbales entre Geoffrey Rush y Famke Janssen es muy bueno; y mientras que en el original todo se trataba de un engaño del millonario para asesinar a su esposa y su amante, en House on Haunted Hill 1999 las cosas se salen de control cuando se dan cuenta de que la casa está realmente embrujada.

Los rubros técnicos son muy buenos, y el elenco es sobresaliente. Geoffrey Rush se deleita con su Steven Price (nombrado en honor a Vincent Price, el protagonista del original); está una jovencísima Ali Larter (años antes de la serie de TV Heroes), e incluso un actor cómico tan molesto e irritante como Chris Kattan se desempeña de manera perfecta como el desquiciado dueño de la casa (que en 1959 lo interpretaba Elisha Cook Jr, otro tipo con cara de loco). A esto se suma la cadencia de los diálogos, que por momentos tienen una chispa brillante (“ya oyeron amigos… ¡el que muere, pierde!”).

Lo que opaca la remake de House on Haunted Hill es la dirección de William Malone, que no termina de generar el ambiente tétrico que el relato precisaba. El comienzo es muy bueno, con la masacre que provocan los locos dentro del manicomio y que culmina con el incendio que termina por matarlos a todos; pero una vez que se sitúa en la época actual y que todos los participantes están en la casa, empieza a perder un montón de esa atmósfera. Quizás el tema pase porque los escenarios están demasiado iluminados, y porque Malone intenta crear imágenes de pesadilla sin éxito – compárenlo con un escenario similar como es la terrorífica Silent Hill, que tenía escenas que a uno le hacían cambiarse los calzones a cada rato -. Lo otro que falla en el filme es cuando se despega del original cerca del final, con el duelo entre los vengativos esposos, termina por transformarse en una catarata de efectos especiales borrosos y poco convincentes. No hay nada en la película que resulte realmente espeluznante o particularmente memorable.

La Casa de la Montaña Embrujada es una película standard de terror, con buenos diálogos y actuaciones, pero algo corta en sustos y clima. Se deja ver y es entretenida, pero no es algo que le pueda quitar el sueño por las noches.

HOUSE ON HAUNTED HILL

Las versiones de La Casa de la Montaña Embrujada son: House on Haunted Hill (1959) dirigida por William Castle; y la remake de 1999, dirigida por William Malone.