Crítica: High Plains Invaders (Alien Attack) (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canada, 2009: James Marsters (Sam Danville), Cindy Sampson (Abigail Pixley), Sebastian Knapp (Jules Arning), Sanny Van Heteren (Rose Hilridge)

Director: Kristoffer Tabori, Guión: Richard Beattie

Trama: 1892, en el lejano oeste norteamericano. El fugitivo Sam Danville ha sido atrapado por la cazarecompensas Rose Hilridge y, tras un juicio sumario, se disponen a ejecutarlo en la horca. Pero cuando Danville se encuentra a punto de ser colgado, una criatura alienigena irrumpe en el pueblo y genera una matanza. Ahora Danville y un grupo de pobladores se refugian en la oficina del sheriff, donde encuentran armas y algo de dinamita, y se preparan para resistir. Pero las criaturas son inmunes a las balas y, mientras tanto, se dedican a arrasar con todo y a excavar enormes hoyos en el suelo, ante la mirada atónita de los escasos sobrevivientes.

High Plains Invaders (Alien Attack) High Plains Invaders es uno de esos filmes que merecen verse con mucha piedad y tolerancia. Es una pequeña películita para la TV producida por el Sci Fi Channel (que ahora se llama de manera más fashion, SyFy Channel), y hecha con dos mangos. Usualmente el Sci Fi Channel produce atrocidades como S.S. Doomtrooper o El Ataque de los Dragones, y aquí se despachó con otro libreto bizarro que licúa western con ciencia ficción … pero hay algo en esa mezcla que resulta fascinante. Aún con toda su larga lista de problemas y defectos, High Plains Invaders tiene cierto angel que me hace salvarla de la segura hoguera que merecía.

En el fondo, todo el tema pasa por la mezcla de géneros. Siendo el western un escenario tan ideal para el género de acción – imaginen un mundo en donde todos van armados -, yo no sé cómo a nadie se le ha ocurrido fusionarlo con el terror o la ciencia ficción. Ciertamente hay experimentos abominables previos como Jesse James Encuentra a Frankenstein (1966), o capítulos de la serie de TV El Tunel del Tiempo (1966), en donde James Darren y Robert Colbert eran raptados por un OVNI en pleno salvaje oeste; pero no hay ningún intento serio y potable (bueno, Las Aventuras de Jim West 1999 es otra prueba palpable de ello). En todo caso, High Plains Invaders me hace pensar en la inminente Cowboys y Aliens (2011), que va a ser dirigida por Jon Favreau (Ironman) y estelarizada por Daniel Craig. Aquí hay un fugitivo que se salva de la horca justo cuando unas arañas metálicas extraterrestres empiezan a arrasar con el pueblo. Lo que sigue es la resistencia y el plan para volar la nave madre.

Lo bueno de High Plains Invaders es que pasan cosas todo el tiempo – aunque mayormente predecibles -, y que los protagonistas se comportan con cierta inteligencia. Los FX están buenos. Están el subvalorado James Marsters como el anti héroe de turno. Pero los méritos del filme se vienen abajo a la hora de ver los valores de producción. Se ve que todo el dinero fue a parar al cachet de Marsters y a los efectos especiales, porque el resto se ve paupérrimo. Como filmaron en Europa Oriental, hay varios locales en papeles principales – ¿cowboys con acento rumano? -. La potencia de las explosiones es similar a la de un par de chasqui boom – hay un momento ridículo en que Marsters planta tres cartuchos de dinamita, se tira al suelo como si viniera la gran onda expansiva, y los cartuchos hacen “pif”, que hay que verlo para creerlo -. Y el detalle más chocante son las armas completamente anacrónicas; por falta de presupuesto (o de tiempo para buscar armas históricas de utilería), los pistoleros andan con revólveres modernos. Imaginen a un cowboy de 1892 armado con una Smith & Wesson .357 Magnum (wtf!!).

Pero entre la idea original, las buenas actuaciones y las buenas intenciones, High Plains Invaders es perdonable. Si, hay montones de detalles bizarros debidos a que se trata de una producción muy barata, pero es rutina potable para ver por cable. Y por lo menos tiene el mérito de hacer algo fuera de lo standard, aunque clamaba a gritos que alguien hubiera invertido unos pocos dólares más para rodarla como se merecía.