Crítica: Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2001: Daniel Radcliffe (Harry Potter), Rupert Grint (Ron Weasley), Emma Watson (Hermione Grainger), Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), Richard Harris (Profesor Albus Dumbledore), Alan Rickman (Profesor Severus Snape), Maggie Smith (Profesora Minerva McGonnagle), Ian Hart (Profesor Quirrell), Tom Felton (Draco Malfoy), John Hurt (Mr Ollivander), Richard Griffiths (Vernon Dursley), Fiona Shaw (Petunia Dursley), Harry Melling (Dudley Dursley), Zoe Wanamaker (Madame Hooch)

Director: Chris Columbus, Guión: Steve Kloves, basado en la novela Harry Potter and the Philosopher’s Stone de J.K. Rowling, Musica – John Williams

Trama: Harry Potter es un huérfano que vive en la casa de sus despóticos tíos. Un día recibe una beca de la escuela de magia Hogwarts y, a pesar de las negativas de sus tíos, logra asistir a ella. Poco a poco comienza a descubrir cosas sobre la extraña muerte de sus padres: que eran magos, que fueron asesinados por el malvado Lord Voldemort, y que él es el único sobreviviente. Muy pronto hace amistad con otros compañeros de la escuela, en especial con Ron Weasley y Hermione Grainger, quienes lo acompañan en la pesquisa. Porque, relacionado con la muerte de sus padres, comienzan a suceder extraños hechos en Hogwarts, y Potter llega a la conclusión que se trata de una conspiración para obtener la misteriosa Piedra Filosofal, la que podría materializar al espíritu de Lord Voldemort y desatar un reinado de terror en Hogwarts.

Harry Potter y la Piedra Filosofal Siempre han existido detectives infantiles. Desde Tom Sawyer hasta las aventuras literarias de la pandilla que presentaba Alfred Hitchcock. Y por supuesto siempre han existido hogares atormentados con huerfanos que terminan por salirse con la suya. La literatura inglesa está plagada de ejemplos. Lo que básicamente hizo la escritora inglesa J.K. Rowling es batir todo esto y añadirle magia. Así de simple. El mayor mérito de J.K Rowling es transformar a un nicho como la literatura infantil en un best seller para todos los públicos. Pero el resto de su temática no es original sino un simple reciclado de temas que previamente habían aparecido en otros libros e incluso en películas.

Esto no significa que la obra de Rowling no tenga mérito – a final de cuentas, la mayor parte de los libros y filmes más populares de la historia reciclan temas tocados por leyendas, cuentos e historias mucho más antiguas -. Es, en todo caso, una movida inteligente. Una particularidad de la saga de Harry Potter es introducir temas como la muerte en sus tramas, algo que era considerado tabú hace años en la literatura infantil. Ese es un elemento que me resulta particularmente fascinante, quizás porque los niños tienen a alguien – en este caso, el escritor – que se anima a hablarles del tema. No sería el primer autor que empezaría a incluír la muerte en sus libros: la saga de Lemony Snicket es aún más lugubre. Establece una relación seudo adulta con sus lectores de escasos años, lo que estimo produce el respeto de su público hacia la obra.

Harry Potter es el personaje creado por J.K Rowling, una maestra inglesa desempleada que comenzó escribiendo su primera novela en las servilletas de los bares mientras buscaba trabajo. Es uno de los tantos milagros que se suceden en el primer mundo: los self made man (o woman, en este caso), que de la pobreza saltan a la riqueza tan sólo con encontrar una idea genial. Pronto comenzaría una seguidilla de obras que continúa hasta el 2007, en donde Rowling diversificó el universo de Potter y terminó por construir toda una mitología. Es, lo que se dice, una máquina de hacer dinero.

Desde 1997 con la aparición del primer libro los estudios se dedicaron a intentar producir una película basada en la saga, de la cual en el 2001 llegó a las pantallas la primera entrega, Harry Potter y la Piedra Filosofal. El film llega de la mano de Chris Columbus, un director que suele dividir las aguas. Columbus no posee un gran talento, a lo sumo es un director prolijo, y lo más memorable que hizo es la saga de Mi Pobre Angelito. El resto de su producción va de lo standard a lo chato, y las expectativas sobre su puesta al mando del proyecto de Potter eran bastante dudosas.

Por suerte Harry Potter y la Piedra Filosofal emerge como una película mejor que la esperada, pero sigue siendo simplemente un filme que se deja ver. El gran problema del film es lidiar con lo vasto de la mitología de Potter: el primer tercio del filme es abrumador y hasta pedante. Los tíos despóticos de Harry son directamente caricaturas, cuando podrían haberse delineado como personajes realmente siniestros. Pero el problema aquí reside en una cuestión de tiempos: Columbus está desesperado por llegar al nudo de la historia de Hogwarts y el primer tercio de la película parece ir en fast foward – es un bombardeo constante de información y personajes -. El director por momentos parece estar a punto de hacer explotar la cabeza de los espectadores por inundación de datos y exceso de efectos visuales. No sé si el film precisaba un poco más de tiempo (a pesar que su duración es larga) para llevar las cosas más pausadamente. Pero ese frenesí inicial termina por sepultar algunos datos sobre la historia de Lord Voldemort, y cuando la película retoma un ritmo normal – especialmente a partir de la escuela de vuelo en escoba – el espectador sigue por inercia la trama, sin saber muy bien quien es quién en la historia.

Parte de este problema es Columbus y parte es el guión. Lo mismo sucedía en El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo, que resulta un filme imprescindible para ver después de haber conocido sus secuelas (y tener una mayor idea de la historia y de los personajes). Presentar nuevos universos, numerosos personajes y complicadas historias es una tarea titánica para volverla potable en la primera entrega de una saga. Aquí Columbus la pifia en ese sentido, además de que sobre el final comienza con otro bombardeo de FX que desborda a la platea.

El casting es muy bueno y se desempeña bien, aunque Daniel Radcliffe no tenga el carisma suficiente para el héroe que precisa la saga, y pierde en casi todas las escenas con sus compañeros de elenco Rupert Grint y Emma Watson. Hay alguna pifia que otra en el argumento (en especial en el final, donde los chicos deben sortear un montón de trampas que deberían estar destrabadas ya que el villano recorrió antes el mismo sendero), y el libreto está cargado de cierto melodramatismo banal. Para ver la enorme diferencia que hace un director de calidad con el mismo tema, basta ver la tercera entrega de la serie – Harry Potter y el Prisionero de Azkaban – , donde Alfonso Cuarón hace maravillas con la atmósfera de la historia.

Es una película potable, pero no contiene nada especialmente memorable. Por momentos es muy frenética y desborda, pero en general entretiene sin demasiada substancia.

HARRY POTTER

Las películas basadas en la saga de Harry Potter de J.K. Rowling son: Harry Potter y la Piedra Filosofal (2001), Harry Potter y la Cámara Secreta (2002), Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (2004), Harry Potter y el Cáliz de Fuego (2005), Harry Potter y la Orden del Fénix (2007), Harry Potter y el Misterio del Principe Mestizo (2009), Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 1) (2010) y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte (Parte 2) (2011)
Spin offs ambientados en el universo mágico de Harry Potter: Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos (2016) – Animales Fantásticos: los Crímenes de Grindelwald (2018)