Crítica: Gorath (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japón, 1962: Ryo Ikebe (Dr. Tazawa), Yumi Shirakawa (Tomoko Sonoda), Akira Kubo (astronauta Tatsuma Kanai), Kumi Mizuno (Takiko Nomura), Hiroshi Tachikawa (Wakabayashi), Akihiko Hirata (capitán Endo)

Director: Ishiro Honda, Guión: Takeshi Kimura, sobre una historia de Jojiro Okami

Trama: La misión espacial japonesa XJ1, en vuelo sobre Saturno, descubre un enorme planetoide errante que se dirige en trayectoria de colisión directa a la Tierra. El pánico cunde en nuestro planeta, ya que la masa del cuerpo celeste – bautizada como Gorath – es 6000 veces superior a la Tierra, y su enorme gravedad absorbe todo a su paso. Las Naciones Unidas han aprobado un desesperado plan de salvataje, que consiste en instalar gigantescos motores atómicos en el polo sur, y desplazar a la Tierra de su órbita. Pero Gorath ha absorbido satélites y cometas, y su masa se ha incrementado de tal manera que ni aún los 400.000 km planeados inicialmente para el desplazamiento de la Tierra podrían alcanzar para escapar de su gravedad. Y ahora la humanidad se encuentra rezando por un milagro que salve al planeta.

Gorath A principios de los 60 la Toho había descubierto que la ciencia ficción era un género popular entre los japoneses y se encontraba experimentando con el reciclado temático de la sci fi americana. Si Los Misterianos (de la Toho) era la versión nipona de La Guerra de los Mundos, la Daiei había hecho lo mismo con su Advertencia Desde el Espacio, que mezclaba El Día que Paralizaron la Tierra con Cuando los Mundos Chocan. Precisamente sobre esta última película es que la Toho decidió realizar una nueva apuesta de la mano del director Ishiro Honda y el especialista de efectos especiales Eiji Tsuburaya. Pero el mismo año aparecería King Kong vs Godzilla, el kaiju eiga dominaría en la taquilla, y la space opera pasaría a un segundo plano, terminando por fusionarse con el cine japonés de monstruos.

Como dijimos hace poco al comentar Latitud Cero, Gorath es ciencia ficción japonesa. Así que esperen ver muchos efectos especiales (de excelentes a bizarros), terribles comic reliefs, tramas disparatadas, y coloridas maquetas y trajes espaciales. He aquí otro planeta errante que viene a colisionar con la Tierra; mientras que en el clásico Cuando los Mundos Chocan la solución de turno era construir arcas de Noe espaciales, a los japoneses no se les ocurre mejor idea de montar gigantescos cohetes nucleares en la Antártida y mover a la Tierra de lugar (haciéndole oosooo! a Gorath). Lo que nadie en ningún momento se plantea, es como volver a ponerla en su sitio después de que pase la emergencia (ni el problema de la temperatura, el Sol, la atmósfera, la ausencia de Luna y su influencia en las mareas… y dos millones de detalles más).

El elenco está compuesto cien por ciento de habitués de los filmes de Ishiro Honda, desde Akihiko Hirata y Takashi Shimura de la Godzilla original hasta Akira Kubo de Godzilla vs Monster Zero, y la lista sigue. El comienzo está ok, con espectaculares FX en el espacio mientras vemos como la misión XJ1 es absorbida por la gravedad del planetoide rojo. Pero lo que sigue ya es mucho más flojo. En especial cuando tenemos una pandilla de ineptos en estado permanente de vandalismo como es el grupo de cadetes espaciales al cual le va a tocar en suerte salvar al mundo. Cuando Akira Kubo y su banda de chicos alegres se roban un helicóptero para ver a la novia de éste y se van cantando una canción patriótica, dan ganas de derribar el aparato con un misil Stinger. Es una patota de irritantes comic relief que arruinan el filme en cada una de sus apariciones.

Por ahí es que el director Honda quiso dar a entender de que todo el filme no se podía tomar muy en serio. Motivos no le faltan. No sólo está el disparate de correr a la Tierra mediante reactores en la Antártida, sino que – mientras construían en ésta – terminan por despertar a Maguma, la versión mutante de Pablo Morsa que se viene a devorar media base en el polo justo cuando Gorath se nos viene encima. Es obvio que la aparición del monstruo gigante en esta space opera está metida con calzador, ya que es enteramente gratuita y la pusieron a pedido del productor, quien no estaba muy seguro que la anécdota espacial bastara para la taquilla y se prendió al carro de Godzilla a último momento. La morsa gigante dura exactamente cinco minutos antes de que la conviertan en picadillo. Gracias a Dios desaparece, ya que es un traje asombrosamente ridículo.

Por si planetas a punto de colisionar con la Tierra y la aparición de morsas gigantes en el polo fueran poco, el libreto sigue agregando verdura, incluyendo la amnesia de nuestro pedante héroe Akira Kubo, los problemas presupuestarios del gobierno japonés que acepta reluctante participar en el emprendimiento internacional, y toda la charlatanería pacifista pro ONU que la sci fi japonesa se empeñaba en comprar en los años 60. Cuando hay actores en escena, Gorath va de lo lento a lo irritante; por suerte, tenemos muchas tomas de FX de Eiji Tsuburaya, lo que ameniza las cosas. Si bien el libreto no deja ley de física sin violar, al menos el descerebre en pantalla es entretenido. Cuando Gorath se acerca a la Tierra, absorbe como una aspiradora los anillos de Saturno (en un efecto realmente bueno), y se chupa a la Luna aún a miles de kilómetros de distancia. En el clímax, Tsuburaya tira la casa por la ventana, con visiones dantescas de ciudades devoradas por el mar y cataclismos de todo tipo y color.

Gorath es medianamente entretenida. En el fondo uno ve estas películas como a las series de Gerry Anderson (quien a su vez se inspiraba en los filmes japoneses), en donde uno se deleita viendo maquetitas coloridas viajando por el espacio o explotando. Es como una especie de voyeurismo infantil donde sentimos placer viendo como destrozan juguetes. El tema es que, cuando no hay juguetes en pantalla, la trama se hace pesada o absurda o irritante o las tres cosas al mismo tiempo. Gorath es pasable pero seguramente no es el mejor filme de la larguísima carrera de Ishiro Honda.

EL CINE FANTASTICO JAPONES DE INOSHIRO HONDA

Godzilla, King of the Monsters! (1954) – Half Human (1955) – Rodan (1956) – The Mysterians (1957) – The H-Man (1958) – Varan the Unbelievable (1958) – Battle in Outer Space (1959) – The Human Vapor (1960) – Mothra (1961) – Gorath (1962) – King Kong vs. Godzilla (1962) – Matango (1963) – Atragon (1963) – Mothra vs. Godzilla (1964) – Dogora (1964) – Ghidorah, the Three-Headed Monster (1964) – Frankenstein Conquers the World (1965) – Invasion of Astro-Monster (1965) – War of the Gargantuas (1966) – King Kong Escapes (1967) – Destroy All Monsters (1968) – Latitude Zero (1969) – Godzilla´s Revenge (1969) – Yog, The Space Amoeba (1970) – Terror of Mechagodzilla (1975)