Crítica: G.I. Joe: El Origen de Cobra (GI Joe, The Rise of Cobra) (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2009: Channing Tatum (Duke), Christopher Eccleston (McCullen / Destro), Joseph Gordon-Levitt (Rex), Byung-hun Lee (Storm Shadow), Sienna Miller (Ana / Baronesa), Rachel Nichols (Shana ‘Scarlett’ O’Hara), Marlon Wayans (Ripcord), Jonathan Pryce (Presidente de los Estados Unidos), Dennis Quaid (General Hawk)

Director: Stephen Sommers, Guión: Stuart Beattie, David Elliot & Paul Lovett

Trama: Un equipo militar de la OTAN es asignado para la escolta de un convoy que transporta una bomba de alta tecnología, compuesta por nano robots que devoran todo tipo de material a su paso. Pero el convoy es interceptado por un grupo de fuerzas hostiles que posee sofisticado armamento, y el ataque es repelido por la imprevista aparición de un cuerpo de élite secreto conocido como G.I. Joe. Con las bombas a salvo, los dos únicos supervivientes del convoy – Duke y Ripcord – son enrolados en los GI Joe para protegerlas, además del hecho de que Duke conoce a una de las atacantes – Ana, quien fuera su esposa y ahora trabaja para el enemigo -. Pero un asalto a los cuarteles generales de los GI Joe deja a las ojivas en mano de los terroristas. Y ahora el grupo de elite deberá actuar con celeridad para evitar que sean detonadas sobre las principales capitales del mundo.

G.I. Joe: The Rise of Cobra G.I. Joe viene de Government Issue (publicación del gobierno), y era una expresión popular utilizada para referirse a los soldados americanos en la Segunda Guerra Mundial. En los años sesenta un creativo de Hasbro quiso lanzar una línea de muñecos de acción orientada a los niños y comenzó por generar muñecos con soldados de la Segunda Guerra – en un intento de emular el éxito de Mattel con las muñecas Barbie para las niñas -. Con el tiempo la línea de juguetes empezó a despegarse de los conflictos bélicos – hubo una breve línea basada en la Guerra de Vietnam -, y comenzó a generar un mundo propio, con enemigos y fuerzas opuestas. En uno de sus tantos relanzamientos – a principios de los ochenta -, la franquicia comenzó a experimentar una euforia, especialmente porque narraba un universo propio de fuerzas del bien vs el mal, lo que culminaría con una saga de comics y dibujos animados. Precisamente el animé sería el que se extendería por todo el globo y popularizaría la franquicia.

Ahora en el 2009 llega esta versión en vivo. Obviamente las cosas han cambiado mucho desde los toscos muñequitos de plástico de la Segunda Guerra Mundial de los años 60 hasta esta raza de supersoldados llenos de juguetes de última tecnología que le provocarían a James Bond un orgasmo. Precisamente lo que hace el director Stephen Sommers es hacer una mezcla como si 007 viviera en el universo de Wanted – Se Busca (en donde se realizaban proezas físicas imposibles), con unas gotas de La Guerra de las Galaxias. Si bien el resultado final es hueco, aquí hay acción y adrenalina de principio a fin de la película.

Los últimos filmes de Sommers – como Van Helsing y La Momia 3 – van de lo mediocre al disparate saturado de efectos especiales. G.I. Joe: El Origen de Cobra al menos ya parte de un escenario delirante con armas imposibles, fuerzas futuristas del bien vs el mal, bases secretas descomunales y ultratecnología que sólo existe en sueños. Resulta imposible contrastar algo con la realidad – que era el problema de las últimas películas de Sommers -, porque simplemente este universo es increíble desde el vamos. Y como el filme se decanta por un show exclusivo de secuencias de acción, no hay mucho tiempo para pensar que todo esto es improbable.

El tema es que, en medio del caos de explosiones y persecuciones, los personajes terminan resultando tan plásticos como sus contrapartes de juguete. Sommers inserta breves flashbacks para contar la historia de origen de cada uno, pero terminan siendo una catarata de clichés. Al menos en Wanted, los personajes eran interesantes y tenían carisma; pero aquí ese magnetismo queda reducido al desempeño individual de los actores, y no a la creatividad del libreto. Sienna Miller – que ha crecido enormemente desde Layer Cake – se relame con su rol de villana, Dennis Quaid hace lo que puede con su estoico general, Marlon Wayans está al menos controlado y resulta gracioso, y Christopher Eccleston aporta un poco de clase a su villano. El que desluce la partida es quien supuestamente es el héroe de la historia, Channing Tatum, que simplemente es opaco. El resto va de lo ok a lo destacable.

G.I. Joe: The Rise of Cobra no es tan original ni excitante como Wanted. Es descerebre puro, y las secuencias de acción están buenas sin ser memorables. Es simplemente una ráfaga de secuencias explosivas – algunas emulando al ataque de La Estrella de la Muerte de Star Wars, pero bajo el agua -, con una historia muy delgada y poco interés en los personajes. O sea, un show pochoclero en estado puro sin demasiada consistencia.