Crítica: El Gato que Vino del Espacio (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1978: Ken Berry (Dr Frank Wilson), Ronnie Schell (Voz of Zunar J5-9 Doric 47 ‘Jake’ / Sargento Duffy), Sandy Duncan (Dra Liz Barrett), Harry Morgan (General Stilton), McLean Stevenson (Dr Norman Link), Roddy McDowall (Stallwood)

Director: Norman Tokar, Guión: Ted Key

Trama: Teniendo problemas con su nave espacial, el alienígena Zunar J5-9 ha debido hacer un aterrizaje de emergencia en el planeta Tierra. Zunar proviene de una raza de extraterrestres similares a los gatos, pero poseedores de una extrema inteligencia y poderes mentales. Ahora Zunar se encuentra en la búsqueda de materiales para reparar su nave, pero los militares ha divisado el aterrizaje y han llegado al lugar, apoderándose de la nave. La única esperanza de Zunar es confiar en un ser humano y por ello termina de cruzarse con Frank Wilson, un torpe y brillante científico que parece entender los pormenores del funcionamiento del aparato. El problema es que, para arreglar la nave, se necesitan 120.000 dólares en oro, una cantidad de dinero imposible de reunir. Es por ello que Zunar, Frank y otros amigos enterados de la movida deberán meterse en mil y un problemas para obtener el dinero y poder adquirir el oro; pero los militares ya los han rastreado y han comenzado a perseguirlos. Con suerte, optimismo y buena voluntad el grupo deberá sortear todos los obstáculos y ayudar a Zunar a regresar a su galaxia antes de que venza el plazo limite del reencuentro con la nave madre, el cual termina esta misma medianoche.

el tontuelo Ken Berry explora los fierros de Zunar J5-9 durante esta secuencia de El Gato que Vino del Espacio (1978) el tontuelo Ken Berry explora los fierros de Zunar J5-9 durante esta secuencia de El Gato que Vino del Espacio (1978)

El Gato que Vino del Espacio Muerto Walt Disney, la gigantesca empresa que fundara parecía haber caído en una especie de abismo creativo. Los filmes de dibujos animados que estrenaron entre finales de los 60 y principios de los 70 consiguieron críticas tibias y no estaban a la altura de los clásicos pergeñados por Walt, caso de Blancanieves y los Siete Enanitos, Cenicienta, La Bella Durmiente y un sinfín de grandes filmes producidos antes de su muerte. Ante la ausencia de un genio creativo, la Disney decidió diversificarse y, sobre todo, explorar el mercado live action. Desde los 60 comenzaron a producir comedias, obteniendo en algunos casos grandes éxitos como lo fue Mary Poppins. Un dato curioso de semejantes filmes es que todos tenían una temática fantástica, sea un profesor que creó una substancia que le permitía volar, una niñera mágica, un muchacho con superpoderes que participaba en las olimpiadas, un Volkswagen Escarabajo viviente, brujas y hechiceros cantarines, escoceses de voz frondosa que cantan al son de duendes irlandeses, madres e hijas que intercambian personalidades en un viernes alocado, y un sinfin de variantes, los cuales generaban una jugosa recaudación que compensaban las flaquezas en el departamento de animación.

Habiendo consumido varios de esos filmes cuando era chico, debo admitir que la mayoría de ellos tenían momentos soberanamente aburridos. No entiendo por qué los libretistas se empeñaban en escribir parrafadas poco inspiradas para intentar darle algo de tridimensionalidad a los caracteres, especialmente cuando hablamos de gatos alienígenas, Herbie o una niñera con poderes mentales. Era pesado para los chicos y también para los adultos. Cupido Motorizado tenía un montón de momentos plomizos, especialmente cuando el villano vomitaba palabras sin gracia. Es una comedia slapstick, no Shakespeare, así que intenten hacerlas mas livianas. El cabal ejemplo de que la lección fue aprendida quedó patente en la última remake de Un Viernes Alocado, en donde Jamie Lee Curtis y una aún decente Lindsay Lohan daban una clase de maestría en una comedia de gran altura sin tener un momento aburrido a lo largo de todo el filme.

El Gato que Vino del Espacio no deja de ser otra variante del subgénero Disney de genios torpes, iniciada con El Profesor Distraído en 1961. Tal como aquel filme, reclutaron a otro galán de aspecto bobo – Ken Berry, que suma a la horda de intelectuales pavotes que incluye a Fred McMurray y Dean Jones a la cabeza -, el cual se dedica a inventar cosas para ayudar, en este caso, al gato alienígena que terminó por interponerse en su camino. Los diálogos del gato no son muy graciosos, la gracia de Berry es limitada, y la mayor comicidad reside en las secuencias de efectos especiales, sea Berry volando en una bicicleta con el gato a bordo (secuencia completamente afanada por Spielberg para E.T. El Extraterrestre), el gato falseando una partida de Billar, o paralizando gente con sus poderes mentales en las actitudes mas incómodas. Hay un par de veteranos de la serie MASHHarry Morgan, McLean Stevenson – que le ponen algo de condimento a una comedia sosa y amable. Y por ahi anda correteando Roddy McDowall, el cual hace de Roddy McDowall – afectado, asustadizo, torpe, y abriendo bien grande los ojos ante la menor pavada que ocurra -.

El Gato que Vino del Espacio es una comedia pasable. La manufactura Disney de la época – la densidad de sus diálogos innecesarios, creados para hacer tiempo entre una secuencia de efectos especiales y otra – le baja ritmo pero, cuando los gags empiezan, son graciosos. Ni lo mejor ni lo peor, sólo un filme de relleno que se deja ver y con el cual uno no termina enojado para nada.