Crítica: Gallowwalkers (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / GB, 2012: Wesley Snipes (Aman), Kevin Howarth (Kansa), Riley Smith (Fabulos), Tanit Phoenix (Angel), Simona Brhlikova (Kisscut)

Director: Andrew Goth, Guión: Andrew Goth & Joanne Reay

Trama: Un Lejano Oeste alternativo. Aman es un hombre maldito desde su nacimiento: bastardo de origen, su madre – una monja que ha caído en la tentación – le ha abandonado a su suerte y ha sido criado por una dura granjera que posee un pequeño rancho en el desierto. Pero con el paso del tiempo Aman se ha enamorado de la hija de la granjera, a quien le ha prometido amor eterno. Habiendo descubierto su violación y muerte a manos de forajidos, Aman ha salido en tren de venganza, liquidándolos a todos mientras se encontraban encerrados por delitos menores en una cárcel de la frontera. Pero al huir, el joven moreno ha sido herido mortalmente y, en medio del desierto, es recogido por su madre – quien todos estos años ha estado vigilándolo desde la distancia – y llevado a un antiguo lugar sagrado. Sacrificando sus votos a Dios y pactando con las fuerzas más oscuras del universo, logra resucitar a Aman… aunque el milagro trae consigo su propia maldición. Y es que todos los que han sido asesinados por Aman también han resucitado y se han convertido en inmortales, demonios a caballo que asolan la tierra con cada una de sus pisadas. Presintiendo que el final de su viaje está cerca – y que los asesinos resucitados vendrán a buscarle – Aman ha reclutado a un joven pistolero, y aguarda el momento del último duelo en la dura soledad del rancho de su madre adoptiva. Y, mientras tanto, los jinetes infernales cabalgan sin cesar, dejando un tendal de cadáveres ferozmente mutilados a su paso.

Gallow Walkers Gallow Walkers es una enorme oportunidad desperdiciada. Es un Weird Westernun género que mezcla lo sobrenatural y fantástico con el lejano oeste -, y es uno que exuda atmósfera. Está plagada de homenajes y posee un estilo de la hostia… hasta que comienza a enredarse feo con su propia historia, y termina por convertirse en una incoherencia infestada de poses heroicas. La lógica sale volando por la ventana en los primeros dos minutos de proyección, pero eso es lo de menos: el gran problema con Gallow Walkers es que intenta hacerse la ultra sofisticada y llega a un punto en donde termina arruinando los soberbios méritos que se había anotado en su primera mitad.

Es imposible pedirle realismo desde el momento que vemos a Wesley Snipes ataviado con ropas fashion y exhibiendo un corte de pelo estrambótico. Cuantos más personajes van apareciendo en la historia, más bizarros son. Gente con rastas rubias y look cuasi albino, tipos con ojos de color flúo, gigantes con cascos como campanas gigantes, pistoleros desollados con los músculos al aire y que se disfrazan de humanos vistiendo el pellejo de sus víctimas… sí, sí, una cosa muy loca. Toda esta gente es una especie de horda de malditos, tipos que no pueden morir a menos que les corten la cabeza o les peguen un tiro en la frente; porque, si Wesley Snipes los mata de otro modo, volverán a la vida y se transformarán en errantes condenados, tipos expulsados de la gracia de Dios que sólo quieren liquidar a quien los convirtió en semejantes engendros. El cómo toda esta gente llegó a semejantes circunstancias está contado en una serie de confusos flashbacks, los cuales son vomitados en cualquier momento a lo largo de la proyección. Que Snipes es el hijo bastardo de una monja y que luego ésta hizo un pacto con el Diablo en medio de un territorio sagrado ubicado en medio del desierto… los detalles abundan, pero terminan más por confundir que aclarar.

Y si bien uno puede destilar las causas y los motivos por los cuales Snipes quiere tirotearse con los pistoleros malditos y viceversa, a su vez hay una sarta de personajes bizarros de relleno, a los cuales nunca se les dedica el tiempo necesario de narración como para explicar su utilidad. Por ejemplo, la existencia de una especie de secta ultrarreligiosa, en donde todos son arios con rastas rubias; o la necesidad de Snipes de reclutar un pistolero para que lo ayude en el duelo final; o el secuestro de una prostituta por parte del villano para ser utilizada en meros 5 segundos durante el combate final. Incluso el climax es tan breve y absurdo que quedan vivos secuaces del villano (como el tipo que tiene una peluca hecha con cuero de lagarto) pero el director omite darles algún tipo de cierre. O directamente se le pasó el detalle.

Gallow Walkers (que significaría algo así como los ahorcados caminantes) es un filme que hubiera adorado si no fuera que se desploma bajo el peso de sus propias pretensiones. Tiene un gran estilo – hasta diría que está intoxicado con estilo – y es un hábil imitador de las jugadas que hicieron un clásico a Sergio Leone en el spaghetti western (incluso hay un duelo de a tres que rememora al clímax de El Bueno, El Malo y El Feo). Posee una notable atmósfera de comic, y la fotografía es excepcional. Pero la historia se enrieda con su propia madeja cada vez más, y no termina siquiera de generar un final satisfactorio. Hay enormes agujeros en la trama – mas allá de la premisa disparatada, nunca se explora la existencia del chico bastardo fruto de la violación de la novia de Snipes, que él tanto desprecia y que en más de una ocasión le salva la vida; tanto la prostituta como el aprendiz de pistolero están criminalmente desperdiciados; y ni siquiera se explica cómo diantres hizo el villano para perder toda su piel – y termina por perderse cuando intenta explicar el misterio inicial que hizo enganchar tanto al espectador. Es como un guión que perdió el rumbo, que partió de un puñado de escenas muy cool, y que después no supo cómo hilvanarlas en algo que tuviera algo de lógica.

Me animaría a recomendar Gallow Walkers, aún cuando es una experiencia incompleta y, a la postre, frustrante. Es muy diferente a todo lo conocido, y tiene algunas escenas buenas, con lo cual puede funcionarle al fan del género que busca saborear algo fuera de lo común. Lástima que arruina el pastel en el momento final de la cocción, amén de dejar cosas sin explicar o explicadas por la mitad. Es una macana, ya que tiene el Weird Western, un villano bastante potable, y Wesley Snipes – el cual intenta recrear Blade pero en el lejano oeste -, aunque está visto que el total no es simplemente la suma de las partes.