Crítica: Battlestar Galactica (2003)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2003, miniserie: Edward James Olmos (Comandante William Adama), Mary McDonnell (Presidente Laura Roslin), Jamie Bamber (Capitán Lee ‘Apollo’ Adama), Katee Sackhoff (Teniente Kara ‘Starbuck’ Thrace), James Callis (Dr Gaius Baltar), Tricia Helfer (número seis), Grace Park (Teniente Sharon ‘Boomer’ Valeri), Michael Hogan (Coronel Tigh)

Director: Michael Rymer, Guión: Christopher Eric James & Ronald D. Moore, basados en la serie creada por Glen A. Larson

Trama: Han pasado 40 años desde la guerra con los Cylones – una raza de robots creada por el hombre y que, en su momento, se rebelara contra éste -. Sin noticias de ellos, la astronave Galactica se apresta a ser decomisada y convertida en museo. Pero un imprevisto y devastador ataque de los Cylones deja a las colonias humanas en un estado de caos total. El comandante de la Galáctica, William Adama, se ve forzado a improvisar una resistencia con los escasos recursos que posee mientras intenta coordinar un ataque. Y a la vez la secretaria de cultura Laura Roslin debe asumir imprevistamente la presidencia de la nación, ya que el resto de las autoridades ha muerto o se encuentran desaparecidos. En medio de la confusión del holocausto se le suma el hecho de que los Cylones han evolucionado hasta crear formas sintéticas de vida, imposibles de diferenciar con los humanos… por lo cual la tripulación de las naves supervivientes podría estar infestada de agentes Cylones.

Battlestar Galactica (2003) Battlestar Galactica fue un intento del productor televisivo Glen A. Larson de montarse sobre el éxito de moda de las space opera que había generado Star Wars (1977). Pero resultó en un emprendimiento que no salió como lo esperado; para ser una serie de TV era demasiado costosa, y sólo un puñado de capítulos terminaron por ver la luz. Incluso para compensar los costos, Larson terminaría por montar capítulos dobles como si fueran filmes y los estrenaría fuera de Norteamérica, amén de generar una segunda sesión (Galactica 1980) ambientada en la Tierra y reciclando FX de la serie original. Ninguno de estos proyectos tendría un final feliz, tanto en rating como en presupuesto. A pesar de que la primera temporada había sido todo un éxito, Larson se vió desbordado por los costos de montar semejante empresa.

Yo no creo que Battlestar Galáctica fuera una buena serie; a lo sumo era un entretenimiento medianamente potable plagado de cosas ridículas y de elementos robados tal cual de La Guerra de las Galaxias pero al menos tenía personajes interesantes y la historia de fondo era atractiva. Aún con sus defectos, Battlestar Galactica terminaría desarrollando status de culto, y uno presume de que Larson se debió estar agarrando la cabeza al haber creado una franquicia apetecible que era imposible de explotar por una cuestión presupuestaria. Después de las series, hubieron varios intentos de reflotar Galáctica por parte del mismo Larson y de Richard Hatch (Apollo en la serie original), algunos de los cuales narramos en la reseña tanto del piloto de 1978 como en el comentario de Battlestar Galactica: Razor. En su momento los ejecutivos de las cadenas de TV estuvieron indecisos entre la opción de Hatch (respetuosa del original) y la de Ronald D. Moore, que proponía una reimaginación total y mucho más dramática de la saga. Moore ganó, y la miniserie – piloto comenzó a desarrollarse para ser rodada por Bryan Singer (X-Men, Superman Returns)… pero Singer partiría para filmar X Men 2, y el proyecto quedaría stand by, casi al borde de la cancelación.

Por suerte Moore insistiría con el proyecto contra viento y marea, y lograría concretar la miniserie en el 2003. El tema es que el original era un pastiche pulp que mezclaba historias bíblicas (el éxodo de las tribus de Israel), astrología, mitología griega y romana, y conceptos de Erich Von Daniken. Pero aquí las cosas están tomadas con un estricto sentido del realismo. Uno puede quitar una quincena de nombres ridículos que se mantienen del original – las colonias, los pilotos -, y termina por obtener un drama de supervivencia de alta calidad. Y Moore utiliza este escenario para trazar una gran cantidad de paralelismos con algunas de las situaciones límite más destacadas de la política e historia norteamericana de los últimos 100 años. El ataque a Pearl Harbor, la muerte de Kennedy (con la súbita toma de posesión del mando por parte de Lyndon B. Johnson), el ataque a las Torres Gemelas … es imposible no compararlas con los acontecimientos que ocurren en el universo de esta nueva Galactica.

Y como en todas las situaciones límite, la moral entra en terrenos ambiguos a la hora de tomar de decisiones que beneficien a la mayoría. Políticos y militares se ven forzados a aceptar opciones brutales – abandonar cientos o miles a los enemigos; sacrificar a parte de la tripulación para que la nave madre no explote -, y sólo queda huir. Los contrastes entre los personajes de Mary McDonnell (humanista y pragmática) y Edward James Olmos (militar a ultranza) son fascinantes. En particular la evolución de Mary McDonnell como la sumisa funcionaria política de tercer grado que se ve súbitamente en la cima del poder en medio del caos, y al que se le suma su crisis personal por su enfermedad terminal. El diálogo de cafetería entre Olmos y McDonnell es uno de los más brillantes que se hayan escrito para una serie. Por momentos pareciera que la tira sintonizara Fail Safe, llevando a todos los caracteres al límite de su moral… y más allá.

En cuanto al resto de la historia, está muy bien. Starbuck y Boomer ahora son mujeres, y la primera es la ex novia del hijo de Adama, que falleciera en un accidente en el espacio. La relación entre el comandante y su hijo está ok, aunque es algo de stock. Baltar ha sido reimaginado como el científico que ha diseñado el software que maneja las defensas de todo el ejército, y que ha caído bajo la seducción de número 6 (Tricia Helfer), una agente Cylon que ha saboteado el sistema por completo. No todas las historias son originales, pero los personajes tienen aristas interesantes y la performance de los actores las realzan. Cuando la trama ingresa en su segunda mitad – el principio de la fuga -, no es tan intensa. Pero se suman nuevos elementos como la excelente reconceptualización de los combates espaciales – con balas y misiles, no más con rayos laser -, además de filmarlos con técnicas documentales, que son totalmente innovadoras para el género.

Battlestar Galactica (2003) es una formidable miniserie. Es excelente ciencia ficción, escrita con maestría. Y parte de la premisa original de 1978, expandiéndola de maneras originales e impensables.

LA SAGA DE GALACTICA, ASTRONAVE DE COMBATE

Los filmes basados en la saga de Battlestar Galactica son: el piloto de la serie original Battlestar Galactica (1978); Battlestar Galactica (2003), una miniserie que reimagina el universo de la saga; y Battlestar Galactica: Razor (2007), un filme de video compuesto por dos capítulos de la nueva serie.