Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2014: Grant Gustin (Barry Allen), Candice Patton (Iris West), Jesse L. Martin (detective Joe West), Tom Cavanagh (Harrison Wells), Danielle Panabaker (Caitlin Snow)
Director: David Nutter, Guión: Greg Berlanti, basado en el personaje de la DC Comics
Trama: Barry Allen es un joven CSI de Central City. A temprana edad perdió a su madre en un extraño incidente, razón por la cual acusaron de asesinato a su padre y por ello permanece en prisión hasta el día de hoy. Por ello el joven se ha dedicado apasionadamente al análisis forense, confiando en que sus conocimientos podrían probar algún día la inocencia de su padre. Y, mientras tanto, uno de los hobbys de Barry es la física, razón por la cual decide asistir a la prueba inaugural de un acelerador de partículas desarrollado por el magnate Harrison Wells. Pero el experimento sale mal, el dispositivo explota y lanza una tormenta de extrañas características sobre la ciudad, de la cual se desprende un rayo que cae sobre Barry. Habiendo quedado sumido en coma durante 9 meses, Barry se despierta un día y descubre que posee una capacidad increíble de regeneración y el poder de ir a velocidades imposibles de alcanzar por el ser humano… dones que son monitoreados por Wells y el cual le da todo su apoyo científico. Pero Allen no es el único metahumano creado a partir de la tormenta cuántica desatada por la explosión del acelerador de partículas y, lo que es peor, la mayoría de ellos parecen estar aprovechando sus nuevos super poderes para dedicarse al crimen. Es por ello que Allen le exige ayuda a Wells, quien le da todo el soporte científico y técnico para que el joven combata a estos superpoderosos criminales… aunque, en el fondo, la ayuda no es desinteresada, ya que Wells posee su propio bagage de oscuras intenciones para hacerse con los secretos de los poderes que posee el muchacho.
Ya hemos hablado de Flash al comentar el telefilm (y posterior serie) de 1990. El personaje apareció en 1940 de la mano de Gardner Fox y Harry Lampert, y era una especie de versión superheroica del dios Mercurio, dotado de un ridículo casquito con alitas. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, la moda de los superhéroes pareció llegar a su fin – con la desaparición del conflicto bélico se extinguió la raison d’etre de estos personajes, los cuales combatían todas las semanas a Hitler, Stalin, y los mas despiadados enemigos del mundo libre -. Sería precisamente la reinvención de Flash – moderno, estilizado, combatiendo su propia galería de criminales renegados – a manos de John Broome y Carmine Infantino la que daría nacimiento a la Era de Plata de los comics en 1956. Con un nuevo lenguaje visual, los comics experimentarían un boom nunca antes visto, convirtiéndose en objetos de culto y generando legiones de fans, un fenómeno cuyo impulso llega (con diversas variaciones y pasando por diferentes etapas de maduración) hasta nuestros días.
Esta versión de Flash viene de la mano de los creadores de Arrow, la moderna reinvención televisiva del clásico personaje secundario de la DC Flecha Verde. Ciertamente Arrow resultó bastante fácil de vender – su mitología es demasiado parecida a la de Batman (otro millonario justiciero devenido vigilante nocturno) y, aprovechando el fenomenal éxito de la trilogía de Christopher Nolan, no era dificil encontrar adeptos -, pero Flash es otra cosa. Es mas costosa de producir ya que requiere mayor cantidad de efectos especiales, y ése es un factor que siempre ha torpedeado los emprendimientos mas ambiciosos de la TV – sin ir mas lejos, es lo que ocurrió con la serie de 1990 -. Por otra parte, la mitología de Flash es tan aceitada que resulta fácil desarrollarla. No hay encarnación – ni en series ni en dibujos animados – que no muestre al moderno Flash, Barry Allen, siendo un banana, desbordando carisma, haciendo chistes todo el tiempo y tomándose en solfa los problemas de su hipervelocidad. Es un personaje con una fuerte personalidad pre-establecida y mucho mas light que, por ejemplo, Batman, con lo cual es más fácil de popularizar.
Esta encarnación de Flash 2014 no difiere demasiado de las ya vistas en el universo animado de la DC. Ahora es un muchacho fachero, algo torpe, que trabaja como CSI en Central City. El primer factor de empatía con la serie es el respeto y reconocimiento por su antecedente de 1990 – John Wesley Shipp (el Flash original de la tira) hace de padre de Barry Allen, y estña previsto que Amanda Pays protagonice algunos capítulos; el laboratorio de Allen es una réplica modernizada del que tenía Shipp hace un cuarto de siglo -. El segundo, es la solidez con que David Nutter dirige el piloto. Usualmente las series precisan tiempo para ajustarse y encontrar su rumbo, pero aquí todo opera con un nivel de eficiencia admirable. Los personajes son interesantes, los efectos especiales abundan y son buenos, la historia es sólida y, ya de arranque, tenemos un puñado de misterios que la serie irá resolviendo como parte de su mitología – de que la madre de Allen haya sido asesinada hace un par de décadas por otro ser similar a Flash; de que el científico que compone Tom Cavanagh tenga sus secretos, incluyendo una copia del futuro de un diario cuyo encabezado indica que Flash ha desaparecido de la faz de la Tierra; de que el novio de la amiga de la infancia (y posible futura esposa de Allen, si la serie respeta la mitología clásica) tenga la identidad civil del Profesor Zoom; y que varios secundarios posean, a su vez, los alter egos de otros superhéroes aparecidos en el comic a lo largo de los años -. Digo: el piloto de Flash es mucho mas prolijo y lineal que el de Gotham, el cual quería mostrar demasiado en poco tiempo y recién sobre el final parecía encontrar su propia línea narrativa. Aquí las cosas son mucho mas relajadas, alternándose entre acrobacias inspiradas, algunos buenos chistes, y personajes bien delineados.
Es muy posible que Flash 2014 se transforme un éxito; el tema es que sea tan popular que pueda soportar los costos de producción. Tiene todos los ingredientes para conseguirlo, restando por ver la recepción que tiene, tanto entre los fans del comic como con los neófitos en la materia.