Crítica: Sin Retorno (Fail-Safe) (2000)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2000: Richard Dreyfuss (Presidente de los Estados Unidos), Brian Dennehy (General Bogan), George Clooney (Coronel Jack Grady), Noah Wyle (Buck), Hank Azaria (Profesor Groeteschele), Harvey Keitel (General Black), John Diehl (Coronel Cascio), Don Cheadle (Capitán Pearce), Sam Elliott (Congresista Raskob), James Cromwell (Gordon Napp), Norman Lloyd (Secretario Swenson)

Director: Stephen Frears, Guión: Walter Bernstein, basado en la novela homónima de Eugene Burdick & Harvey Wheeler

Trama: Un objeto volador no identificado ha ingresado en el espacio aéreo de los Estados Unidos, y se presume que es un misil soviético. Se activan los procedimientos automáticos de defensa: un grupo de cazas sale a interceptar al objeto mientras que escuadrones de bombarderos van a los límites de la frontera, dispuestos a recibir la señal clave para lanzarse con un ataque atómico sobre la URSS. Pero el objeto resulta ser un vuelo comercial con problemas técnicos, y los escuadrones de bombarderos reciben la orden de regresar a su rutina habitual. Sin embargo una falla en la computadora central envía la orden de confirmación al grupo 6, y el mismo se lanza de lleno a cumplir su misión: destruir Moscú con bombas atómicas. Los intentos norteamericanos de detener (o abatir) al grupo de bombarderos resulta inútil, y muy pronto el Presidente de Estados Unidos se ve obligado a abrir una comunicación directa con el Premier soviético para advertirles de la amenaza. Con la desconfianza de los rusos, la suerte en su contra y las infimas posibilidades de detener al avion antes que destruya Moscú, el Presidente se verá forzado a tomar una decisión límite para evitar el lanzamiento mutuo de misiles y provocar una guerra termonuclear que arrase el planeta.

Sin Retorno (Fail Safe) (2000) A George Clooney le encanta el cine político. Clooney saltó a la fama en 1997, después de pasar de la exitosa serie ER – Emergencias Médicas a la pantalla grande con dos títulos que van de lo mediocre a lo pasable – la aberrante Batman & Robin, que liquidaría la franquicia del encapotado; y el thriller internacional El Pacificador -; pero el tipo tenía su carisma y rápidamente se convirtió en un favorito del público y de Hollywood. Para el 2000 ya tenía suficiente star power como para empezar a despacharse con proyectos propios y esta adaptación en vivo del clásico Fail Safe (1964) fue el primero de ellos. Curiosamente en el cast figura el futuro amigote de Clooney, Grant Heslov, con quien desarrollaría más tarde Buenas Noches y Buena Suerte y Los Hombres que Miraban Fijo a las Cabras.

Habiendo caído el muro de Berlín (y por ende el comunismo), una adaptación moderna de Fail Safe sólo puede interpretarse como una cápsula del tiempo de una era ya desaparecida. En todo caso montar semejante proyecto hubiera resultado válido en los ochentas, cuando Reagan y los rusos estaban a punto de irse a las tortas. Quizás el deseo de Clooney, al producir la versión 2000 de Fail Safe, fuera la de poder interpretar una obra que admiraba y montarla con una troupe de excelentes actores.

Pero a pesar de los quilates que exhibe Sin Retorno, es imposible no compararla con el original y ver que la nueva versión fracasa. Walter Bernstein le hace un lifting a su propio libreto de 35 años antes, y los cambios no son muy buenos. Ciertamente por las limitaciones del formato y del horario – dura menos que el filme original, está montada en vivo en estudios – hay cosas imposibles para representar, pero algunas de las ideas que poda eran indispensable mantenerlas. Por ejemplo, la secuencia en donde el General Black tiene pesadillas con el matador de toros, que resultaba fundamental y le daba un cierre a todo en el clásico de Sidney Lumet de 1964. Otras omisiones, en cambio, son tolerables como la escena inicial del cocktail con el profesor Groeteschele.

En lo técnico es un producto notable, considerando que son 50 actores moviéndose en vivo en cuatro estudios a la vez. Los decorados son similares a la versión 1964, y está rodada en blanco y negro para conservar la estética. Pero por otro lado, el director Stephen Frears (Relaciones Peligrosas, Mary Reilly) hace un manejo de cámaras muy fluido y moderno, que si bien es prodigioso, por otro lado arruina la atmósfera claustrofóbica que tenía el original y que el relato exige.

Pero hay dos puntos en los cuales la versión 2000 de Fail Safe falla, y es en las performances de dos papeles claves. Mientras que en el original Walter Matthau mordía la pantalla en cada aparición, el profesor Groeteschele de Hank Azaria está notoriamente diluído por el libreto y por la dirección. No creo que sea un problema del actor sino del enfoque del proyecto; cada vez que Groeteschele habla, lo toman de muy lejos, el resto de los actores hace gestos de descreímiento (como si estuviera hablando un loco), y Azaria se ve forzado a disparar rápido sus líneas y sin demasiada convicción. En el original era un personaje inquietante porque explicaba argumentos demenciales y los justificaba con una lógica impecable. Acá queda reducido al lugar de un demente extremista, al que nadie le da demasiada bolilla.

El otro punto que falla es la performance de Richard Dreyfuss como el presidente de los Estados Unidos. Aquí es simplemente un político nervioso a punto de estallar en crisis, y es radicalmente diferente a la solemne interpretación de Henry Fonda. En Fail Safe 1964 Fonda era realmente el líder de una nación que transmitía inteligencia y serenidad, y sólo en sus ojos se veían sus nervios; en Fail Safe 2000 Dreyfuss parece estar al borde del colapso emocional. Yo me quedo con Henry Fonda.

Hay un par de nuevos agregados. El copiloto de Clooney es el moreno Don Cheadle (en el original era un blanco), y la verdad es que queda como una curiosidad, ya que el libreto sólo le dedica una línea no muy feliz a la presencia de un hombre de color en el cockpit del bombardero intercontinental. El otro punto es que ahora, la última llamada al personaje de Clooney no la hace su esposa sino su hijo … y éste lo reconoce aunque, aún así, sigue hacia adelante con la misión. Es curioso, porque uno termina por interpretar de que la misión ha llegado tan lejos que no existe marcha atrás.

Sin Retorno está ok, y es un sólido homenaje a un clásico. El problema es que sigue tan de cerca las líneas originales, que casi se vuelve un calco (algo parecido a lo que sucedía con la versión de Gus Van Saint de Psicosis con el original de Hitchcock), y resultan inevitables las comparaciones. Y allí es donde termina perdiendo puntos en un par de factores fundamentales que no terminaron siendo tan prolijos como deberían haberlo sido.

FAIL SAFE

Las versiones de la novela Fail-Safe de Eugene Burdick & Harvey Wheeler son: Limite de Seguridad (1964) de Sidney Lumet; y su remake televisiva Sin Retorno (2000) de Stephen Frears