Crítica: El Ojo del Mal (The Eye) (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Jessica Alba (Sydney Wells), Alessandro Nivola (Dr Paul Faulkner), Parker Posey (Helen Wells), Fernanda Romero (Ana Cristina Martinez), Rade Serbedzija (Simon McCullough), Rachel Ticotin (Rosa Martinez)

Director: David Moreau & Xavier Palud, Guión: Sebastian Gutierrez, basado en el filme del 2002 escrito por Jojo Hui & The Pang Brothers

Trama: Sydney Wells es ciega desde los 5 años. Pero ahora ha recibido un transplante de córneas y lentamente comienza a recobrar la visión. Pero Sydney empieza a ver los fantasmas de la gente que ha muerto recientemente, así como siniestras figuras que se llevan a sus almas al momento del fallecimiento. Atormentada por las visiones, Sydney cree que el único medio de remediarlas es averiguar quién fue el donante de las córneas y qué le ha sucedido; pero en la investigación terminará por toparse con una estremecedora revelación.

El Ojo del Mal Esta es otra remake americana de un filme asiático de terror, algo que se ha transformado en moda desde el éxito de la versión yanqui de The Ring en el 2002. Aquí se ha traído al guionista Sebastián Gutierrez – el mismo de Gothika y Terror a Bordo (Snakes on a Plane) -, así como los directores franceses David Moreau & Xavier Palud que tienen en su haber un pequeño filme de terror – Them (2006) -. El resultado final, si bien no es malo, dista bastante de ser memorable.

Confieso no haber visto la versión original de The Eye, la cual muchos la consideran un clásico de J-Horror (si bien es una coproducción entre Hong Kong y Thailandia -; y por lo leído en diversos comentarios, la versión americana es notablemente inferior y carece del excelente clima de ésta. Pero quizás eso sirva para valorar El Ojo del Mal de una manera más objetiva. Ciertamente en cuanto a medir filmes de terror, las opiniones suelen estar sobreinfladas por el fanatismo – aún ciertos clásicos no dejan de ser idioteces crónicas -, y resulta difícil encontrar una película de horror que sea realmente inteligente.

El tema es que, así como está, El Ojo del Mal no deja de ser un capítulo de La Dimensión Desconocida estirado para que abarque una hora y media de duración. El comienzo es realmente interesante, en especial por cuestiones que no tienen nada que ver con el horror – desde la descripción del mundo de los no videntes hasta la lenta re-adaptación a un universo nuevo con conceptos desconocidos (los gestos, las distancias, los objetos, etc) -. Y una vez que Jessica Alba se opera los ojos, entra en terrenos más rutinarios. El tema de la memoria celular de los órganos transplantados viene desde Las Manos de Orlac (1924) – la del pianista que recibe las manos de un asesino – , y ha sido reutilizado en una enorme cantidad de títulos. Y así mismo, la visión de gente muerta tampoco es original – comencemos por citar a Ghost, la Sombra del Amor o Sexto Sentido -.

Todo lo que sigue es un largo armado de secuencias para que el espectador salte en un momento u otro… pero mientras tanto el argumento queda stand by hasta la última media hora. Y ese relleno es más o menos pasable. Como la remake americana está orientada a un público adolescente, no hay nada sangriento o morboso. Los sustos pasan por cortes sorpresivos de cámara (algo aparece súbitamente en la pantalla) y algunas triquiñuelas de la banda de sonido. Pero no hay nada que realmente le quite a uno el sueño por las noches.

Cuando el guión se decide a avanzar – explorando el origen del donante -, tampoco es muy novedoso que digamos. Pero quizás el mayor problema de El Ojo del Mal sea lo mal preparado que está el giro de tuerca final. Es como si el libreto hubiera dado 90% de pistas sobre la donante, y sólo un 10% de lo que debería ser el sorprendente truco del clímax. Uno no termina de relacionar que las visiones de Jessica Alba trataban de dos hechos diferentes, y cuando llega el momento se siente algo decepcionado (o engañado). Y aún con ello, tampoco termina de dejar una impresión duradera.

El Ojo del Mal es rutina ok, con poco argumento y mucho relleno. Para colmo ese relleno – sustos y truculencias – no está rodado de manera estremecedora. Las performances son buenas – con la excepción del pétreo Alessandro Nivola, y de la criminalmente desperdiciada Parker Possey -, pero la prolijidad no le alcanza para arrancarle una pesadilla a la platea. Simplemente es correcta con lo justo.