Crítica: Exit Humanity (La Salida de la Humanidad) (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canada, 2011: Brian Cox (narrador), Mark Gibson (Edward Young), Dee Wallace (Eve), Bill Moseley (general Williams), Stephen McHattie (doctor Johnson)

Director: John Geddes, Guión: John Geddes

Trama: Siglo XIX. La guerra de secesión norteamericana se ha visto abruptamente interrumpida cuando hordas de zombies han aparecido por todas partes, diezmando a los ejércitos de ambas facciones y masacrando sin cesar a la población civil. Edward Young es un ex soldado cuya vida ha quedado en ruinas después que los muertos vivientes asesinaran a su esposa e hijo. Ahora, vagando por el bosque en una misión de eterna venganza, se ha topado con el general Williams y su grupo de violentos seguidores, quienes atrapan humanos para someterlos a experimentos con los zombies y – de ese modo – encontrar la manera de exterminarlos. Pero Young ha logrado escapar y se ha refugiado en la cabaña de Eve, una anciana que vive en el bosque en compañía de otros sobrevivientes. Allí conoce a una muchacha de la cual se enamora, y la cual parece ser inmune a la mordedura de los zombies. Pero el general Williams ha dado con su paradero y está dispuesto a atraparlo a toda costa… para lo cual Young deberá apelar a recursos impensables – como liderar una horda de zombies hacia el refugio del general – para rescatar a su amada.

Exit Humanity Sin dudas la trama de Abraham Lincoln, Cazador de Vampirosde inminente estreno – debió calentarle la cabeza a más de uno. Primero, a los ladri de The Asylum, que se despacharon con Abraham Lincoln vs los Zombies, y después a esta producción canadiense que ahora nos ocupa. No está Lincoln pero el setup es muy similar a los filmes mencionados – la guerra norteamericana de secesión se ve interrumpida por la aparición de hordas de muertos vivientes -, sólo que aquí el enfoque es mucho más serio e intimista. Lamentablemente Exit Humanity se queda corta en muchísimos aspectos a pesar de tocar una perspectiva apasionante – combinar el western con el cine de horror -. El filme se excede en los excesos – es demasiado poética, demasiado lenta, demasiado larga y demasiado pobre de recursos -, con lo cual lastra un relato que no estaba exento de méritos.

Una de las premisas fundamentales del género de zombies, es que los muertos vivos deben tener algún tipo de connotación alegórica. George Romero lo dejó muy claro a lo largo de toda su saga de filmes, pero el grueso de sus imitadores no siempre logra captar la idea. Algo de eso ocurre aquí, en donde los muertos vivientes aparecen sin motivo alguno – bah, a lo largo del relato se le atribuye un origen relacionado con la brujería, el cual no termina de ser muy satisfactorio que digamos -, y no dejan de ser un decorado exótico de la historia. Reemplacen a los zombies por indios, y la trama hubiera funcionado de la misma forma. Al protagonista le matan la familia e inmediatamente sale a mutilar zombies – todo esto en medio de la melosa narración en off de Brian Cox, quien provee excesivos 45 minutos de voice over antes de que el protagonista pueda abrir la boca y emitir su primera palabra -. En el medio hay flashbacks montados con animaciones – que me hacen acordar mucho al racconto de la historia de Lucy Liu en Kill Bill – y los cuales resultan mucho más entretenidos e imaginativos que la misma película. Hubiera sido genial ver un filme de zombies enteramente animado.

Uno de los problemas más importantes de Exit Humanity es la disparidad de la puesta en escena. El grueso del cast está compuesto por un grupo de ignotos intérpretes canadienses, los cuales tienen el nivel actoral de un grupo de aficionados y desentonan fuertemente con los veteranos que abundan en el elenco – las estrellas de culto Dee Wallace (Cujo), Stephen McHattie (Watchmen) y Bill Moseley (La Casa de los 1000 Cuerpos), amén de Brian Cox (X-Men 2) como el narrador de turno -. La producción se ve demasiado pobre, restringida a un par de cabañas y un bosque. Toda la dimensión épica del relato se ve seriamente lastimada por el escaso presupuesto, y jamás se siente como un western auténtico sino como un grupo de gente vestida con ropas grandes y leyendo diálogos sin demasiada convicción… Lo cual es un problema, porque el guión en sí es muy poético e inspirado, aunque no deja de faltarle foco: se ensalza demasiado en la soledad del protagonista y en la necesidad de enfrentar la muerte que ha inundado el mundo, pero a veces sufre una diarrea de metáforas que termina por hastiar. Y la sensación reinante es que al filme le faltaban dólares (americanos, canadienses, cochinchinos, los que fueran) y le sobra metraje, por lo que necesitaba un editor o productor que contuviera un poco el lirismo excesivo (o el enamoramiento de sus propias palabras) del director / autor John Geddes.

También es cierto que la historia es demasiado episódica, carente de una dirección y objetivo determinados. Es cierto que hay un villano – el increíblemente moderado Bill Moseley – pero no es lo mas importante del relato (y su historia suena fuertemente a un reciclado de la locura militarista de El Dia de los Muertos); en todo caso la epopeya del protagonista es el reencuentro con la vida y el hallazgo de una segunda oportunidad, pero la dirección no logra darle la intensidad que esos puntos requerían. Los zombies no asustan en absoluto, y son más un decorado exótico que otra cosa. Y el climax es simplemente la excusa para generar algo de acción.

Exit Humanity tenía todo para ser un filme formidable, pero precisaba un fuerte ajuste antes de salir de boxes. En absoluto es una película mala – y tiene su cuota de momentos inspirados -, pero no termina de resultar satisfactoria. Es como un borrador en bruto, generado por un autor demasiado enamorado de su texto y el cual nunca ha considerado hacer algún tipo de recorte o pulimiento a la obra que tanto lo extasía.