Crítica: eXistenZ (1999)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canadá / GB, 1999: Jennifer Jason Leigh (Allegra Geller), Jude Law (Ted Pikul), Willem Dafoe (Gas), Ian Holm (Kari Vinokur), Don McKellar (Yevgeny Nourish), Robert A. Silverman (D’Arcy Nader), Callum Keith Rennie (Hugo Carlaw), Sarah Polley (Merle)

Director: David Cronenberg, Guión: David Cronenberg

Trama: En el futuro la gente se volverá tan adicta a los videojuegos que todos tendrán una terminal de comunicaciones instalada en la médula dorsal, con la cual se conectarán a consolas orgánicas que le transmitirán las sensaciones directamente al cerebro. En dicho escenario los diseñadores de videogames serán celebridades, y Allegra Geller es la más importante y brillante de su especialidad. Ahora se encuentra presentando la versión beta de su última obra – llamada eXistenZ – en reuniones de fans y especialistas de la industria: pero en mitad de la exhibición sufre un atentado y a duras penas logra escapar. Ahora Allegra huye en compañía de un joven asesor de marketing llamado Ted Pikul, el que por las circunstancias se ha transformado en un improvisado guardaespaldas. Convencida de que hay una campaña para matarla y para sabotear el juego – por parte de reaccionarios y de empresas rivales -, Allegra persuade a Pikul para conectarse al mundo virtual de eXistenZ, y chequear la integridad del mismo: pero sus enemigos han descubierto el enlace y también se han conectado, con lo cual intentarán matarlos en dicho escenario virtual.

eXistenZ En 1999 apareció Matrix, las taquillas explotaron y, de pronto, medio mundo se encontró haciendo películas sobre Realidad Virtual ya que era la fiebre del momento. Es cierto que la idea ya venía flotando de hace rato en el cine fantástico japonés, y que venía emitiéndose sin demasiado éxito la serie VR5 desde 1995 (amén de la pionera El Hombre del Jardín, que data de 1992), pero no fue sino hasta la aparición de la obra de los hermanos Wachowski que el género explotó en toda su furia. En medio de un año ajetreado para el concepto – que incluyó la aparición de filmes como El Piso 13 y el surgimiento de la fugaz serie de Chris Carter Harsh Realm – David Cronenberg se hizo un tiempo y decidió hacer su aporte al tema. Pero eXistenZ tiene tantos problemas en su concepción que dista mucho de ser lo más destacado (y recomendable) del cineasta canadiense.

Uno de los principales problemas del filme es que parece escrito por alguien que jamás jugó un videojuego en su vida (o que lo hizo por primera vez 24 horas antes de escribir el libreto, como para tener una pálida idea de qué se trata). eXistenZ exhibe cosas obvias como para decir que el autor sabe de videogamesa final de cuentas, sigue las reglas de los juegos de aventuras conversacionales tipo Indiana Jones and the Fate of Atlantis: diga la frase correcta para seguir avanzando en la historia -, sin darse cuenta que el mundo virtual que pretende vendernos es aburridísimo – todo transcurre en dos escenarios (una fábrica y una cantina), y nada de lo que ocurre es demasiado excitante -. Para colmo, tampoco se empeña en explotar todas las posibilidades que brinda la realidad virtual, en donde uno puede ser y puede crear cualquier cosa: por el contrario, no hay demasiada diferencia con la realidad común (si es tal) que se muestra al principio del filme. Lo más excéntrico de estos universos son las creaciones típicamente cronenbergianas que incluyen una terminal instalada en la columna vertebral de los participantes (¿un USB orgánico?), una pistola de hueso que dispara muelas (wtf!), y una consola orgánica de forma obscena, la que se conecta con la médula espinal del jugador a través de una especie de tripa gorda gigante. Quiten esas dos cosas de la trama y verán que no queda rastro alguno de la presencia de Cronenberg en la historia.

Todo es demasiado chato y bizarro, y tampoco ayudan las interpretaciones maníacas – comenzando por Jennifer Jason Leigh, la que parece empastillada todo el tiempo – ni los nombres raros de los personajes, ni las circunstancias estrambóticas en las que se mete la historia. Es cierto que la XBox de carne tiene su appeal, pero como la historia prefiere centrarse en el monótono universo virtual en vez de eso, las expectativas terminan por irse al caño. Tampoco está muy inspirada la alegoría sobre la adicción del mundo a las computadoras y los videojuegos (y el surgimiento de reaccionarios tecnofóbicos), ya que todo está hecho con trazos gruesos. En el fondo todo esto no es una mirada conservadora sobre la tecnología, vista como algo incontrolable que va acaparando la atención de la gente hasta volverse una adicción enfermiza y parte imprescindible de la vida de uno (¿alguien dijo Internet?).

eXistenZ es insatisfactoria por donde se la mire. No sirve como vehículo de acción, no explora en profundidad el universo creado como para generar inquietudes intelectuales, y todos los conceptos son vomitados a las apuradas, con lo cual por momentos se bordea lo ridículo. Es posible que Cronenberg también haya sentido bochorno por su película, ya que se trata de su penúltima incursión en el cine fantástico antes de reinventarse como director serio especializado en adaptar novelas gráficas para adultos. eXistenZ da muestras de agotamiento creativo y, tratándose de Cronenberg, ello representa una verdadera lástima.

DAVID CRONENBERG

En este portal hemos comentado algunos filmes de la obra de Cronenberg: Rabia (1976), The Brood (1979), Scanners, Amos de la Muerte (1981), La Zona Muerta (1983), Videodrome, Cuerpos Invadidos (1983), La Mosca (1986), Almuerzo Desnudo (1991), eXistenZ (1999)