Crítica: Cupido Motorizado (1969)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1969: Dean Jones (Jim Douglas), Michelle Lee (Carole Bennett), Buddy Hackett (Tennessee Steinmetz), David Tomlinson (Peter Thorndyke), Benson Fong (Mr Wu)

Director: Robert Stevenson, Guión: Don Da Gradi & Bill Walsh

Trama: Jim Douglas corre en categoría turismo, y sus últimas carreras han sido lamentables. Ahora se ha decidido a comprar un nuevo auto, pero el dinero que posee sólo le alcanza para adquirir un vetusto Volkswagen Escarabajo 1963, el que parece ser el coche menos adecuado para ganar una carrera. Sin embargo el Escarabajo – al que cariñosamente han bautizado como Herbie – parece tener vida propia, y empieza a hacer todo tipo de locuras con tal de complacer a su amado dueño. A pesar de la reticencia de Douglas, las victorias se acumulan… y pronto despiertan la envidia de Peter Thorndyke – el dueño de la concesionaria que le vendió a Herbie -, el que está dispuesto a utilizar todo tipo de recursos sucios para hacerse con el Volkswagen. Y las cosas se saldrán de control cuando Douglas y Thorndyke apuesten la propiedad del auto en la última carrera de la temporada… una competición en la que el malvado Thorndyke está dispuesto a utilizar todo tipo de trucos sucios con tal de hacerse con la victoria.

Cupido Motorizado (1969) El imperio comercial de Walt Disney estaba en su auge en la década del 60. Disneylandia, estudios propios, reconocimiento como artista de porte y y surgimiento como pope de la industria del entretenimiento infantil. Era lógico que Disney quisiera expandir sus fronteras mas allá de la animación, y comenzara a probar suerte con los filmes con actores. Mientras que ello le dio prestigio – con cintas como Mary Poppins -, por el otro lado dudo muchisimo de que esas películas fueran entretenidas para el público infantil. El problema con las peliculas no animadas de Disney es que son excesivamente conversadas y particularmente insulsas, y Cupido Motorizado es un caso típico. Es un filme que se le escapa a un chico de 5 años, y tampoco satisface a uno de doce, perdido en dos toneladas de anodina charlatanería. Ni siquiera los chispazos de acción – veinte minutos en todo lo que va del filme – alcanzan para compensar el aburrimiento que éste produce.

El concepto es divertido: un coche que está vivo y que se comporta como una mascota juguetona. Lamentablemente Herbieel nombre que le dieron al adorable Volkswagen Escarabajo protagonista de esta saga de filmes – está demasiado poco tiempo en pantalla, y en cambio tenemos a una troupe de insulsos actores vomitando parrafadas sin gracia. A uno le da la sensación de que todo este show hubiera funcionado muchisimo mejor en manos de gente de otro calibre – por ejemplo, Blake Edwards (el de La Pantera Rosa y La Carrera del Siglo), que era un tipo que entendía las claves del absurdo y podía rodar cosas que parecían dibujos animados protagonizados por actores -, pero acá todo es demasiado serio y constipado. Incluso el filme tiene un par de momentos extremadamente violentos y bizarros, como ver una carrera de demolición o mostrar a Herbie haciendo pedazos el Jaguar Type E que Dean Jones se acaba de comprar. Imaginen a su mascotita matando a mordiscos al Doberman que papá acaba de adquirir…

Cupido Motorizado es lenta, pesada, monótona. Recién da indicios de la locura subyacente en la premisa durante la secuencia de la carrera final, en donde el autito se mete en lugares imposibles y al villano le salen las cosas mal… pero ni aún así resulta demasiado entretenida. En particular el malvado encarnado por David Tomlinson – un clásico de la casa Disney – es extremadamente insípido. ¿Dónde están Jack Lemmon y Peter Falk cuando se los precisan?

El filme dió pie a una larga lista de títulos y series, algunos mas inspirados que otros – me animaría a ver la versión 1997 con Bruce Campbell como dueño del VW de marras -, y una insufrible remake en el 2005 con la desquiciada Lindsay Lohan como protagonista (y cuando aún podía mantenerse de pie y con las piernas cerradas). Pero, en general, diría que este es un concepto que hubiera caminado mejor en manos de otra gente de fuera de la Disney o, al menos, poseedora de ideas más frescas y menos acartonadas que el perfil habitual de los creativos de la factoría del ratón… quienes hacen las cosas tan blancas que llegan al punto en que dejan de ser entretenidas.