Crítica: Cuentos de la Cripta (1972)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1972: Ralph Richardson (guardián de la cripta), Joan Collins (Joanne Clayton), Ian Hendry (Carl Maitland), David Markham (James Elliott), Richard Greene (Ralph Jason), Nigel Patrick (William Rogers)

Director: Freddie Francis, Guión: Milton Subotsky, basado en la saga de historietas de terror de la EC Comics

Trama: Cinco individuos quedan atrapados en una antigua cripta durante una excursión a unas catacumbas, y el misterioso guardián del lugar comienza a contarle historias relacionadas con sus pasados respectivos. En la primera de ellas, una mujer mata a su marido en navidad mientras un asesino disfrazado de Papá Noel asedia la casa; luego, un esposo decide fugarse con su amante, pero lo asalta un extraño sueño durante el viaje de huída; en el tercer relato, un adinerado envidia a su solitario vecino y comienza a perseguirlo hasta provocar su suicidio, con impensadas consecuencias; luego, un hombre encuentra una estatua que le concederá tres deseos – tal como en el relato La Garra de Mono de O. Henry – pero intentará evitar los errores cometidos por los protagonistas de dicho cuento; y por último, un despótico coronel se hará cargo de un asilo para ciegos, generando tanto recelo que será victima de una cruel venganza por parte de los residentes.

Cuentos de la Cripta (1972) Cuentos de la Cripta está basada en la tiras norteamericanas del mismo nombre, publicadas por la EC Comics entre 1950 y 1955. En sí, toda la historia de la editorial es bastante curiosa. Cuando la editorial All-American Publications se fusionó con la DC Comics en 1944, el editor en jefe Max Gaines decidió quedarse con una subsidiaria que había fundado – Educational Comics -, cuyo propósito era desarrollar historietas educativas para los más chicos con temáticas tales como historia, ciencia y la Biblia por poner un ejemplo. Lo más gracioso de todo el asunto es que, después del fallecimiento de Max Gaines en 1947, la EC Comics terminaría haciendo todo lo contrario. Los cambios vinieron con la llegada de su hijo William al mando de la editorial, quien introdujo la publicación de comics de ciencia ficción, policiales y westerns con un formato francamente sensacionalista. Debido a su afición por los seriales de terror William Gaines terminaría por desarrollar tres líneas de comics de terror – Historias de la Bóveda, El Embrujo del Miedo y Cuentos de la Cripta -, las que terminaría por publicar 30 números entre 1950 y 1955. Así es, amigos: toda la mitología de Cuentos de la Cripta se reduce a esas 30 revistas de hace más de cincuenta años, que fueron republicadas en varias ocasiones pero nunca fueron expandidas (al menos, no hasta la llegada del nuevo milenio).

Lo cierto es que las inusuales tapas gore del trío de publicaciones de terror de Gaines llamaría la atención de las autoridades – especialmente en esa época tan delicada de la post guerra, en donde MacCarthy estaba comenzando su cacería de brujas y predominaba un tufillo ultraconservador en toda la sociedad norteamericana -, y la EC Comics terminaría bajo la mira de un comité del senado, quienes aducirían que Cuentos de la Cripta incitaba a la violencia juvenil y proclamarían la necesidad de un código de ética para las historietas al estilo del Código Hays que prosperaba en el cine en aquella época. Ello marcaría el final de Cuentos de la Cripta y sus maravillosas portadas plagadas de decapitados y cadáveres chorreando sangre, aunque William Gaines obtendría su revancha al fundar la revista MAD en 1952, la que se transformaría en otro hit de la historia del comic norteamericano.

De allí saltamos a fines de la década del 60, en donde los estudios ingleses Amicus estaban intentando hacerse un hueco en el mercado del género de terror, ampliamente predominado por la Hammer hasta ese entonces. A decir verdad, la Amicus era lo mismo que la Hammer, sólo que más moderno y con más onda. Incluso contrataban a los mismos directores y actores, como Freddie Francis, Terence Fischer, Christopher Lee, Peter Cushing y etc. La Amicus terminaría por crearse su propio nicho, al especializarse en antologías de terror, como la excepcional Asylum (1972), La Casa que Chorreaba Sangre (1970), e incluso la secuela de Cuentos de la Cripta La Boveda del Terror (1973), también basada en comics de Gaines. De más está decir que le cayó como anillo la adaptación del compilado de comics de la EC, cuajando perfectamente con el estilo que el estudio había creado.

Pero Cuentos de la Cripta termina siendo una adaptación algo chata, en buena parte gracias a la insulsa dirección del sobrevalorado Freddie Francis. En sí, la estructura del comic de Cuentos de la Cripta no era demasiado diferente a los episodios de la original Dimensión Desconocida (1959 – 1964); vale decir, eran chistes de humor negro con elementos fantásticos. En el caso de Gaines el humor negro era morboso y anarquista, y en ello residía la mayor gracia de la historieta – por ejemplo, la EC diseñó versiones gore de cuentos infantiles como Hansel y Gretel, Caperucita Roja, etc, en mitad de los ultraconservadores años 50 -. Acá todo ese cinismo (que más tarde recuperaría la serie de HBO con toda su gloria y con el espectacular guardián de la cripta presentando las historias) está terriblemente diluído, y las tramas están narradas de manera lineal. Está Ralph Richardson como el guardián de la cripta, pero su rol es el de un acusador sobrenatural que resulta más de patético que siniestro. Hay cinco historias – un par de ellas memorables, a pesar de la dirección light de Francis – que terminan entreteniendo pero no asustando.

Como en todo compilado, la disparidad de las historias afecta la calidad final, aunque acá ninguna baja de ser muy buena. La primera es la ultra clásica del asesino serial disfrazado de Papa Noel que acosa, justamente, una casa en donde la mujer acaba de liquidar a su marido. Pero todo el humor negro de semejante situación queda vaporizado y Francis pifia el tono por decenas de kilómetros de distancia. Es muchísimo más graciosa la remake que Robert Zemeckis dirigió para la primera temporada de la serie en 1989. El segundo episodio está ok, pero la revelación final carece de impacto. Allí trabaja el ex – Los Vengadores Ian Hendry, quien intentaba sin éxito hacerse un lugar en el cine. El tercer episodio, con Peter Cushing siendo perseguido por su vecino adinerado, carece también de impacto ya que toda la historia parece ir demasiado rápido y sin tiempo de generar el clima que precisaba. La cuarta historia es una variante de La Garra de Mono de O. Henry (la que cumplía los deseos a la gente, pero no en la manera en que ellos los pedían) que es la más patética de las cinco. Por último, el film consigue mejorar la puntería y la historia sobre la venganza de los ciegos sobre su despótico administrador logra ser algo tétrica.

El problema principal es que Freddie Francis dirige a las apuradas y no hace atmósfera. Ok, las historias son cortas, pero rodar a toda velocidad licúa todo su shock. Eso no quita que la versión 1972 de Cuentos de la Cripta sea una película entretenida, pero es una pálida sombra de lo que podría haber sido, amén de que la teleserie era mucho más efectiva para asustar espectadores. Como curiosidad y porque es un filme prolijo termina por ser recomendable, aunque podría haber resultado mucho mejor.