Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
GB / Nueva Zelandia, 2006: Dougray Scott (Silus), Saffron Burrows (Lilly), Leo Gregory (Edgar), Scott Wills (Jones), Stuart Wilson (Augustus), Craig Hall (Dominic), Lauren Jackson (Stephanie Kelly)
Director: Glenn Standring, Guión: Glenn Standring
Trama: En la edad media la humanidad ha sido azotada por las enfermedades y los especialistas han logrado combatirlas con nuevas vacunas; pero dichos experimentos han terminado por dar a luz a una raza de vampiros humanoides. Ya que la humanidad se ha salvado de la extinción gracias a ellos, los vampiros se han transformado en objeto de respeto y veneración, y han generado su propia religión conocida como La Hermandad. Ahora han pasado 300 años y estamos en un presente alternativo, en donde vampiros y humanos coexisten pacíficamente. Una serie de brutales asesinatos han sido cometidos en la ciudad de Jamestown y la detective Lilly se ha encargado del caso. Pero a medida que avanza la pesquisa las pistas van demostrando que se trata del ataque de un vampiro – quien ha destrozado el cuello de sus victimas para drenarlas de sangre -. Y como no hay ataques de vampiros desde hace 300 años – ya que viven de la donación voluntaria de sangre que hacen los humanos en sus iglesias -, revelar los detalles del caso desataría una oleada de rencor contra La Hermandad. Es por ello que la secta ha nombrado al hermano Silus para que acompañe a Lilly en el desarrollo de la investigación. El tema es que las pistas apuntan a que el responsable es Edgar, el medio hermano de Silus, el cual parece haber enloquecido y ha comenzado un camino de venganza contra toda la humanidad. Pero las pruebas iran demostrando que existe una verdad oculta e inquietante, escondida en el rastro de cadáveres que va dejando Edgar por toda la ciudad.
La Criatura Perfecta es cine fantástico kiwi. Considerando que de Nueva Zelandia han surgido talentos como Peter Jackson, un filme de este estilo y con semejante premisa genera expectativas – imaginen un mundo en donde lso vampiros son respetados y tienen su propia iglesia, adorada por propios y humanos -. Lamentablemente todo eso queda sepultado por una ejecución morosa y poco inspirada, que prefiere centrarse en una rutinaria trama policial y desperdicia todas las ricas posibilidades que daba semejante universo alternativo.
La idea era prometedora. Después de todo, el cine le ha dado tantas vueltas al vampirismo que ha comenzado a reimaginarlo en otros términos – como razas coexistentes con los humanos, en buenos o malos términos, con títulos como Ultravioleta, Blade, Priest: el Sicario de Dios o Daybreakers, Vampiros del Dia -. De hecho La Criatura Perfecta parece una versión políticamente correcta y steampunk de Daybreakers. Una iglesia vampírica con obispos chupasangre. Vampiros como custodios de la humanidad, convertidos en cientificos y donando su sangre especial para desarrollar vacunas. Gente agradecida que dona su sangre en la misa (!) para que estos tíos no salgan a clavar sus colmillos por ahí.
El problema con La Criatura Perfecta es que no se queda sólo con eso, ni empieza a analizar a dónde fue a parar el temor ancestral de la gente por vampiros y otros demonios. O por qué los humanos tienen tantas enfermedades mortales que sólo los vampiros pueden curar. En cambio, empieza a disparar excentricidades a mansalva para darle a todo esto una sofisticación que no resultaba necesaria. Autos a vapor, cielos cubiertos de zeppelines, arcaicos televisores… A la décima toma de zeppelines flotando sobre la ciudad (lo cual debe ocurrir en los primeros 20 minutos del filme), uno tiene ganas de empezar a bajar dirigibles a los cañonazos. Llegado ese punto, ya se ve ridículo (Hey, miren! Tenemos plata para efectos especiales! Eso sí: siempre son los mismos).
Y después viene la rutinaria trama policial. Algo así como Infierno Rojo, pero con colmillos y sin Schwarzenegger. La historia se vuelve aburrida y predecible y, para colmo, la performance de Dougray Scott no ayuda. Quizás el director le dijo que debía ser hierático, pero lo suyo parece una sobredosis de Valium. Habla bajo, no mueve un músculo, ni grita cuando lo pinchan. Y no es que sea una característica de la raza de los vampiros, ya que su jefe Stuart Wilson demuestra mayor soltura y rango. El camino interpretativo elegido por Scott es completamente erróneo y hay momentos en que cae en lo ridículo. El tipo es tan durito y conservador…
A Scott se le une Saffron Burrows, cuya apariencia física es distrayente. Parece salida de un campo de concentración, y tiene quimica cero con Scott (y eso que se supone que el almidonado vampiro está loco de amor por ella). Para colmo, el escenario steampunk empieza a generar sus propios problemas, comenzando porque el espectador se pregunta cómo una mujer llegó a ser detective en una sociedad tan conservadora como ésta (que parece Londres en el año 1930). La Burrows se viste como salida de una novela de Dickens y usa pistolas rusas de la primera guerra mundial. Es todo tan falsamente excéntrico que empieza a ser molesto. Y cuando aparece el villano, las cosas empeoran. No es ridículo pero no impresiona. Sus discursos suenan huecos… como el resto de la pelicula.
La Criatura Perfecta me hace acordar a las fantasías delirantes de Kurt Wimmer, el mismo tipo responsable de Equilibrium y Ultravioleta. Aquí hay un licuado de ideas procedentes de dos millones de filmes distintos y las mismas han sido exageradas hasta el punto de la incoherencia y la ridiculez. Si usted inventa un universo original (con vampiros creando su propia religión y protegiendo a toda la humanidad), al menos haga el esfuerzo de intentar escribirle una trama original y no de reciclar cientos de clichés de películas de policías compañeros. Acá el 90% de la historia podría haber funcionado sin las enfermedades, los autos a vapor ni los dichosos dirigibles. Y la efectividad también podría haber aumentado con la elección de otros actores como protagonistas.
No sé si calificar a La Criatura Perfecta como bodrio recomendable. Hay gente que le gustará y habrá otros que, como yo, le parecerá un pastiche que desperdicia recursos con los cuales podrían haber armado un mejor filme. Como sea, es una rareza y depende de usted si decide alquilarla o no. En mi caso, mi decisión ya está tomada.