Crítica: Colossal (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canadá / España, 2016: Anne Hathaway (Gloria), Jason Sudeikis (Oscar), Austin Stowell (Joel), Tim Blake Nelson (Garth), Dan Stevens (Tim)

Director: Nacho Vigalondo, Guión: Nacho Vigalondo

Trama: Hace rato que la oscuridad se cierne sobre la vida de Gloria. Sin empleo, pasada de rosca, cayendo en un pozo sin fin debido a la bebida. Su novio Tim se ha cansado y la ha echado, y ahora su único recurso es regresar a su pueblito natal donde su madre tiene una casa disponible para alquilar. Allí se reencuentra con amigos de su infancia, en especial el apuesto Oscar – quien es dueño del único bar local y le ofrece trabajar con él como camarera -. Al principio la propuesta le resulta chocante ya que desea alejarse del alcohol lo máximo posible… pero el dinero escasea y la necesidad apremia. En una de sus noches de borrachera Gloria va a la plaza local y comienza a hacer todo tipo de disparates hasta desmayarse en el campo. Al despertar al día siguiente el mundo se encuentra conmovido con la aparición de un monstruo gigante en la ciudad de Seúl, capital de Corea del Sur, el cual ha arrasado un barrio entero y se ha desvanecido en el aire. Pero, lo mas bizarro de todo, es que el monstruo tiene los tics de Gloria. Intuyendo que la plaza local funciona como una especie de portal – en donde ella puede manejar al monstruo, el cual se presenta todos los días en Seúl a las 8.05 de la noche -, la chica comienza a experimentar y divertirse… hasta que advierte que sus locuras están arrasando edificios y cegando vidas humanas al otro lado del mundo. Y mientras Gloria se encuentra decidida a terminar el experimento, Oscar ha decidido usar el portal, materializándose como un robot gigantesco, antagonista del monstruo que controla la chica. Lo que al principio parece un descubrimiento bizarro, pronto se convertirá en algo mucho mas serio y peligroso cuando Oscar empiece a exigirle cosas a Gloria, caso contrario irá todas las noches a arrasar el terreno de la plaza – y sembrar el horror en Seúl -. Espantada por la enfermiza obsesión con ella Gloria deberá encontrar la manera de enfrentar a Oscar… un duelo que puede determinar no sólo la supervivencia de miles de personas en Seúl sino la sanidad mental y la estabilidad emocional que Gloria tanto ansía.

Critica: Colossal

    Colossal (2016) Hay varias maneras de describir a Colosal pero, quizás la mejor, sea la que un crítico de RottenTomatoes escribió y que la define como un kaiju eiga escrito por Charlie Kauffman. Los personajes resuelven sus trágicas vidas en un entorno fantástico – si antes eran individuos viajando por un pasadizo hasta el interior de la mente de John Malkovich, o utilizando complejos aparatos (escasamente probados) para borrar los amargos recuerdos de un romance roto, acá es un par de amigos de la infancia, borrachos por naturaleza, que tienen como avatares a dos gigantescos monstruos que arrasan la ciudad de Seúl al otro lado del mundo, y que los utilizan para sacarse a trompadas el odio mutuo y las penas atrasadas -. Es una premisa bien rara y hasta estúpida, e incluso el trailer lo pinta como comedia pero Colosal es un filme que desafía definiciones rápidas o concisas. En todo caso es un drama condimentado con elementos fantásticos, los cuales funcionan como una versión alegórica de la vida de la protagonista.

Anne Hathaway es un tren descarrilado. Está desempleada, vive con su pomposo novio inglés (Dan Stevens), se emborracha todas las noches y vive de fiesta en fiesta. Cuando le pegan un voleo en el traste, la Hathaway decide regresar a su pueblo natal, en donde se cruza con un amigo de la infancia (Jason Sudeikis). La cosa pinta de redescubrimiento, regreso a las raices y romance pueblerino ya que Sudeikis le da trabajo en su bar, le acerca su barra de amigos y comienzan a enmendar cosas de su propio pasado. Y mientras la primera media hora es espantosamente anodina – lleno de diálogos intrascendentes y filosofía barata -, el filme pega un gran repingo cuando las cosas dan un giro bizarro. Ha aparecido un monstruo gigante que está arrasando con todo la ciudad de Seúl en Corea del Sur; cosa curiosa, hace la mismas cosas que la Hathaway cuando está de visita en la plaza de su barrio. Al principio le parece extraño que el monstruo tenga su tic de rascarse la cabeza pero, cuando descubre accidentalmente que la plaza actúa como una especie de portal dimensional – y ella controla el monstruo mientras pasea por el arenero -, la trama se dispara de un modo lisérgico. No sólo la alcohólica Hathaway se siente responsable por las vidas que ha asesinado accidentalmente al caminar por el parque, sino que semejante descubrimiento ha cambiado la relación con su compañero de copas Sudeikis. Ha dejado de ser el tipo amable que aparentaba; ahora es un individuo oscuro y manipulador, celoso – quizás – del extraño poder que posee Hathaway. Pero cuando él entra en el arenero, otra criatura gigante aparece en Seul: un robot enorme que parece antagonizar con la criatura original. ¿Cómo es que ambos tienen este poder?. Y de ser así, ¿qué significa todo esto?.

En sí, Colosal es un alegoría sobre adicciones y bullying – y cómo el primero es consecuencia de lo último -. Es formidable como el filme da vuelta las bazas y, lo que era una película blanda con una premisa estúpida se vuelve un drama potente bañado de todo tipo de significados. La respuesta está en el pasado, claro está, mostrando que las apariencias engañan. Mister Nice Guy resulta ser un manipulador prepotente y violento, y ese odio lo ha sumido en el alcoholismo a él y a su víctima. Pero ahora este bizarro descubrimiento quizás sirva para dar vuelta las cosas. Porque las exigencias de Sudeikis son tales que, si la Hathaway lo abandona, el irá a destrozar el parque todas las mañanas, con lo cual su monstruoso avatar estará asesinando a cientos de vidas al otro lado del mundo – hasta ese punto llega su necesidad de control absoluto sobre la vida de la chica -. Y ella está sola ya que todos sus conocidos y/o amoríos solo están a la hora del sexo y no de pelear por ella para defenderla. Oh, sí, la premisa bizarra se vuelve tremendamente real, importante e impactante, gracias a la excepcional dirección de Nacho Vigalondo. No solo da vuelta las expectativas sino que se despacha con un climax notable que a mas de uno lo dejará con una sonrisa en el rostro. Un gran logro para una película que parece basada en un chiste.

Colosal es un filme altamente recomendable. La primera media hora es un aperitivo inocuo pero, cuando la historia se despereza y despierta, funciona en gran forma. La Hathaway se luce como siempre, pero la gran performance le corresponde a Jason Sudeikis. Hace rato que el cómico coquetea con roles serios y termina dando la nota. Su transformación de buen tipo en abusador es formidable, y pronto nos damos cuenta que toda su generosidad no era mas que una encubierta invasión de la privacidad. Con una idea original, una ejecución notable y grandes performances, Colosal termina siendo una sorpresa, una pelicula que nadie vio venir y que construye algo totalmente inusual a partir de una idea y un grupo de clisés del kaiju eiga.