Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
Hong Kong, 2008: Jiao Xu (Dicky Chow), Stephen Chow (Ti Chow), Shing-Cheung Lee (señor Cao), Kitty Zhang (señorita Yuen), Chi Chung Lam (jefe), Han Yong Wua (Maggie), Yao Wen Xue (Storm Dragon)
Director: Stephen Chow, Guión: Stephen Chow, Fung Chih Chiang, Sandy Shaw Lai-King, Vincent Kok, Lam Fung & Tsang Kan Cheong, Musica – Raymond Wong
Trama: Dicky Chow es un niño muy pobre cuyo padre – obrero de la construcción – se esfuerza para enviarlo a un colegio pago. La miseria de los Chow es muy evidente, y el chico es blanco de las bromas pesadas de sus compañeros de escuela. La familia de los Chow sobrevive gracias a lo que el padre encuentra en los basurales, hasta que un día descubre una extraña esfera verde. Regalándosela como un juguete a Dicky, el niño pronto descubre que se trata de una mascota alienígena, a la que llama CJ7 – tal como los juguetes robóticos que estaban de moda en su escuela -. Dicky se crea grandes esperanzas con la criatura, pensando que posee super poderes – y que los pueden sacar de la miseria -; pero a medida que pasa el tiempo el animalito sólo termina por demostrar su completa inutilidad.
Stephen Chow es un comediante, guionista y director de un talento enorme. Occidente terminó de descubrirlo gracias a sus éxitos Shaolin Soccer y Kung Fu Hustle, e inmediatamente se instaló una corriente de culto que comenzó a desenterrar títulos anteriores de la filmografía de Chow. A su vez, el impacto de Kung Fu Hustle impulsó a que la Columbia le proveyera generosos fondos para emprender producciones cada vez más ambiciosas. Mientras estamos a la espera de la segunda parte de Kung Fu Hustle, Stephen Chow se despachó con CJ7, una comedia familiar más cercana a ET El Extraterrestre que a sus aventuras comico – épicas al estilo Matrix.
Indudablemente para los seguidores de los últimos títulos de Chow, CJ7 resulta algo desilusionante, pero uno debe tener en cuenta que Chow es un artista de múltiples registros y esencialmente es un comediante, no una figura de acción. Aquí baja línea para crear un entretenimiento infantil sólido y completamente disfrutable por parte de los adultos. Pareciera que Stephen Chow hubiera descubierto la paternidad e intenta volcar el resultado de su experiencia en el guión de CJ7, convirtiéndola en una película más personal de lo que aparenta. Las marcas registradas de Chow están presentes – la troupe de amigos y comediantes que lo han acompañado en numerosos filmes figura acá, comenzando por el obeso Chi Chung Lam; la comedia completamente disparatada; los personajes que viven en la pobreza más paupérrima; los toques fantásticos de la trama -. Quizás la novedad aquí sea que los protagonistas no terminan por triunfar o convertirse en héroes – o en cambiar su situación inicial – sino en volverse más humanos. En todo caso la moraleja es que la vida da segundas oportunidades, en especial para volver a apreciar el amor de nuestros padres.
Stephen Chow sabe que está conduciendo la enésima adaptación de E.T. El Extraterrestre, y logra apartarse con éxito de los clichés – e incluso ir en dirección contraria -. La familia de Chow es realmente pobre y la criatura es completamente inútil, al contrario del film de Spielberg. Quizás por allí pase otro mensaje, que es que los niños no pueden esperar milagros que vengan de afuera y deben hacer su camino con su propio esfuerzo, tal como se lo dicen sus padres.
Pero de ningún modo todo esto significa que sea un film aburrido o moralizante. Por el contrario, Chow se despacha con unos cuantos gags hilarantes – como el entretenimiento nocturno de matar a las cucarachas, o el detalle de la situación exagerada de pobreza en que vive la familia (pareciera que Chow tuviera una galera sin fondo para sacar chistes sobre la miseria) -, homenajes a filmes propios y ajenos – como Shaolin Soccer o Kung Fu Hustle, amén de Misión Imposible -, y secuencias disparatadas a lo cartoon como sólo Chow puede rodar – el combate de los chicos en el patio de la escuela es desopilante -. Aquí Chow se relega a un segundo plano y deja toda la cámara a Jiao Xu (que en realidad es una niña) y una troupe de actores infantiles que son formidables. Son prácticamente la versión en miniatura de la troupe de comediantes que suele acompañar a Chow en sus anteriores correrías. Además el film se las ingenia para crear un buen momento emocional cerca del film, si bien ya estaba cantado que iba a suceder algo así desde el principio de la película. Y a pesar de la poca sorpresa, resulta efectivo. El tema es que los personajes, más allá de sus bufonerías, terminan por ser humanos y queribles y cuando se presenta el drama, no tiene la fuerza de golpe bajo (o melodrama) tal como ET. Siempre termina siendo una historia disfrutable y con aires de frescuras a pesar de lo trillado del tema.
El mayor problema que tiene CJ7 es que no tiene muy claros los objetivos a los que apunta, y por ello termina de perder bastante de consistencia – especialmente a medida que se acerca al final -. Como experiencia de hora y media de duración resulta un entretenimiento puro y disfrutable, pero la estructura dramática del relato es débil. Es una comedia fantástica que de a ratos parece disparar algún mensaje, pero no siempre queda claro. Incluso después de la resolución, uno debe realmente investigar bajo el microscopio qué es lo que le ha dejado el animalito extraterrestre a esta familia tan pobre. Es como si en los últimos diez minutos se le hubieran agotado las ideas a Chow y su equipo de guionistas para encontrar un final más satisfactorio. Tiene problemas de tono y de cierre de ideas, pero aún con todo ello CJ7 exhibe mucha más imaginación y creatividad que el inmenso grueso de películas familiares que se exhibe hoy en día. No es – como inmediatamente se apresuró a calificar la crítica americana – un film fallido de Chow, pero sí es uno que posee unos cuantos defectos de terminación.