Crítica: Caminando Entre las Tumbas (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2014: Liam Neeson (Matt Scudder), Dan Stevens (Kenny Kristo), Boyd Holbrook (Peter Kristo), David Harbour (Ray), Adam David Thompson (Albert)

Director: Scott Frank, Guión: Scott Frank, basado en la novela de Lawrence Block

Trama: Las bazas vienen en baja para Matt Scudder. Han pasado años desde que su alcoholismo provocara una tragedia y su conciencia le obligara a abandonar la policía, pero nunca pudo recuperarse de semejante golpe. Ahora está solo y en la quiebra, ofreciendo sus servicios – sin licencia – como investigador privado. Y lo último que Scudder desea es que un narcotraficante le contrate; pero Kenny Kristo está en serios problemas… y no son de los esperados para su profesión. Alguien se ha atrevido a secuestrar a su esposa, le ha pedido un dineral y le ha devuelto a su mujer en pedacitos desparramados en el sucio baúl de un coche abandonado. Y las cosas no terminan allí; al revolver un poco el avispero, Scudder descubrirá que Kristo no es el único criminal al cual le han birlado la chica, le han pedido un obsceno rescate y se la han devuelto en un montón de bolsas de basura. Las sospechas recaen sobre algún ex agente de la DEA, alguien que pudiera tener acceso a los expedientes de los sospechosos y que estuviera dispuesto a sacarles dinero sin que éstos acudan a la policía… pero debe ser alguien tan sádico que sea capaz de destrozar mujeres sin el menor de los miramientos. Y cuando un amigo de Dan cae en la misma desgracia, Scudder se pondrá en el medio como negociador… un intercambio demasiado riesgoso, más cuando la víctima en juego es la hija de 14 años del narcotraficante de turno.

    Neo Noir es la versión aggiornada del policial negro. En el policial negro el detective privado era un idealista, un caballero andante de oxidada armadura que debía lidiar con un mundo empapado en corrupción, y en donde se manejaba con su propio set de reglas morales, muchas de las cuales eran lo suficientemente flexibles como para bordear los límites de lo legal… si era necesario para salvar a un inocente de un destino infame. El Neo Noir conserva parte de esa estructura, pero es mucho mas nihilista y violento; si el protagonista debe matar, no le hace asco a nada; los malvados de turno son sanguinarios y perversos, y la moral queda sepultada bajo el mandato de continuar la historia hasta resolverla – al costo que sea -.

Caminando Entre las Tumbas es otro de la larga lista de sólidos thrillers que Liam Neeson ha protagonizado desde que se reinventara a sí mismo como héroe de acción en el 2008 con la inesperada Taken. La gracia de Neeson no sólo es su voz y su imponente presencia sino su aura de honestidad, una virtud que pone al público inmediatamente de su lado – sin importar la dudosa moral del personaje que le toque -. Nada mas cierto que esto en Caminando Entre las Tumbas, en donde hace de ex policía, alcóholico en recuperación – decidió abandonar la bebida luego de provocar accidentalmente una masacre en 1991 -, que ahora ofrece sus servicios de investigador privado (pero sin licencia) a un narcotraficante de mediana monta. El problema es que la esposa del narcotraficante ha sido secuestrada y, después de arreglar el pago del rescate, se la han devuelto a su marido en pedacitos. En busca de venganza, el furioso viudo contratará los servicios de este dudoso pero efectivo investigador, cuya vida está mas llena de sombras que de claros.

El detalle curioso es que el personaje de Neeson es el mismo de Jeff Bridges de 8 Millones de Maneras de Morir (1986), el cual surge de una serie de thrillers escritos por Lawrence Block. Debo admitir que, así como ví la película de Bridges hace como tres décadas, apenas tengo recuerdo de ella salvo de que manejaba un destartalado Ford Mustang del año 80. Pero si el thriller de Bridges era olvidable, A Walk Among the Tombstones deja una impresión duradera: es inteligente, oscuro y violento, no apto para paladares sensibles. Ciertamente el desarrollo se toma su tiempo pero, cuando la violencia irrumpe en el relato, lo hace de manera descarnada; a final de cuentas la historia trata de dos asesinos misóginos cuyo hobby es raptar y destrozar mujeres, una de las cuales resulta ser una nena de apenas 14 años.

Mientras que es loable que alguien se anime a hacer un thriller adulto y violento, por otra parte la trama viene adornada con detalles estirados o que no funcionan, sea la sub trama con un adolescente moreno devenido improvisado ayudante de Neeson, o el climax – el cual parece salido de una película de terror barata y contradice el siniestro realismo de todo el desarrollo anterior del filme -.

Ciertamente es un filme de Liam Neeson diferente. No esperen una película pasatista de acción a lo Taken; acá Neeson es oscuro, amargo y debe lidiar con una camada de gente salvaje capaz de cometer las peores aberraciones. Y no es que Neeson siempre llega a tiempo para salvar a la víctima.

Como policial adulto, A Walk Among the Tombstones es super recomendable. He aquí otro detective privado envuelto en una trama turbia, y dispuesto a resolver la situación a como dé lugar. La diferencia está en que el alma de Neeson está al borde del abismo – vive, come y respira de manera mecánica después de la tragedia que marcara su vida -, razón por la cual el tipo se maneja con un arrojo que no tendría un individuo sensato. Si nada en este mundo te conforma – y el dolor te persigue de manera incesante -, quizás tu pena cese en un último acto de redención, entregando tu vida a cambio de salvar la de un inocente… un leitmotiv que el personaje de Neeson parece estar peligrosamente obsesionado con él.