Crítica: Fiebre de Cabina (Cabin Fever) (2002)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2002: Rider Strong (Paul), James DeBello (Bert), Cerina Vincent (Marcy), Joey Kern (Jeff), Jordan Ladd (Karen), Giuseppe Andrews (Deputy Winston Olsen), Robert Harris (viejo Cadwell), Eli Roth (Justin), Matthew Helms (Dennis)

Director: Eli Roth, Guión: Eli Roth & Randy Pearlstein

Trama: Cinco muchachos van a divertirse en una cabaña que han alquilado en medio de los bosques. Pero a la noche se topan con uno de los lugareños, el cual está gravemente enfermo y les salpica con sangre. El grupo, presa del pánico, termina por prenderle fuego al individuo, el que se interna en los bosques en medio de los gritos. Pero al día siguiente todos empiezan a sospechar que han sido infectados de la extraña enfermedad del forastero… y no pasa mucho tiempo hasta que la paranoia cunde en el grupo. Para colmo, la camioneta que los transportaba está inservible, y el pueblo se encuentra demasiado lejos. Y los infectados – que comienzan a pudrirse en vida – pronto se volverán locos y comenzarán a atacar al resto de las personas sanas.

Cabin Fever A veces uno lee una crítica de película y, cuando ve realmente el filme, pareciera que hubiera alquilado una cinta radicalmente diferente. En el caso de Cabin Fever, opera prima de Eli Roth (quien llegaría a la fama más tarde con Hostel), lo único que se me ocurre calificarlo es de basura sobreinflada. Uno lee los reportes de la IMDB – Peter Jackson hablando maravillas del filme y suspendiendo el rodaje de El Señor de los Anillos: El Regreso del Rey para armar exhibiciones privadas para todo el equipo técnico; Lionsgate peleándose agriamente con otros estudios por los derechos del filme, llegando a un acuerdo de 7 cifras con Roth para obtener la exclusividad; y por supuesto el revuelo causado por el filme, que impulso a que el director consiguiera el respaldo de Tarantino para que financiara Hostel, con lo cual conocemos el resto de la historia – y revisa dos veces la caja del video a ver si se equivocó de filme. Hay tanta sangre como estupidez en la película, y el hecho de que haya algunas escenas competentemente filmadas no salva el hecho de que el guión es idiota y poco original.

Acá Roth parece haberse inspirado en dos toneladas de filmes – mayoritariamente del género de brutalidad rural, pero hay otras influencias claramente reconocibles -, con lo cual la fórmula es remanida desde el vamos. Si uno ha visto Deliverance, Evil Dead, Pumpkinhead, o incluso La Noche de los Muertos Vivos puede adivinar la fuente de inspiración de tal o cual escena, lo cual supone un problema importante ya que Cabin Fever nunca deja de sentirse como un collage de cosas provenientes de mejores filmes que éste. Eso no sería un gran defecto sino fuera que los personajes son monumentalmente idiotas. La chica que histeriquea con su amigo de la infancia, el retardado con el rifle que le dispara a todo, la femme fatale que sólo cuida de sí misma, etc. No hay un caracter medianamente potable, y el caso de “el retardado del rifle” es realmente muy molesto, ya que su estupidez es la que genera todo el drama. Por momentos pareciera que Roth va a caer en el síndrome de Sé Lo Que Hicieron el Verano Pasado, con un grupo de amigos encubriendo un asesinato involuntario. Al menos no lo hace, y empieza con la paranoia de quién está contagiado y quién no. Pero el problema enorme del libreto es que pinta a una troupe de imbeciles que son incapaces de tomar una decisión medianamente inteligente. ¿Por qué nadie va a buscar ayuda a una carretera cercana?. ¿Por qué se quedan tan tranquilos cuando aparece el policía que les promete el remolque dentro de las 24 horas?. ¿Nadie cae en la cuenta de que la amiga de ellos se está muriendo y de una manera horrible?.

Es que en realidad el filme venía bastante bien hasta que aparece el joven policía fiestero, en donde el libreto se pone surrealista. Es increible la cantidad de malos diálogos y pésimas situaciones que comienza a lanzar a partir de ese momento. Montañeses que se enojan por nada y salen a matar a los citadinos infectados, “el retardado del rifle” cometiendo atrocidades de todo tipo y color, el seudo héroe del filme que no hace nada útil por la chica que ama, y dos toneladas de deux ex machina puestos a propósito para disparar una escena sangrienta tras otra – perros asesinos, venados en medio de la carretera, policías homicidas, lugareños violentos, etc, etc -. La última mitad de Cabin Fever es un compendio de improbabilidades y personajes terribles que resulta indignante.

Uno no puede negar que Eli Roth es un director prolijo. Algunos shocks están más que ok. Pero el libreto es abominable, y podría haber manejado toda esta misma situación de una manera mucho más potable. Quizás éste sea el excepcional caso en que el talento de un director ha sido descubierto gracias a una película espantosa. Cabin Fever es realmente mala y nada me va a hacer cambiar de opinión, ni siquiera la tonelada de halagos que haya dicho Peter Jackson sobre la película.