Crítica: Byzantium (2013)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA / GB / Irlanda, 2013: Saoirse Ronan (Eleanor Webb), Gemma Arterton (Clara Webb), Sam Riley (Darvell), Jonny Lee Miller (capitán Ruthven), Daniel Mays (Noel), Caleb Landry Jones (Frank)

Director: Neil Jordan, Guión: Moira Buffini

Trama: Hace 200 años el despótico capitán Ruthven secuestró y prostituyó a Clara Webb, forzándola a vivir en un burdel durante toda su adolescencia. A raíz de los abusos Clara dió a luz a Eleanor, una bebé no deseada cuyo destino natural debiera haber sido la muerte; pero Clara se enamoró de la criatura y decidió entregarla a un orfanato para que creciera fuera del terrible mundo en que Ruthven la había sumido. Los años pasaron y Clara se enfermó gravemente de tuberculosis, lo que no impidió que Ruthven siguiera violándola y maltratándola. Ante la inminencia del final y lo desesperante de su situación, Clara se topa con Darvell, un caballero inglés que dice tener el secreto de la inmortalidad. Pero dicho secreto sólo está reservado a los hombres y, en la angustia de su estado, Clara termina por robar el papiro, el cual contiene las instrucciones para efectuar una ceremonia secreta que terminará por convertirla en una soucriantuna raza de vampiros ancestrales que mantienen su juventud e inmortalidad a partir de beber la sangre de sus víctimas -. Pero el robo del papiro ha despertado la furia de la Hermandad de los soucriants, quienes no dudan a atacar a la joven Eleanor como parte de su represalia. Encontrando a la joven moribunda, Clara repite la ceremonia y transforma a su hija en un vampiro. Ahora han pasado 200 años y Clara y Eleanor vagan por el mundo en busca de victimas mientras eluden la constante persecución de la Hermandad. Pero Eleanor ha llegado a un punto que se encuentra asqueada por la inmortalidad, la amoralidad del accionar de su madre, y la necesidad de matar inocentes para alimentarse. Y las cosas parecen salir de control cuando regresan al pueblo en donde vivieran hace dos siglos… un lugar maldito en donde los miembros de la Hermandad han estado aguardándolas durante años para poder cazarlas y eliminarlas.

Byzantium Después de consumir toneladas de estiércol durante las últimas semanas, es agradable volver a toparse con una película inteligente hecha por gente que sabe hacer cine. Es el caso de Byzantium, el último filme fantástico de Neil Jordan – quien diera a luz a clásicos como Entrevista con el Vampiro, El Juego de las Lágrimas o En Companía de Lobos -. Ciertamente Byzantium no es un filme original – uno puede verlo como la versión 2.0 de Entrevista con el Vampiro, ya que maneja los mismos temas – pero está cocinado con tanta altura y esmero como sólo un gran cineasta puede hacerlo. Y, lo más satisfactorio de todo, es que toma premisas similares a la horda infecta de terror adolescente que puebla la pantalla de los cines hoy en día y termina por generar algo notablemente superior, lo que equivale a darle un cachetazo feroz a Crepúsculo y toda su sarta de deslucidos clones y secuelas.

Estos no son vampiros normales. Como surgen a través de un rito pagano de origen ancestral, no los afectan ni las cruces, ni el ajo, ni la luz del día. También carecen de colmillos, aunque en su reemplazo tienen una uña – espolón que crece súbitamente cuando están a punto de vaciarle la carótida a alguien. Tal como Entrevista con el Vampiro, su historia de conversión a criaturas sobrenaturales es mas triste que horrorífica: la madre (la cada vez más apetecible Gemma Arterton, la que aquí nos da el regalo visual de mostrar algo de carne!) era una prostituta abusada y gravemente enferma de tuberculosis, y la hija (la brillante Saoirse Ronan) es una huérfana criada bajo una estricta educación religiosa, la cual resulta gravemente herida cuando los villanos de turno desean desquitarse de la Arterton en una racha de represalias mutuas. Por necesidad ambas terminan por transformarse en vampiros, lo cual las libera pero troca su miseria por otra: la de ser parias inmortales que vagan por la Tierra huyendo de sus perseguidores, carentes de afecto y hogar fijo, y debiendo asesinar con regularidad para poder alimentarse y sobrevivir. Mientras que la Arterton sigue usando su cuerpo para embaucar y liquidar incautos, Saoirse Ronan prefiere acercarse a los ancianos y deshauciados para ofrecerles una salida expeditiva al sufrimiento que la edad y la enfermedad les ha causado. Es notable ver como el libreto se dedica a explorar la diferencia que existe entre ambas mujeres: una, criada bajo la égida de una estricta educación religiosa, y la otra formada en las calles y la dureza de la vida. Precisamente dicha formación religiosa es la que hace que la Ronan tenga remordimientos de conciencia y que considere que su existencia está maldita, mientras que para la Arterton la inmortalidad es sólo un pasaje para la libertad y una existencia menos sufrida a la que antes tenía.

La manera en como Neil Jordan desarrolla la historia en el tiempo presente – con continuos flashbacks que van referenciando la historia de origen de ambas mujeres – es apasionante. Ronan escribe todo el tiempo su diario, pero quema o rompe los originales ya que su historia jamás podrá ser difundida… y los pobres que se atrevan a leerla terminarán siendo aniquilados por Arterton. En plena angustia adolescente – tomen nota los autores de Crepúsculo y demás bodrios que pululan por ahí – se topa con un chico tímido, el mesero de un hotel que también lucha para sobrevivir ya que su leucemia lo tiene a mal traer. Ella sabe que no puede liarse con él porque la naturaleza de su nueva existencia es errante, pero el chico posee una ternura especial que le despierta sus envejecidas y durmientes hormonas. Mientras tanto la Arterton – que para beneplácito nuestro pela lomo, exhibiéndose generosamente en impecable lencería negra – se ha transformado en un depredador implacable, ya sea masacrando desprevenidos o explotando a sus víctimas para obtener casa y abrigo. Precisamente en una de sus últimas correrías es que se topa con un debilucho sin caracter, el dueño del hotel cuyo nombre es el que alude el título, y que termina por darles alojamiento a cambio de los favores de la apetecible Arterton. La pelirroja, ni lerda ni perezosa, lo embauca al tipo para convertir el alojamiento en un improvisado burdel, reclutando prostitutas de la zona a las cuales ha liberado de su proxeneta… utilizando métodos harto expeditivos.

La gran gloria de Byzantium es que todos los personajes son interesantes, y todos poseen su grado de simpatía – a excepción del capitán inglés que encarna Jonny Lee Miller, el cual vive y perece como un villano -. Aún cuando los métodos de Gemma Arterton son extremadamente violentos e implacables, uno no deja de ver a una madre cariñosa que defiende a su cría y a su nido por todos los métodos que están a su alcance. Ciertamente la performance de Arterton es la usual – chica traviesa con costado oscuro – pero a medida que avanza el filme, la actriz comienza a mostrar un rango notable. Nunca estuve muy convencido de las cualidades de Arterton como intérprete hasta que uno ve el desenlace de Byzantium, en donde su tristeza termina siendo conmovedora – y eso que hablamos de un personaje que liquidó a la mitad del elenco durante los 90 minutos previos, de los cuales la mitad de ellos eran bobalicones inocentes que no merecían semejante final -. Por otra parte Saoirse Ronan es tan intensa como siempre, y posee una química notable con Arterton; viendo interpretaciones así, uno sólo deja de lamentarse por la participación de la actriz en bodrios tales como La Huespedhe aquí un filme de horror plagado de drama adolescente que resulta excepcionalmente inteligente -. El resto del cast es más que adecuado, a excepción de Jonny Lee Miller que resulta algo afectado en algunas escenas.

Como ya dijimos, Byzantium tiene mucho de Entrevista con el Vampiro. He aquí otro relato de criaturas inmortales atormentadas por la infinitud de su existencia. A mi juicio ésta es una versión mucho mas satisfactoria, ya que se siente mas natural y tráfica, y la dupla central de actrices dan una performance de la hostia. Desde ya el filme tiene sus detalles – el final es algo previsible y traído de los pelos; la subtrama de la escuela a la que asiste Ronan esta insertada de manera forzada para provocar un finale – pero desde ya que es una experiencia cinematográfica superior a la media; y se trata de una película de calidad que vale la pena recomendar.