Crítica: El Buque Maldito (1974)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

España, 1974: Bárbara Rey (Noemi), Maria Perschy (Lillian), Jack Taylor (Howard Tucker), Carlos Lemos (profesor Grüber), Manuel de Blas (Sergio), Blanca Estrada (Kathy)

Director: Amando de Ossorio, Guión: Amando de Ossorio

Trama: Dos modelos han desparecido y Noemi, amiga de una de ellas, se encuentra investigando su paradero. Así es como descubre que las chicas han sido contratadas para un elaborado truco publicitario destinado a auspiciar a un fabricante de lanchas. Las jóvenes debían permanecer a la deriva en alta mar, esperando ser rescatadas. Pero algo ha salido mal, y desde hace un par de días que no tienen noticias de las muchachas. Noemí presiona a la gente de la agencia publicitaria, y pronto arman una misión de rescate. Al llegar a las coordenadas del último paradero conocido de las modelos, se topan con un galeón del siglo XVI, el cual se encuentra envuelto en una niebla fantasmal. Al abordarlo descubren varios objetos personales de las muchachas, pero no hay otras señales de las mismas. Pero la gente de la expedición comienza a descubrir detalles inquietantes. Es como si el galeón estuviera en otra dimensión en donde es de noche todo el tiempo; y, a su vez, se topan con la siniestra carga del barco: una docena de féretros en donde yacen los cadáveres de antiguos caballeros templarios, los cuales regresan a la vida todos los días a la medianoche. Sin armas y sin posibilidad de abandonar el galeón maldito, el grupo deberá elaborar una improvisada y desesperada defensa para mantenerse con vida mientras encuentran una vía de escape.

El Buque Maldito (1974) El Buque Maldito es el tercer filme de la tetralogía de los zombies templarios de Amando de Ossorio. La saga ya es un clásico de culto entre los fans del género, aún cuando se trate de cabales ejemplos de cine Z, y esto ocurre porque el talento del director terminaba por triunfar por encima de las temibles limitaciones presupuestarias de dichos proyectos.

Pero aún con toda la simpatía que me merece la serie, uno no puede dejar de reconocer que El Buque Maldito es un filme terrible y, por lejos, el más flojo de la tetralogía. Oh si, los efectos especiales siguen siendo terribles – los zombies templarios son maniquíes estáticos, y ahora se suma un inverosímil galeón de madera balsa que parece flotar en un baldecito con agua (ver para creer!) -, pero el tema no pasa por allí sino por los personajes y las situaciones, los que directamente apestan.

Comencemos por el principio. Hay una modelo (Barbara Rey, que hoy con sus 56 pirulos está mucho mas buena que cuando era joven) que empieza a investigar el paradero de su amiga y compañera de trabajo, a la que hace un mes que no la ve. Apretando a su jefa en la agencia (Maria Perschy, una actriz que llegó a trabajar en Hollywood junto a Rock Hudson y Montgomery Clift, y que terminó rodando bodoques como éste), ésta la lleva hasta la presencia de un siniestro fabricante de lanchas (!), el cual está tramando un golpe publicitario. Ciertamente el truco de marras no se entiende mucho – las chicas deberían quedar flotando a la deriva en alta mar durante un mes, tras lo cual serían recogidas por algún barco que pasara por la zona, y se convertirían en tapa de los diarios, posando en las fotos junto a la lancha (QC?!) – pero, como para el tipo todo esto debe quedar en el más alto secreto (como si se tratara de la fórmula de la Coca Cola), decide secuestrar a la Rey y mantenerla amordazada hasta que termine la operación. El tema es que las chicas en alta mar son recogidas … pero por el galeón fantasma que lleva a los zombies templarios en su bodega (otra que El Perla Negra). Como es obvio, las modelos pasan al estado de fiambre en menos de cinco minutos, la gente en tierra no obtiene más noticias de ellas, y se termina de armar una expedición para investigar la zona de su último paradero conocido.

En todo el filme no hay ni uno solo personaje que valga la pena. Todos son malos, egoístas y retorcidos. Para colmo, para el guión el hecho de que una persona tenga un título de “profesor” implica que es una especie de sabio omnisciente, que conoce de todo tipo de temas. Así es como aparece el carácter del profesor Gruber, un tipo que trabaja en el servicio meteorológico y que, de pronto, termina siendo historiador, arqueólogo, espiritista y no sé qué otras cosas más. Cuando se precisa una explicación Gruber la da, sin importa lo idiota que suene.

Lo más deprimente de El Buque Maldito es que todo el escenario era formidable y termina siendo arruinado por una troupe de malos personajes que están demasiado tiempo en pantalla. Que el galeón flote en otra dimensión, que quienes lo abordan no puedan salir o sean invisibles a los ojos del resto del mundo, o que el barco navegue a la deriva con su carga de zombies templarios eran premisas con gran potencial. Incluso podía haberse armado alguna situación desesperada dentro del barco – como que los protagonistas vayan quedado arrinconados en una punta del galeón, montando defensas improvisadas con lo que tienen a mano -, una idea que termina siendo arruinada por la pequeñez de los escenarios (todo el set del buque debe tener 15 metros como máximo!). Lamentablemente no se explota ninguna de estas posibilidades y, para colmo, los zombies aparecen muy poco en pantalla. Eso si: cuando atacan (como cuando toman a Barbara Rey, o en el climax) son formidables y son lo único que rescata al filme de ser un bodrio completo.

El Buque Maldito es la entrega más flojita de la saga de zombies templarios de Ossorio. Si usted soporta la letanía de los malos diálogos y terribles personajes, se verá recompensado con un par de secuencias terroríficas que se convierten en lo único que vale la pena en todo el filme.

LA SAGA DE LOS ZOMBIES TEMPLARIOS DE AMANDO DE OSSORIO

La Noche del Terror CIego (1971) – El Ataque de los Muertos Sin Ojos (1973) – El Buque Maldito (1974) – La Noche de las Gaviotas (1975)