Crítica: Bloodrayne 3: El Tercer Reich (2010)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Canada / Alemania, 2010: Natassia Malthe (Rayne), Brendan Fletcher (Nathaniel Gregor), Michael Paré (comandante Ekart Brand), Willam Belli (Vasyl Tishenko), Clint Howard (doctor Mangler), Steffen Mennekes (teniente Kaspar Jaeger)

Director: Uwe Boll, Guión: Michael Nachoff, basado en el juego de Majesco

Trama: La bella Rayne es una dhampir un híbrido mezcla de humano y vampiro – que ha pisado la faz de la Tierra durante siglos. Ahora se enfrenta a la encarnación del mal supremo – los nazis – durante el transcurso de la segunda guerra mundial. Ayudando a las fuerzas partisanas, Rayne logra liberar un tren de prisioneros destinado al holocausto de las cámaras de gas; pero, en el fragor de la lucha, termina por desquitar su ira con el comandante del destacamento alemán, el brutal Ekart Brand, al cual desangra hasta darlo por muerto. Pero Brand mismo se ha convertido en un dhampir y, con la ayuda del siniestro doctor Mangler, planean infectar a un batallón entero para crear un ejército de asesinos inhumanos que arrase con a los enemigos del Reich; y sólo Rayne posee la capacidad de destruir al monstruo antes que concrete su obra.

Bloodrayne 3: El Tercer Reich Ya hemos hablado de Bloodrayne al comentar el filme de 2005 dirigido por Uwe Boll. Al parecer Boll dió con un filón medianamente jugoso, ya que logró avanzar con la idea y generar una franquicia que lleva tres películas hasta el momento – o recaudaron bien, o los productores son unos masoquistas de aquellos y prefieren quemar su dinero en las garras del director alemán -. Yo creo que hay momentos en los que a Boll le funciona la medicina que toma y crea cosas potables, y hay otros momentos en que los químicos no andan (o están vencidos!) y el tipo merece el empalamiento. Bloodrayne 3: El Tercer Reich es un caso que entra en la última categoría. La base de la historia suena apetecible – un vampiro luchando contra el nazismo, la máxima representación histórica de la maldad humana, matizando esto con científicos dementes y proyectos infernales – y la producción es muy prolija… pero la versión final del libreto y el desastroso casting terminan por tirar todo abajo. Mientras que Bloodrayne 3: El Tercer Reich no es un bodrio absoluto, tiene su buena cuota de momentos en donde uno rechina los dientes y dice “¿qué caraj#@& estaba pensando el tipo que dirigió esto?”.

Este es el segundo filme en que Natassia Malthe reemplaza a Kristanna Loken en el papel principal; el problema es que la Malthe se ve feísima – parece una versión de Jessica Cirio a la que le pasó un camión por encima – y como actriz simplemente apesta. Carece de presencia y lo único que la salva – además de su buen cuerpo – es que es muy buena peleando. Precisamente son los combates y la reconstrucción de época las únicas cosas que hacen medianamente potables al film; el resto es una catarata de malos diálogos y terribles actuaciones. Comenzando por la banda de villanos, liderada inadecuadamente por Michael Paré – tiene tanto acento de cowboy que es como ver a John Wayne haciendo de nazi – y acompañada por el eternamente ridículo Clint Howard – hermano de Ron, y que siempre hace de idiota o asesino bobo -, el que aquí encarna a una especie de Josef Mengele de cuarta. Los tipos pierden sus acentos y los recuperan de una toma a la otra, y se despachan con planes sideralmente idiotas como convertir a Hitler en un dhampir o franelear con prostitutas recien convertidas en vampiro para probar su resistencia a las armas tradicionales de la mitología – léase cruces, agua bendita, estacas de madera, etc -. Como sea, el filme es corto y hay varias escenas de acción, lo que compensa la pavada general de todo el relato (amén de un par de escenas enteramente gratuitas de sexo) y lo hace tolerable. Pero todo esto, sin poner un peso extra, hubiera funcionado muchisimo mejor en manos de cualquier otro director. Cambien un par de actores, pulan un poco el guión y hubieran logrado un producto standard, entretenido aunque no memorable. Pero aquí todo es demasiado desprolijo, un mix de escenas buenas, mediocres y terribles, que terminan por arruinar una historia que tenía su potencial. Aún cuando se trate de un filme directo a video, merecía que Boll le hubiera dado un poco más de bola en vez de filmarlo a la marchanta.

No alquile Bloodrayne 3: El Tercer Reich; no vale la pena. Si alguna vez la dan por cable, puede resultar tolerable, pero de ningún modo si tiene que gastar plata en ella. Lo que podría haber sido algo pasable (o muy entretenido) termina siendo un producto rancio, simplemente porque el director rodó todo al boleo y sin ponerle demasiado esmero.

BLOODRAYNE

Bloodrayne (2005) – Bloodrayne II: Deliverance (2007) – Bloodrayne: El Tercer Reich (2010)