Crítica: El Curioso Caso de Benjamin Button (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Brad Pitt (Benjamin Button), Cate Blanchett (Daisy Fuller), Julia Ormond (Caroline), Tilda Swinton (Elizabeth Abbott), Taraji P. Henson (Queenie), Peter Donald Badalamenti (Benjamin 1928-31), Robert Towers (Benjamin 1932-34), Tom Everett (Benjamin 1935-7), Jared Harris (Capitán Mike), Jason Flemyng (Thomas Button)

Director: David Fincher, Guión: Eric Roth & Robin Swicord, basados en el cuento homónimo de F. Scott Fitzgerald

Trama: Daisy Fuller se encuentra internada en un hospital en Nueva Orleans, postrada en su lecho de muerte. Durante sus últimas horas le pide a su hija Caroline que le lea el diario de Benjamin Button, un amigo de la infancia que tuvo a principios del siglo XX. Benjamin nació en 1918 con una extraña enfermedad degenerativa que le dió los problemas de salud y la edad de un anciano de 80 años. Su madre murió en el parto y su padre – incapaz de aceptar su estado – lo abandonó en una casa de ancianos, en donde fue recogido por una criada de color que decidió adoptarlo a pesar de sus escasas expectativas de vida. Pero increíblemente Benjamin comienza a rejuvenecer con el paso de los años y, termina por conocer a Daisy – la nieta de una de las pacientes -. Con el tiempo el lazo afectivo entre Daisy y Benjamin comienza a estrecharse, aunque los designios del destino los llevan por caminos separados. Y cuando logran reencontrarse en lo mejor de su edad, se unen y tienen una hija. Pero el síndrome que padece Benjamin parece atentar contra sus planes de llevar una vida normal; y todo parece indicar que no existe ninguna resolución que no sea dolorosa para afrontar lo que le espera en el futuro a Benjamin, Daisy y su pequeña hija.

El Curioso Caso de Benjamin Button El Curioso Caso de Benjamin Button está basado en un cuento de F. Scott Fitzgerald (el autor de El Gran Gatsby) escrito en 1921. Prácticamente las premisas del cuento se mantienen intactas – bebé que nace como anciano y comienza a rejuvenecer a medida que crece, casamiento con el amor de su infancia, la gestación de un hijo que pone al personaje del título en un grave dilema existencial -, con las obvias ampliaciones de la historia para transportarlas a la duración de un largometraje y con algunos sensibles cambios sobre el segmento final. La idea de adaptar la historia viene madurando desde mediados de los años 90, cuando vino el suceso de Forrest Gump. Posiblemente lo más atractivo del cuento de Scott Fitzgerald para los estudios de Hollywood haya sido la posibilidad de generar algo similar a Forrest Gump pero en un tono de épica romántica – 70 años en la vida y desencuentros de dos amantes, la enfermedad de Benjamin como detonante para un resonante clímax a pura lágrima -. Desde ese entonces Ron Howard, Spike Jonze y Gary Ross pasaron por el proyecto como candidatos al sillón del director, así como hubieron bocetos del guión escritos por Robin Swicord, Jim Taylor (Entre Copas), e incluso Charlie Kaufman (Quieres ser John Malkovich?). Y como candidatos al papel los cientologistas Tom Cruise y John Travolta estuvieron anotados en algún momento. Recién en mayo del 2004 entraría David Fincher (Se7en, Zodíaco, Alien 3, El Club de la Pelea), quien retomaría el libreto original de Swicord y traería al mismo guionista de Forrest Gump, Eric Roth, a darle una reescritura general.

Y ciertamente el propósito de la épica romántica está aquí, aunque el resultado no es tan pulido como uno podría esperar. Al igual que Forrest Gump tenemos a un individuo elegido por el destino, aunque en este caso es mucho más anónimo que el personaje de Tom Hanks. Lo particular de Benjamin Button es que nace viejo y comienza a rejuvenecer, por lo cual su perspectiva de la vida es diferente. En la adolescencia sale a conocer el mundo y termina por vivir experiencias que son tomadas con su particular punto de vista. También como Forrest Gump, es un personaje con buena estrella – uno lo ve inmiscuirse con personajes y situaciones históricas que podrían resultar escabrosas, pero termina saliendo indemne -, y esa etapa de maduración del niño – adolescente atrapado en el cuerpo de un anciano es por lejos lo mejor del filme. El problema principal pasa a la mitad del segundo acto, en donde la historia pareciera empezar a quedarse sin combustible. Lo que debería ser la etapa más interesante de Benjamin – la coincidencia de su edad física y mental, el reencuentro definitivo con el amor de su infancia – carece de la intensidad de la primera hora y media de la cinta. Es posible que el tema pase por el tono melodramático que adopta el libreto en algunos momentos – los desencuentros por los caprichos adolescentes de Daisy – y la falta de parlamentos jugosos sobre la complejidad de la situación que deben vivir. Además Daisy es un personaje escrito de manera muy despareja – la primera cita es totalmente bizarra, con la chica hablando de sus experiencias sexuales en una época que uno asume era mucho más pudorosa, además de quitarle de un plumazo el encanto al papel -. Y estos inconvenientes se agravan a medida que avanza la historia, ante la imposibilidad de una resolución coherente y potente de la historia. Cuando llega el clímax, el film arriba con el combustible justo pero sólo alcanza para generar un desenlace tibio.

La cuestión es que El Curioso Caso de Benjamin Button parece perder buena parte de su identidad a mitad de camino. No hay otra manera de aceptar la historia que como una fábula, y cuando transita ese sendero funciona de maravillas. Pero los intentos de generar picos dramáticos intermedios no siempre son exitosos, además de perder el sentido reflexivo del personaje. Cuando el final se resuelve, hay algo de forzado en todo ello. Posiblemente pase porque los personajes han dejado de ser interesantes al transformarse en más mundanos, y cuando los nudos se atan no nos quedan tantos remordimientos por las pérdidas. No es un problema del director ni de los actores, sino del guión que empieza a improvisar su marcha y carece del talento para generar la estatura que el personaje principal se merece – la de tomar una decisión valiente para salvaguardar el futuro de su familia, pero ello termina por caer en una escena increíblemente chata -. El mensaje que venía reiterando la película – vivir el momento – queda diluído; Benjamin tampoco resulta tan reflexivo sobre su situación actual, y la ausencia de caracteres secundarios intensifica esas imperfecciones. Mientras que al principio toda la troupe de personajes establece eficazmente y con carisma sus relaciones y resultan interesantes, cuando la historia recae sobre Benjamin y Daisy termina por resultar algo sosa. No es el romance memorable que debía haber generado.

Por todo ello es que El Curioso Caso de Benjamin Button supera con creces la media pero no alcanza la perfección. Hay multitud de buenas escenas y buenas performances, grandes diálogos y excelentes personajes, pero tiene un ritmo dramático muy desparejo. Se destaca la originalidad de su premisa, pero también a causa de ella termina por meterse en un brete que resuelve de manera medianamente satisfactoria. Y en el medio se mete de lleno en un melodrama que no era necesario, ya que el punto central de la historia – el envejecimiento en reversa – era más que suficiente para generar interés sobre la trama.

DAVID FINCHER

Alien 3 (1992) – Se7en, Pecados Capitales (1995) – El Juego de la Muerte (1997) – El Club de la Pelea (1999) La Habitación del Pánico (2002) – Zodiaco (2007) – El Curioso Caso de Benjamin Button (2008) – La Chica del Dragón Tatuado (2011) – Perdida (Gone Girl) (2014)