Crítica: Refugio Macabro (Asylum) (1972)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1972: Robert Powell (Dr Martin), Patrick Magee (Dr Lionel Rutherford), Geoffrey Bayldon (Max Wells), Barbara Parkins (Bonnie), Richard Todd (Walter), Sylvia Sims (Ruth), Barry Morse (Bruno), Peter Cushing (Mr Smith), Ann Firbank (Anna), John Franklyn-Robbins (Stebbins), Charlotte Rampling (Barbara), Britt Ekland (Lucy), James Villiers (George), Megs Jenkins (Miss Higgins), Herbert Lom (Dr Byron)

Director: Roy Ward Baker, Guión: Robert Bloch, basado en sus propias historias

Trama: El Dr. Martin llega al manicomio de Dunsmoor, en donde tiene una entrevista de trabajo con el Dr. Rutherford, director del establecimiento. Pero Rutherford le aclara que él reemplaza al verdadero director, el que ha sufrido una crisis sicótica y ha debido ser internado de urgencia en el mismo nosocomio. Y Martin podrá obtener el trabajo si visita el pabellón de los casos más graves y descubre cual es el antiguo director entre los 4 pacientes que se alojan allí, para lo cual deberá indagar en sus atribuladas historias de origen. Miedo Congelado: dos amantes complotan para matar a la esposa de uno de ellos, descuartizándola y disponiendo de sus restos… pero nada saldrá como lo esperado. El Sastre Demente: Bruno, acosado por las deudas, se ve obligado a confeccionar un traje fuera de lo común para el señor Smith, pero la tela que deberá manipular posee propiedades sobrenaturales. Lucy Viene a Quedarse: George trae de regreso a su casa a su inquieta hermana Bárbara, la cual ha salido de una clínica de rehabilitación. Pero escondida en la casa se encuentra Lucy, la amiga de la muchacha, la que la convence de escapar juntas deshaciéndose de su hermano y de la insidiosa enfermera que la custodia. Maniquíes de la Muerte: Byron es un desquiciado alquimista que dice haber descubierto el conjuro para traspasar su alma a unos muñecos que ha creado y, de ese modo, darles vida. Y ahora planea utilizarlos para vengarse del director Rutherford, a quien odia visceralmente.

Refugio Macabro (Asylum) En los 60 el horror inglés estaba de moda y, aparte de los estudios Hammer, otras productoras menores explotaban el buen momento internacional de la cinematografía fantástica británica. Entre ellas se encontraba la Amicus, la que se especializaba en compilados de historias de horror. Desde siempre he preferido los relatos fantásticos contemporáneos de la Amicus al horror gótico y constipado de la Hammer, y Asylum (bautizada espantosamente en español como Refugio Macabro) es una de mis películas favoritas dentro de la vasta filmografía del estudio.

Como es habitual en los compilados de historias de terror la calidad es despareja. Usualmente hay un puñado de historias rutinarias que hacen de relleno y que reservan para al final a una o dos historias realmente novedosas, las que son el plato fuerte de la película. Aquí el balance de efectividad es bastante alto, y está marcado por la excelente calidad interpretativa de los actores involucrados. El primer capítulo es la habitual rutina tipo Cuentos de la Cripta, con otra pareja de amantes liquidando al cónyuge de uno de ellos, y en donde las cosas se salen de control al momento de deshacerse del cuerpo. Está simplemente ok. El segundo capítulo – El Sastre Demente – arranca con bastante suspenso pero fracasa sobre el final. No es que la resolución de la historia no se pudiera anticipar, pero los personajes involucrados en el clímax no se corresponden con los esperados. Llegaría a una calificación de apenas correcta. En cambio el tercer capítulo – Lucy Viene a Quedarse -, aunque es rutinario, termina por repuntar enormemente gracias a la performance de Charlotte Rampling, la cual parece estar a punto de explotar en un brote sicótico de un momento a otro. Y aunque el climax es cantado, uno termina por apreciar las bondades de una buena puesta en escena.

Pero las mejores bazas del filme radican en el cuarto capítulo y en la historia de fondo, que son las que tienen los detalles más memorables. Tal como pasaba con Rampling, Herbert Lom (el jefe Dreyfuss de la saga original de La Pantera Rosa) aporta un enorme grado de intensidad y convicción. Si bien el diseño de los muñecos deja bastante que desear, la resolución de la historia genera tal shock que uno le perdona sus defectos. Y a su vez el climax de la historia de fondo – en donde Robert Powell debe descubrir cúal era el siquiatra que se desquició y quedó recluido con los otros pacientes – es estremecedor. Y repito: el tema no pasa por efectos especiales o enormes revelaciones, sino por las actuaciones. La risa desquiciada del asesino tiene algo tan sobrenatural e inquietante que queda grabada en la memoria del espectador hasta mucho tiempo después de haber visto la película.

Asylum es una película de terror sólida y completamente disfrutable. La dirección y las performances son muy buenas, y tiene la virtud de generar un puñado de momentos impresionantes. Y, para ser un filme de terror de factura modesta, ese es un mérito más que destacable.