Artículos: Realidad vs Ficción: ¿qué es Mind Uploading?

Volver al Indice – artículos sobre Cine Fantástico / un artículo de Alejandro Franco

Hace poco se nos presentó la oportunidad de colaborar con una conocida revista de informática y, como fanáticos del género fantástico, decidimos aportar nuestra cuotita de temas caros a nuestras pasiones. En este caso hablamos de Mind Uploading o Transferencia Mental, el proceso por el cual un ser humano podría replicar su mente en el interior de una computadora. ¿Es acaso una loca fantasía de los autores mas afiebrados del género, o una realidad próxima a concretarse en un futuro cercano?

Qué es Mind Uploading?

Transcendence (2014). Johnny Depp es un genio de la tecnología que se encuentra realizando grandes avances en el campo de la Inteligencia Artificial. Pero su labor es resistida por grupos reaccionarios, quienes pronto atentan contra su persona. Al ser herido por una bala revestida de Polonio, Depp descubre que se está muriendo debido al envenenamiento radiactivo provocado por el proyectil. Allí es donde se plantea la posibilidad de aceptar su destino o intentar un camino alternativo: “levantar” su mente en el ciberespacio – volcándola al interior de una computadora, en donde existirá como una entidad independiente y superviviente a la desaparición física de su propio cuerpo -.

El proceso narrado en Transcendence es conocido como Mind Uploading o Transferencia Mental; numerosos científicos y autores de ciencia ficción (como Rudy Rucker y Raymond Kurzweil) han escrito sobre la posibilidad de su materialización, y las fascinantes posibilidades que el proceso plantea. En el cine el tema ha sufrido un tratamiento menos decoroso – está la absurda Ghost in the Machine (1993) en donde un asesino serial se convertía en un impulso eléctrico transferido a una PC (!); y, desde ya, The Lawnmower Man (1992), en donde el villano (al bordear el climax) se transformaba en una entidad digital que escapaba de la megacomputadora donde estaba confinado, convirtiéndose en un virus inteligente esparcido por todos los ordenadores del planeta -. Como suele suceder, el cine pasteuriza y pulveriza la sofisticación del concepto, generando variantes mas banales y fáciles de digerir por el espectador promedio.

De ser posible, ¿en qué consistiría el proceso?. Suponiendo que se han solucionado los problemas prácticos de la idea, esto implicaría la conexión directa entre un cerebro humano y una computadora. Los pasos siguientes suponen o la duplicación del conocimiento y los procedimientos deductivos habituales del sujeto humano objeto del experimento (amén de su personalidad), o bien el drenaje total de la mente de un individuo, tras lo cual abandona su estado físico y pasa a vivir en una realidad alternativa, un universo digital compuesto de ideas, microprocesadores y bytes.

Si uno examina el proceso con detenimiento, verá que hay aspectos que suenan tan fantásticos como tétricos. La primera inquietud es si la mente “cibernética” es realidad una entidad en sí misma, o se trata del clonamiento de un individuo. ¿Es realmente Depp en el ciberespacio, o sólo una simulación de Depp?. ¿Acaso no es simplemente un software sofisticado que imita a su creador?. El otro punto – que oportunamente subraya Transcendence – es que un cerebro digital sería infinitamente superior al modelo humano en el cual se basa. No se agota, no tiene limite de memoria, ni tampoco tendría limitaciones de velocidad en cuanto al procesamiento de datos. Al convertirse en una computadora pensante capaz de evolucionar y perfeccionarse, lo que seguiría sería el avance estratosférico de la tecnología por parte de una inteligencia ilimitada con espíritu de superación constante. Desarrollaría nuevas memorias, nuevos procesadores, alteraría componentes de su propio cerebro informático para mejorarse, y terminaría transpasando los límites del conocimiento humano en el corto plazo al ser capaz de desarrollar herramientas científicas nunca antes vistas en la historia del hombre. Funcionaría como un ejército de genios – actuando de manera inspirada, coordinada y uniforme -, y con capacidad de realizar investigaciones y desarrollos interdisciplinarios imposibles de efectuar por una sola persona.
Mientras que el escenario de una computadora gigante, evolutiva y dotada de la capacidad de inspiración y creación humana suena fascinante, el aspecto menos favorable del proceso es ver como resiste la siquis del sujeto al estado de aislamiento y la pérdida de los sentidos. Los humanos convivimos durante años con una enorme galería de sensaciones – necesidades físicas; ciclos de tiempo; amor, humor, tristeza; contacto físico, agotamiento, dolor, placer, etc -, por lo cual uno asume que sería imposible sobrevivir al shock de perderlos de un día para el otro. Es allí en donde la megacomputadora se transformaría en una cárcel digital, simplemente porque el individuo no está acostumbrado a estar inmóvil, encerrado y carente de sensaciones. El nuevo cuerpo digital podría proveer sensaciones equivalentes (aunque no en todos los aspectos), como es ver, escuchar, hablar (utilizando los pertinentes periféricos electrónicos)… ¿pero cómo aceptar semejante estado, especialmente cuando el proceso es irreversible?.

La omnipotencia y la eternidad atentan contra la naturaleza del ser humano. El hombre sólo puede subsistir al comprender su finitud, su naturaleza limitada en el tiempo. Al desaparecer los límites, el paso inevitable es la deshumanización, el deterioro mental y la inevitable locura. Distinto sería el proceso si el sujeto del experimento fuera, por ejemplo, un niño de corta edad: alguien capaz de cambiar su bagage sensorial por otro radicalmente diferente en un corto plazo, ya que no posee tantas ataduras ni tiene la misma carga de objeciones que podría tener un ser humano adulto. En ese caso, los humanos deberíamos educar a la computadora pensante – el niño digital -, no sólo para que crezca y madure, sino para que desarrolle sus propias herramientas en este entorno al cual le forzamos a acostumbrarse.

Sea un fantasma morando en el ciberespacio, una superentidad dotada de millones de ojos – provistos por videocámaras conectadas a una red -, o un monstruo digital capaz de realizar miles de procesamientos en paralelo, lo cierto es que el cerebro humano sería incapaz de adaptarse a su nueva forma electrónica. Aún con sus defectos y su relativa lentitud de procesamiento (frente a una computadora), el cerebro humano es lineal, es mas simple y está atado a los sentidos para poder mantener la cordura. Podando todos ellos – y metiendo lo básico del proceso en una licuadora electrónica – supone un cambio tan radical como imposible de tolerar. El hombre se adapta a cualquier tipo de situación si cuenta con el tiempo debido; pero cuando el proceso pasa por la pérdida total de los atributos que lo hacen humano, la mente no lo resiste y termina implosionando, ya que el nuevo estado no es una nueva forma de vida sino una de las cárceles mas crueles y torturantes que haya existido, sólo que se encuentra disfrazada de dispositivo de alta tecnología.

5 Puntos: Mind Uploading en la ficción y en la realidad:

1 – Mind Uploading es uno de los postulados básicos del movimiento transhumanista, el cual está convencido que el siguiente paso de la evolución humana estará dado por la integración física de la tecnología para potenciar su fuerza, y sus capacidades intelectuales y sicológicas

2 – Hasta este momento la ciencia ha logrado realizar simulaciones parciales de los procesos sinápticos de cerebros pertenecientes a animales pequeños, como roedores de laboratorio o, incluso, la mosca de la fruta;

3 – Por otra parte, disciplinas neurocientíficas han podido desarrollar simulaciones cada vez mas elaboradas y complejas del funcionamiento físico del cerebro humano, lo que sirve para proyectar el comportamiento de tumores, anomalías y otras enfermedades cerebrales;

4 – Gregory S. Paul y Earl D. Cox han escrito el libro “Mas Allá de la Humanidad: CiberEvolución y Mentes Futuras”, el cual no sólo habla de la evolución de las computadoras hasta un estado de inteligencia pensante, sino que trata sobre la transferencia de la inteligencia humana a un ordenador;

5 – En la ficción filmes como La Creación de los Humanoides (1962), Ghost in the Shell (animé japonés de 1989); series como Max Headroom (1985) y Star Trek: la Próxima Generación (capítulos S02/E06, The Schizoid Man y S07/E10, Inheritance) han tratado el tema de Mind Uploading. Incluso el tema figura en Capitán América: el Soldado de Invierno (2014), en donde el villano Armin Zola ha subido su mente a un gigantesco centro de cómputos.