Artículos: Realidad vs Ficción: Megacomputadoras que quieren aniquilar a la raza humana

Volver al Indice – artículos sobre Cine Fantástico / un artículo de Alejandro Franco

Construímos megacomputadoras para asegurar nuestra seguridad y supervivencia… hasta que las mismas cobran conciencia, se creen dioses y se lanzan a un raid de exterminio genocida. En esta nota analizamos los cerebros electrónicos que creó el cine y que quisieron borrarnos de la faz de la Tierra.

Realidad vs Ficcion: Megacomputadoras que quieren aniquilar a la raza humana

La Guerra Fría: disparador de osadas aventuras tecnológicas

Mal que nos pese, hay una enorme cantidad de aparatos que usamos diariamente, y que comenzaron siendo desarrollos militares. En vez de tener un origen basado en la creatividad y el deseo de progreso de la raza humana, los militares – con su claro objetivo de aniquilar al enemigo, y estando dotados de una fuente de ingresos tan abundante como ilimitada – han sido uno de los principales impulsores de los avances de la tecnología, la cual – con el tiempo – ha sido traducida y adaptada a los usos de la sociedad civil. Uno de los casos mas patentes de semejante aplicación han sido las computadoras, las cuales comenzaron siendo instrumentos de apoyo para la resolución de complejas tareas científicas – las que van desde la realización de cálculos balísticos para el lanzamiento de misiles, hasta el descifrado de los impenetrables códigos secretos utilizados por el enemigo para impartir órdenes a sus puestos de avanzada (como figura en El Código Enigma – 2014 -) -, y que pronto asumieron un papel preponderante. Su capacidad inagotable de trabajo y monitoreo, su velocidad para realizar complejos cálculos matemáticos, y su aparente infalibilidad terminaron por convertir a los ordenadores en parte indispensable de las estrategias (de defensa y ataque) empleadas por las superpotencias durante el transcurso de la Guerra Fría. Las computadoras poseían miles de ojos, podían informar al momento de un ataque enemigo en cualquier punto del territorio aliado, y rápidamente podían impartir órdenes para generar una represalia coordinada. Y si todo ello parecía formidable en el papel, lo cierto es que en la práctica las cosas eran mucho mas endebles: la tecnología de la época distaba mucho de ser eficiente, y los centros de cómputos eran monstruos devoradores de energía, los cuales generaban una cantidad tan impresionante de calor que requería masivos equipos de aire acondicionado como para mantener a los cerebros electrónicos en condiciones operativas (o, al menos, que no fundieran partes vitales de sus mecanismos funcionales). El margen de error era muy grande, algo que también reflejaría el cine en obras como Fail-Safe (1964), en donde un circuito fundido de un megaordenador de defensa daba una falsa alerta de ataque atómico, y disparaba una orden de bombardeo masivo a las ciudades mas pobladas de la Unión Soviética, lo cual generaba un camino sin retorno en donde las mas altas autoridades gubernamentales terminaban tomando una decisión tan extrema como brutal – arrasar Nueva York con sus propios misiles – para compensar las pérdidas a los soviéticos y detener el inevitable Holocausto nuclear.

Mientras la ciencia avanzaba, la tecnología daba muestras de fragilidad, y la sensación generalizada era que el avance era demasiado rápido e imprudente, priorizando resultados en vez de testear adecuadamente la fiabilidad de los equipos. Allí es donde entra a jugar la ciencia ficción, la cual llevó a los ordenadores militares al paso siguiente – el control total de los sistemas de defensa, y la toma de decisiones propias -… y los dotó con su propia inteligencia.

Sentinelas de criterios encontrados.

El primer ordenador “rebelde” de la historia del cine es HAL 9000el amable (y gélido) cerebro electrónico que estelarizaba el segundo tercio del clásico de Stanley Kubrick 2001: Odisea del Espacio (1968) -. Para HAL la misión – la investigación de una manifestación extraterrestre en la órbita de Júpiter – era mas importante que los astronautas y por ello decide asesinarlos, quitando la fragilidad y la indecisión humana de la ecuación, y poniéndose a sí mismo en una posición de privilegio frente a lo que iba ser el descubrimiento mas grande de la historia de la humanidad.

Pero si los deseos homicidas de HAL 9000 se restringían a un par de astronautas varados en la mitad del Universo, ¿qué pasaría si le diéramos el control de todos los misiles de defensa de los Estados Unidos a una única megacomputadora?. El clásico del género es, sin lugar a dudas, Colossus: The Forbin Project (1970). Aquí Charles Forbin ha conseguido el visto bueno de los militares para construir un súper ordenador emplazado en lo mas profundo de las Montañas Rocallosas, el cual se encuentra tan fortificado que su acceso es inexpugnable. Colossus no es un simple ayudante, sino un cerebro electrónico capaz de tomar decisiones propias, limitándose a pedir autorización en los casos indicados. Pero cuando Colossus comienza a aprender por su cuenta, toma conciencia de sí mismo, controla a su similar emplazado en el corazón de la Unión Soviética (Guardián), y obtiene el mando del arsenal comunista, pasando a erigirse en un Dios electrónico que rige con mano de hierro a toda la humanidad. Ha evaluado la falibilidad del hombre y, considerando su propia perfección y poderío, ha decidido colocar a toda la raza humana bajo su ala, imponiendo un régimen tan pacífico y ordenado como brutalmente estricto. Ha terminado por esclavizar al hombre, y su superioridad tecnológica es tal que resulta imposible derrotarlo.

Cuando uno establece las diferencias con el otro nace el sentimiento de superioridad y, por ende, el de la discriminación. El individuo superior reclama el puesto de mando y, en los casos mas extremos, el desplazado ni siquiera debe tener la oportunidad de sobrevivir ya que queda latente el revanchismo y la rebelión. Es lo que ocurre con el clásico de 1984 Terminator: un sistema de inteligencia artificial (Skynet) utilizado por el comando estratégico norteamericano ha cobrado conciencia de sí mismo, y se cree en tal situación de superioridad que ha decidido pasar a la humanidad por las armas del genocidio. Los viajes en el tiempo trazan futuros posibles pero la sensación es la misma: las máquinas son indetenibles, se han rebelado contra el hombre y la guerra contra ellas – por la supervivencia – es inevitable.

En todos los casos el síndrome de Frankenstein está presente: individuos que jugaron a ser Dios, crearon entidades perfectas e independientes, violaron leyes naturales, y terminaron siendo aplastados por sus propias creaciones. Un escenario tan apasionante como inquietante, el cual pinta a la ciencia como una caja de Pandora sobre la cual el hombre cree tener el control… aunque se trate de una sensación falsa y cuya única resolución posible sea desatar algo que pueda aniquilar sin miramientos a la totalidad de la raza humana.

5 TIPS: Cerebros electrónicos en la ficción y en la realidad:

1 – Colossus, Skynet, WOPR (la mega computadora de War Games – 1983 -)… todos ellos, cerebros electrónicos de la ficción que comenzaron encargándose del complejo sistema de defensa, y después terminarían atentando contra la existencia misma de la humanidad. Pero todos estos ordenadores están basados en masivos cerebros electrónicos de la vida real, operados por el NORAD (centro de comando unificado de defensa de los Estados Unidos).

2 – el primer mega ordenador utilizado por el NORAD fue el AN/FSQ-7, construido en 1958 (a un costo de 87.82 billones de dólares (de la época actual) y el cual se mantuvo operativo hasta 1979. Pesaba 250 toneladas y utilizaba 60.000 lámparas de vacío (en la era en que el transistor todavía no sa había inventado).

3 – en 1966 los AN/FSQ-7 fueron lentamente relevados de sus funciones por los AN/GSA-51, transistorizados, mas pequeños y eficientes, y desarrollados por Burroughs.

4 – entre 1979 y 1980 existieron al menos 3 falsas alarmas de ataques atómicos a los Estados Unidos, fruto de fallos en las computadoras de la defensa. En dichos casos las bases de misiles quedaron en estado de alerta, y se desplegaron escuadrones de bombarderos dotados de bombas atómicas activas.

5 – actualmente las funciones del NORAD se han extendido, incluyendo el monitoreo del trafico ilegal de drogas a través de la frontera norteamericana, así como la vigilancia de las actividades de los principales grupos terroristas (y potenciales enemigos de los Estados Unidos) ubicados en los sectores mas alejados del globo.