Crítica: Arma Mortal: la Serie (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2016: Clayne Crawford (Martin Riggs), Damon Wayans (Roger Murtaugh), Jordana Brewster (Maureen Cahill), Keesha Sharp (Trish Murtaugh), Kevin Rahm (Brooks Avery)

Director: McG, Guión: Matthew Miller & Shane Black, basados en los caracteres creados por Shane Black

Trama: Roger Murtaugh es un veterano detective de Los Angeles al cual le acaban de hacer una importante operación a corazón abierto. Después de meses de recuperación ha decidido regresar al cuerpo y, lo mas importante, al trabajo de campo; pero le han asignado un compañero tan eficaz como inestable, el ex Navy SEAL Martin Riggs, el cual sufre tendencias suicidas desde la muerte de su esposa embarazada en un accidente de tránsito hace ya tres meses. Riggs es temerario y eso le hace llevar mal con el moderado Murtaugh, el cual debe controlar su pulso para no incurrir en un riesgo cardíaco. Pero Riggs le ha salvado la vida mas de una vez al moreno detective y éste, en agradecimiento, le ha invitado a su casa, donde ha sido bien acogido por su familia. Es entonces cuando Riggs decide aferrarse a la vida y aceptar la familia de Murtaugh como propia, convirtiéndose en su inesperado – y despiadado – ángel guardián.

Damon Wayans y un desenfrenado Clayne Crawford combaten chicos malos con humor en Arma Mortal: la Serie (2016) Damon Wayans y un desenfrenado Clayne Crawford combaten chicos malos con humor en Arma Mortal: la Serie (2016)

Si hubiera un apocalipsis zombie, los muertos vivos seguramente pasarían de largo en Hollywood en donde hace rato los cerebros no funcionan y los ejecutivos no hacen mas que reciclar ideas viejas. Se ha llegado a un punto de falta de creatividad que asusta, con los tipos empecinandos en remakear cualquier cosa de prestigio, por mas de que no resulte comercial o que sea mínimamente atractiva a las nuevas generaciones: desde Ben Hur hasta la secuelitis de sagas famosas – pasadas mucho mas allá de su fecha de vencimiento, sea Duro de Matar o Indiana Jones -, la gente de los estudios ha llegado a un punto de saturación y aburrimiento, y los tipos siguen perdiendo toneladas de dólares por su empecinada preferencia a resucitar lo viejo y venerable, arruinándolo con insípidas remakes (su tonta lógica sólo les indica que un producto viejo y conocido tiene un público cautivo base que iría a ver cualquier versión, por horrenda que fuera, y le ahorraría dinero en marketing). Algo parecido pasa con la televisión, la cual ha tomado un camino paralelo al tomar filmes de prestigio y reconvertirlos en largas series (una tendencia que existe desde hace rato: se acuerdan de MASH?). Al menos la TV tiene creativos con talento y toman premisas jugosas para expandirlas – Bates Motel, Hannibal -, lo cual no quita que haya estupideces como la tira de Rush Hour (rápidamente cancelada), y la serie que ahora nos ocupa. Arma Mortal: la Serie es una bolsa de gatos con aciertos y errores de criterio, en donde la politica de humor sitcom predomina sobre el resto y la hunde en una insalvable mediocridad.

En sí, la serie es divertida; el problema es que, comparada con su ADN de origen, es una versión tan pasatista y liviana que atenta contra el prestigio que la antecede. Ciertamente Clayne Crawford es un Martin Riggs distinto, sin peinados exóticos y con una barba candado que le da un aspecto mas hippie que el que tenía Mel Gibson en la saga de filmes dirigido por Richard Donner; pero al menos la esencia de Riggs está bien, con su locura reprimida, su letalidad y su dolor a flor de piel. Crawford es lo mejor que tiene Arma Mortal: la Serie, ya que brilla tanto en la acción como en el humor; y cuando debe ponerse emocional, es un transmisor sensitivo de la tristeza que lo atormenta. El problema pasa por el resto de los factores: en especial Damon Wayans, que es un Roger Murtaugh payasesco. Lo que no entienden los autores del libreto (y eso que está el escriba original de la saga, Shane Black, en los textos) es que Murtaugh era el “straight man”, el hombre serio en los chispazos cómicos que tenía la dupla. Wayans, por el contrario, no transmite asombro o espanto frente a las locuras de Riggs, sino que siempre está en pose con una sonrisa escondida como diciendo que no cree nada de lo que está pasando. Es posible que los protagonistas recién tomen la mano de sus personajes con el tiempo y la serie realice ajustes, pero a menos de que Wayans cambie de actitud, esto va a parecer una sitcom con momentos de acción. Ciertamente donde Wayans funciona mejor es en las escenas con su familia (liderada por la picante Keesha Sharp, la que está a años luz de la maternal y tranquila Darlene Love), porque allí hay un auténtico ambiente de sitcom; pero, a bordo del patrullero, el moreno no actúa sino que sigue siendo él mismo, perdido en un libreto en donde le encantaría inundarlo de chistes.

Es posible que el tiempo mejore a Arma Mortal: la Serie, pero no mucho mas de lo que promete. Está el jefe incrédulo, el ridiculo ayudante de forense, la escéptica sicóloga del departamento… y todos parecen jugar a las risas antes de entender – y captar – la verdadera esencia de Lethal Weapon, que era un policial con toques muy finos de humor. Es posible que el problema pase por quien modela la tira – McG dirige el piloto -, ya que deberían haber llamado a Richard Donner para la tarea, un tipo menos explosivo y mucho mas talentoso que el estruendoso director de Los Angeles de Charlie, el cual no parece entender de qué trata la idea de fondo.

LETHAL WEAPON

En este portal hemos comentado: Arma Mortal (1987) – Arma Mortal 2 (1989) – Arma Mortal 3  (1992) – Arma Mortal 4 (1998) – Arma Mortal: la Serie (2016)