Crítica: Aeon Flux (2005)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2005: Charlize Theron (Aeon Flux), Marton Csokas (Trevor Goodchild), Sophie Okenedo (Sithandra), Jonny Lee Miller (Oren Goodchild), Caroline Chikezie (Freya), Pete Postlethwaite (el Cuidador), Frances McDormand (Handler), Amelia Warner (Una Flux), Paterson Joseph (Girou), Nicholas Kinski (Claudius)

Director: Karyn Kusama, Guión: Phil Hay & Matt Manfredi, basados en la serie animada de la MTV creada por Peter Chung, Musica – Graeme Revell

Trama: A principios del siglo XXI un virus extermina al 90% de la población; el resto de la humanidad logra salvarse gracias a un antídoto creado por el científico Trevor Goodchild. Los sobrevivientes se aislan en la fortificada ciudad de Bregna, el último asentamiento humano sobre la Tierra. Pero han pasado más de 400 años y ahora Goodchild se ha transformado en un dictador que maneja con mano de hierro a Bregna, provocando resentimientos y generando un movimiento reaccionario conocido como los Monicanos. Los Monicanos emprenden una ambiciosa operación para acabar con Goddchild, enviando a su mejor asesina Aeon Flux a eliminarlo. Pero en el proceso Aeon se detiene en el momento mismo de ejecutar a Trevor Goodchild, ya que sentimientos encontrados e insospechados terminan por paralizarla. Aeon logra escapar de sus captores pero recibe un mensaje de Goodchild para reunirse con él. El dictador le explica que ella posee la memoria y la esencia de su esposa muerta Katherine. Mientras Aeon se debate entre cumplir su misión y averiguar la verdad acerca de su origen, Oren Goodchild – hermano de Trevor – ha descubierto el encuentro y se prepara para un golpe de estado. Aeon Flux decide hacer caso a su corazón y ayudar a Trevor a detener a su hermano, pero terminará por descubrir una terrible verdad acerca de la naturaleza de todos los habitantes de Bregna y de ella misma.

Aeon Flux Aeon Flux es una serie animada de culto, emitida en la MTV y creada por Peter Chung. La tira comenzó a emitirse en el período 1991 – 1994 como una serie de cortos de escasos minutos, antes de ganar un espacio semanal con episodios de 30 minutos en 1995. La serie rápidamente desarrolló una comunidad de fans, en gran parte a su concepción futurista delirante y extrema, donde desde la concepción visual hasta la actitud de los personajes resultaban bizarros. Aeon Flux era una terrorista que combatía el gobierno dictatorial de Trevor Goodchild, pero el caracter en sí era tremendamente original, con una cintura exageradamente ceñida, multitud de gadgets implantados en el cuerpo, y una actitud letal impresionante. Uno podría debatir durante horas acerca de la esencia de la tira, si Chung no estaba mostrando en el fondo todas las caracteristicas de la juventud del nuevo milenio en posturas realmente exageradas. Desde la concepción bulímica del físico del personaje, su rechazo a la autoridad, su naturaleza violenta y punk, hasta la integración bizarra de la tecnología en el ser humano en forma de implantes corporales de la más diversa naturaleza. Es una fantasía cyberpunk llevada a los límites más extremos.

En el 2005 llegó esta adaptación a la pantalla grande, que tuvo una recepción de crítica y público muy desigual. En la taquilla se hundió, y en cuanto al periodismo el solo hecho de negarles la preview antes del estreno terminó por generar las posturas corporativas usuales de la critica norteamericana – esto es, apedrearlo sin piedad -, aunque algunas escasas voces salieron a defender el film. Generalmente cuando los estudios niegan el acceso de la prensa es porque piensan que la película va a ser un fracaso y esperan aunque sea un fin de semana de recaudación aceptable hasta que las críticas salgan a bombardearla. A esto se sumó los comentarios del mismo Chung, que terminaron por defenestrar al film, arrojándole más tierra encima.

A decir verdad, Aeon Flux no es el bodrio que todos aclaman. Como es obvio, al pasar por Hollywood mucha de la visión salvaje y extrema de Chung queda sanitizada dentro de los estandares de la industria. Por ejemplo, la naturaleza anárquica de Aeon Flux – que en la serie nunca quedaban claros cuáles eran sus ideales revolucionarios -, aquí terminan por ser detallados como la rebelión contra un régimen dictatorial que desaparece personas y realiza manejos poco claros. Otras historias de fondo – como que los Monicanos en realidad son un país independiente y en guerra con Bregna – desaparecen de un plumazo. En todo caso, Aeon Flux toma ideas de la serie y las transplanta a una utopía futurista que se ha desviado en sus intenciones, donde todos los actores tienen una causa y un papel en vez de una trama críptica y violenta como solía suceder en la saga animada.

Yo no soy un seguidor de la serie y, como suele ocurrir, no espero que Hollywood adapte libros e historias con fidelidad. En sus propios méritos Aeon Flux no es un mal film; tiene bastante estilo y no presenta demasiadas fallas que la califiquen de herejía cinematográfica. El problema es que no resulta demasiado interesante. Sin duda la parafernalia visual de los gadgets de Aeon es cautivante, pero hay algo que falla y es el gancho de una historia realmente innovadora. Uno ya sabe que las cosas no son lo que parecen cuando conoce que el científico que salvó a la humanidad sigue vivo 400 años en el futuro. Lo que hace la directora Karyn Kusama – de Girlfight – es, a lo sumo, intentar complicar algo las cosas para que las verdades ocultas de Bregna no resulten obvias, y por momentos lo consigue. A decir verdad, hay instantes en que la trama se enrarece bastante y pareciera que uno pierde el hilo, pero siempre se regresa a un carril coherente. El tema es que la historia de fondo – de que toda Bregna es estéril y la población sobrevive gracias a la clonación – no tiene impacto. Es posible que el espectador anticipara esto, y también en parte porque los personajes son muy esquemáticos y no nos importan demasiado. Por ejemplo, en el momento en que Aeon pierde a su hermana, no sentimos nada por el caracter. Es todo muy maniqueo, demasiado estilizado y fashion como para resultarnos humano y con sentimientos.

El otro problema pasa por los actores, que no son los adecuados. Aquí Charlize Theron cobra su primer gran cheque después del Oscar de Monster, pero apenas llega a lo correcto. Aeon Flux tiene una naturaleza animal y asesina y requería otra actriz, amén de que físicamente es muy rellena en comparación a la cintura de avispa del personaje original. Como siempre insisto, este era un papel como para Millia Jovovich. El otro puntal, que es Trevor Goodchild, resulta demasiado blando en las manos de Marton Csokas. Fisicamente da para el papel, pero como actor no parece destilar la fuerza suficiente de quién debería ser un dictador de la última nación de la humanidad.

Es aceptable, no memorable y no sorprendente. A lo sumo queda como una buena película, pero sin el grado de shock que podría haber ameritado.