Crítica: El Monstruo Sigue Vivo (It´s Alive II / It Lives Again) (1978)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1978: Frederic Forrest (Eugene Scott), Kathleen Lloyd (Jody Scott), John P. Ryan (Frank Davis), John Marley (Mallory), Andrew Duggan (Dr Perry), Eddie Constantine (Dr Forrest)

Director: Larry Cohen, Guión: Larry Cohen, Musica – Laurie Johnson

Trama: Jody y Eugene Scott se encuentran a la espera de su primer hijo. Pero en el baby shower de los Scott se presenta Frank Davis para advertirles que las pruebas demuestran que su primogénito pertenece a la raza de bebés mutantes que ha comenzado a nacer desde hace meses. Davis se ha aliado con un poderoso laboratorio y ha montado una eficiente organización para rescatar a los bebés y estudiarlos en cautiverio antes de que la policía los destruya. Los Scott logran huir del cerco policial con la ayuda de Davis, y ahora se encuentran en una mansión secreta que posee el laboratorio. Pero la madre de Jody le ha instalado un transmisor, y la policía conoce el paradero de las instalaciones. Y pronto las fuerzas del orden irrumpirán en él, en donde mantienen encerrados a tres bebes mutantes que han comenzado a ponerse cada vez más agresivos con el paso de los días.

It´s Alive II Esta es la primer secuela del clásico de culto El Monstruo Está Vivo (1973) de Larry Cohen. Y es una continuación igual de sólida e inteligente, si bien carece del impacto emocional del original. No sólo expande las ideas de It´s Alive sino que entra en terrenos más propios de la ciencia ficción – los bebés mutantes son vistos como la siguiente etapa de la evolución; poseen un desarrollo acelerado, pudiendo reproducirse a los cinco años de edad; tienen una inteligencia superior a la normal -, y termina por plantear algunas cuestiones filosóficas de profundidad. Algo totalmente inusual para un film serie B que sólo quiere provocar algunos sustos durante un rato.

El tema es que It´s Alive planteaba un profundo dilema moral entre asumir la paternidad del diferente, y cumplir con lo que dicta la lógica – un tema sorprendentemente bien desarrollado para una película cuya premisa es mostrar un bebé de goma con colmillos y garras -. Ciertamente este enfoque está bastante diluído en El Monstruo Sigue Vivo, pero Cohen decide meterse en otras áreas igualmente interesantes. A diferencia de la tormenta moral interior de John P. Ryan en el film anterior, aquí la película decide ingresar en el área de la paranoia conspirativa. Desde el momento en que Frank Davis abre la boca, nos enteramos de organizaciones secretas que pujan entre sí, sea para destruir a los bebés o para protegerlos. Ambas posturas son sorprendentemente razonables – el monólogo de Andrew Duggan sobre la posibilidad de que los bebés sean el futuro de la raza humana (y quizás, una que venga a reemplazarla) es inquietante; por otro lado, John Marley se encarga de ser la contrapartida de John P. Ryan siendo un padre dedicado a exterminar a los mutantes ya que ha perdido a su esposa en el proceso -. Si bien la primera mitad del film está centrada en las fugas y pérdidas del rastro de los perseguidores, la segunda mitad es un reciclado del proceso interior de Frank Davis en el film anterior. Pero, a diferencia de ser una copia carbón, aquí vemos cómo el proceso de haber salvado al bebé termina por devastar la relación del matrimonio Scott. Frederic Forrest repite el mismo proceso que Ryan en It´s Alive, e incluso al final termina tomando la posta de su misma causa.

Como en el original, El Monstruo Sigue Vivo es un film acerca de límites morales que son transpasados y desencadenan insospechadas consecuencias y remordimientos. Uno puede ver cómo los Scott terminan por ser seducidos por ambos bandos, en uno u otro momento del film, con argumentos completamente coherentes. El tema es que, en una situación tan anormal, la gente se anula y termina por adoptar la política de quien le resulta de mayor confianza en ese momento. Es notable ver el proceso de creciente rechazo que desarrolla Frederic Forrest a lo largo de la trama – acepta lo que le dice John P. Ryan, pero ante la vista del monstruo, comienza a torturarse y a preguntarse si ha hecho lo correcto -. La evolución de Kathleen Lloyd no es tan feliz y es algo abrupta, posiblemente porque la excusa es que el instinto maternal perdona y acepta todo. Pero uno puede ver a un montón de gente obrando en contra de sus principios y siguiendo sus emociones, generando un traspié tras otro en cadena y en grado cada vez mayor. Es una espiral de destrucción totalmente descontrolada.

Mientras que los aspectos intelectuales de la obra son brillantes, en el apartado terror sigue siendo floja. Ahora la criatura tiene muchos más primeros planos y es algo más efectiva, pero está visto que Cohen es mejor como desarrollador de ideas que como creador de escenas de shock. También la trama tiene algunas incoherencias – el escape del hospital es demasiado fácil, y nadie los sigue en la carretera -, pero los méritos del film permiten perdonar esto.

Como datos para la trivia, está Kathleen Lloyd (The Car) y Eddie Constantine (Alphaville) en el cast.

El Monstruo Sigue Vivo es una muy buena película, si bien no llega a la estatura del original que planteaba una fuerte incomodidad en el espectador. Es muy entretenida y rica en ideas, si bien como film de terror ha perdido mucho impacto con el paso de los años. Es una historia inteligente, con protagonistas inteligentes y buenos diálogos. Pero apunta más a los aspectos conspirativos y de sci fi que al horror puro y duro. Y definitivamente es un film recomendable.

LA SAGA DE IT´S ALIVE

La saga de Larry Cohen de It´s Alive se compone de: El Monstruo Está Vivo (1974); El Monstruo Está Vivo II (1978); y El Monstruo Está Vivo III: La Isla de los Monstruos (1987). Está Vivo (2008) es una terrible remake del primer filme.