Crítica: Adios Querida Luna (2004)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Argentina, 2004: Alejandro Urdapilleta (Subcomandante Esteban Ulloa), Alejandra Flechner (Subcomandante Silvia C. Rodulfo), Gabriel Goity (Comandante Humberto A. Delgado), Horacio Fontova (García, el extraterrestre)

Director: Fernando Spiner, Guión: Fernando Spiner, Valentín Javier Diment, Alejandra Flechner, Alejandro Urdapilleta y Sergio Bizzio, sobre la obra de teatro Gravedad de Sergio Bizzio

Trama: Año 2068.La Tierra sufre tremendos cambios climáticos y un científico argentino lanza la teoría de que se deben a la Luna, razón por la cual hay que destruirla. La comunidad internacional piensa que es un disparate pero la Argentina, de todas formas, manda una misión por su cuenta. Pero cuando la nave Estanislao se encuentra en posición de lanzar los misiles para aniquilar al satélite, comienza a sufrir fallas eléctricas que anulan sus funciones vitales y terminan por quedar varados. La tripulación compuesta por tres astronautas comienza a sufrir “fiebre de cabina” y muy pronto empiezan a pelear entre sí. Y a esto se sumará la presencia de un extraterrestre, el que comenzará a manipular sus mentes y terminará por empeorar las cosas.

Adios Querida Luna Si Fernando Spiner había demostrado que tenía buena mano para la ciencia ficción con La Sonámbula (aunque le faltaba una horneada), lamentablemente termina por probar que la comedia no es lo suyo con Adios Querida Luna. Acá hay una producción excepcional para el cine argentino, con efectos especiales abundantes y de buena calidad, decorados impecables, y un gran cast; el problema es que las ideas del guión brillan por su ausencia y la dirección no sabe lo que es timing cómico. Como un partido de fútbol en donde uno de los equipos carece de director técnico, la cosa termina por reducirse a jugadas individuales; pero es tan abrumadora la cantidad de pifias que los pocos aciertos no alcanzan a compensar y equilibrar al resto de la película.

No voy a venir con la pedantería de que la sci fi no es un género para el cual el cine argentino esté preparado. El tema, con cualquier género, es que al menos debe haber una historia interesante. Acá hay una idea de arranque que parecía prometedora: en el futuro los argentinos se despachan con una misión espacial clandestina, ya que están convencidos de que tienen toda la razón del mundo en cuanto a su teoría de que los males climáticos de la Tierra se deben a la existencia de la Luna, por lo cual deben pulverizarla. Los tipos se mandan callados a hacer la suya, pero como la nave es argentina, todo está atado con alambre. En los minutos iniciales Adios Querida Luna parece apuntar a una sátira de las costumbres criollas – los astronautas toman mate en el espacio, la nave está adornada como un colectivo, y hasta tienen una Virgen del Luján para que los proteja durante el viaje -. Pero en cuanto la Estanislao queda varada en el espacio, la película también se empantana y muy mal. Las escenas se hacen eternas y sin gracia, con los cosmonautas argentos sufriendo “fiebre de cabina”: Goity golpea a Urdapilleta, intenta violar a Flechner y sus víctimas terminan por dejarlo flotando en el espacio. Y allí la película se clava de nariz hasta el final.

El tema es que todo lo que sigue se reduce a lo que parecen ser improvisaciones para rellenar el tiempo de largometraje. ¿Cúal es el tema de Adios Querida Luna?. ¿Criticar la burocracia argentina? ¿Satirizar las costumbres criollas? ¿Montar algo tan absurdo como una misión espacial argentina para sacarle el filo … a qué?. Aún cuando la película se base en una obra de teatro (nunca estrenada) de Sergio Bizzio, uno puede ver en los créditos que cinco tipos (incluyendo dos de los actores) metieron mano en el guión, lo que anticipa de que la historia tiene serios problemas. Acá parece como si se hubieran dividido en segmentos que escribió cada uno, sumando improvisaciones en el set. Y cuando el espectador (y los actores) se dan cuenta de que las escenas caen realmente chatas, se despachan con unas puteadaa enormes made in Argentina.

Ni siquiera la película repunta con la aparición de Horacio Fontova. Aún con toda su gracia, “el negro” no puede lidiar con malos diálogos y pésimas situaciones que carecen de un hilo central. Entonces Adios Querida Luna termina siendo una historia de astronautas argentos en el espacio, dividida en sketches que tienen gracia cero. Flechner tiene algunos momentos (como su ultra puteada cuando ve al pollerudo de Ulloa extrañar a su esposa); Goity está terriblemente restringido; Urdapilleta da una performance de múltiples registros, pero cada vez que abre la boca perece con los parlamentos que le reserva un guión terrible; y el negro Fontova hace lo que puede con lo que le tocó en suerte.

Lo único que vale la pena en Adios Querida Luna son los cinco minutos iniciales y los cinco minutos finales; el resto es un letargo. Ok, los efectos especiales son notables, pero – por ejemplo – la idea del juego del Maradona holográfico pateando penales se ve mucho más graciosa en el papel que en la puesta en escena. El filme parece haber nacido como una sátira intelectualoide de los manerismos argentinos, a la cual le agregaron puteadas al por mayor para repuntar la puntería. Pero ninguno de los recursos utilizados surte efecto, desperdiciando la oportunidad de hacer algo medianamente interesante.

CINE FANTASTICO ARGENTINO

Otros títulos del cine fantástico argentino: El Hombre Bestia (o las Aventuras del Capitán Richard) (1934); Obras Maestras del Terror (1960), Extraña Invasión (1965), Sangre de Virgenes (1967), Invasión (1969), Snuff (1976), Moebius (1996), La Sonámbula (1998), Déjala Correr (2001), Plaga Zombie: Zona Mutante (2001), Adios Querida Luna (2004), Tiempo de Valientes (2005), Zenitram (2010), Fase 7 (2011), Mamá (2013), Kryptonita (2015)