Crítica: 2010, Odisea Dos: El Año que Hicimos Contacto – (2010: The Year We Make Contact) (1984)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1984: Roy Scheider (Dr Heywood Floyd), John Lithgow (Walter Curnow), Bob Balaban (Dr Chandra), Helen Mirren (Tanya Kirbuk), Douglas Rains (Voz de HAL 9000), Keir Dullea (David Bowman), Elya Baskin (Max Brailovsky), Dana Eclar (Dimitri Mosievitch), Natasha Shneider (Irina Yakunina)

Director: Peter Hyams, Guión: Peter Hyams, basado en la novela 2010 Arthur C. Clarke, Musica – David Shire

Trama: El doctor Heywood Floyd vive retirado de la actividad espacial, enseñando en una Universidad. Hace años fue culpado por el fracaso de la misión del Discovery a Jupiter, con la desaparición de la tripulación y la pérdida de la nave en el proceso de investigación del monolito alienígena que orbitaba el planeta. Ahora los rusos le acercan una propuesta: formar parte de la tripulación de la nave espacial Leonov, la que llegará al Discovery un año antes que la misión americana. Convenciendo a sus superiores, Floyd, Chandra – el diseñador de Hal 9000 – y Walter Curnow – el diseñador del Discovery – se embarcan en la misión para investigar lo sucedido 9 años antes. Pero las tensiones políticas entre la URSS y Norteamérica se acrecientan, y el cilma interno en la nave se enrarece. Al llegar a Jupiter, descubren en la luna Europa rastros iniciales de vida y la presencia del monolito. Pero extraños cambios en la superficie de Jupiter y la presencia fantasmagórica del astronauta perdido David Bowman hacen presagiar que algo sobrenatural está por ocurrir, justo cuando la Tierra se encuentra al borde de una guerra mundial.

2010, Odisea Dos: El Año que Hicimos Contacto2010 es la secuela de 2001, Odisea del Espacio. Es una secuela inesperada y no necesaria, ya que resulta difícil que algún filme posterior pueda equipararse a la obra maestra de Stanley Kubrick. Como suele suceder, es un proyecto generado por el simple valor de los números – Arthur C. Clarke, el autor de la 2001 original, publicó la secuela en 1982 y rápidamente se transformó en un best seller -.

Existe algo de sacrilegio cuando los autores comienzan a canibalizar sus propias obras maestras con el fin de hacer dinero. No siempre las secuelas resultan dignas. Uno entiende más de cine que del ámbito de la literatura, pero Clarke lanzó su secuela 14 años después del original, y huele un tufillo a deseo de lucro (o de revivir una carrera alicaída). La gente no demora tantos años en continuar expandiendo su obra. Y al toque Hollywood salió a la caza de los derechos de autor, acercándose incluso al propio Kubrick para que dirigiera el proyecto, intento que terminó en la nada.

Lo cierto es que 2001 es, a mi entender, un film impresionante con serias fallas. Es 90% de obra maestra y 10% de exceso de pretensiones, que implosionan en un final excesivamente críptico. Es cierto que un clímax más standarizado hubiera bajado la calidad resultante de la película, pero el galimatías que arma Kubrick sobre el final me resulta intelectualmente indignante. Como Alphaville, 2001 no deja de ser un cine de autor (o cine arte) esta vez muy bien presupuestado y, como suele ocurrir, con demasiadas ínfulas intelectualoides. El mensaje final debía ser el mismo, pero expuesto de otra manera más comprensible.

Lo que hace 2010 es precisamente intentar resolver algunas de las cuestiones de quienes se fascinaron (e indignaron) con 2001. Es cierto que Hyams no es un poeta de las imágenes ni un innovador como Kubrick, pero 2010 es una pequeña joya en sus propios términos. Tiene una estructura más standard, un desarrollo de personajes más lineal, y una aproximación más sencilla al tema. Es obvio que al lado de 2001 no merece comparación, pero se mantiene en sus propios pies de modo muy digno.

El hecho es que, a pesar de sus nobles intenciones, 2010 tiene sus propios problemas. El primero y más obvio es la de la referencia a situaciones políticas que han quedado desfasadas, algo no previsible para 1984. Hoy la URSS no existe. El segundo problema son las secuencias en la Tierra que, tecnológicamente, también se han quedado en el tiempo. Ver a Floyd sacando cálculos con una Apple IIe en la playa (semejante ladrillo de notebook) es anacrónico. Y el tercer problema del film es que hace un trabajo impresionante de crear tensión durante el viaje, pero al momento de la llegada a Jupiter (y encadenarse temáticamente con 2001) lo que aporta es realmente poco. Uno puede ver el talento de Hyams para generar imágenes impresionantes, sorprendernos con las tensiones que involucra un grupo de humanos contra lo vasto del espacio sideral – la caminata espacial para abordar el Discovery es formidable -, pero al momento de contactar al monolito y aparecer Bowman, cuenta poco y nada. No es problema de Hyams sino del libro de Clarke; Bowman solo repite maquinalmente que “algo fantástico va a suceder” y termina por echar a la misión ruso norteamericana de Jupiter en vez de que Floyd (u otro) lo bombardee a preguntas sobre qué es estar en comunión con el monolito alienígena. Incluso la reaparición de Hal 9000 es algo desnatada, y se justifica el accionar de la computadora por simplemente recibir ordenes contradictorias. Ya no es el ordenador paranoico que desea también acercarse a descubrir la naturaleza divina del monolito – el hacedor de mundos – sino que se trata de una superposición de rutinas de programación. Es algo simplista, y lo de Hal no deja de ser un cameo extendido.

En cuanto a la reaparición de Bowman es simplemente maquinal. No tiene mucho sentido la despedida de su esposa y de su madre, sólo es un vocero de lo que va a pasar… y no transmite nada de lo que ha vivido. El climax es eficiente pero también suena algo simplista, con las naciones del mundo decididas a hacer la paz simplemente por la aparición de un nuevo sol en el firmamento. También lo sucedido no tiene demasiado sentido – ¿acaso la nueva civilización que propicia el monolito en Europa vendrá en reemplazo de los terrícolas? ¿por qué evitar que desciendan allí? -. El final no es precisamente una implosión y dentro de todo está bastante bien, pero tiene un ligero sabor a desilusión.

  LA SAGA DE 2001, ODISEA DEL ESPACIO

2001, Odisea del Espacio es la obra maestra de Stanley Kubrick; 2010: Odisea Dos es la secuela filmada en 1984